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1. ¿Alguna vez han desperdiciado un momento importante en la vida que todos sabemos nunca regresará?
Yo puedo pensar en al menos dos.
Se trata de vivir SIN arrepentimientos, pero eso es solo para la fanaticada que sigue frases en Instagram. La realidad dice que siempre tenemos uno o varios momentos en donde quisieras devolver el tiempo y hacerlo distinto.
Ese fue el tema de la ronda divisional. Momentos desperdiciados.
New Orleans inició su duelo en Tampa Bay con un campo corto tras la devolución de patada de 54 yardas de Deonte Harris, y luego le añadieron 15 yardas más por una penalidad cuestionable contra la defensa de los Bucs. El drive terminó con 3 puntos.
En el siguiente Harris tomó las cosas en sus manos y la llevó hasta la zona de anotación. Un flag negaría el TD. El drive, una vez terminó en 3 puntos. Dos series ofensivas que fácilmente pudieron terminar con los Saints 14-0 parecían poca cosa al verse 6-0.
Una de las cosas que la mayoría de gente no recuerda de la final de la NFC entre Rams vs Saints en el 2018 es precisamente como New Orleans falló en anotar de a 7 con campo corto. Todos recordamos la falta flagrante al final del juego, pero no lo que los Saints dejaron de hacer para no llegar hasta ese punto.
Ese duelo contra Rams vio como los Saints patearon dos Field Goals en las primeras dos series ofensivas, ambas a pesar de que New Orleans se encontró en zona roja. La segunda de ella, tras una intercepción de Jared Goff.
El año pasado escribí como Drew Brees y la ofensiva de los Saints cambia radicalmente en playoffs, especialmente su agresividad. No hubo quién me dijera que estaba siendo muy duro con Drew, pero la realidad de New Orleans es que 3 de sus últimas 4 eliminaciones de postemporada llegaron en el Super Domo. Y en la mayoría de ellas, desperdiciaron oportunidades hasta llegar a perder de manera dramática.
En la misma nota, los Saints ganaban 20-13 hasta llegó el fumble de Jared Cook. Es más, una grandísima jugada de Antoine “voy a 1000 x hora” Winfield que otra cosa, pero cambia el escenario a favor de Tampa Bay de manera abrupta.
Los Buccaneers no solo forzaron errores de balón, sino que fueron a buscar sangre en cada una de esas oportunidades. 21 puntos de esos errores marcan la diferencia del juego más obvia.
Drew Brees se irá a casa a disfrutar su retiro y a iniciar su nueva vida comentarista de NBC. Pero antes de pasar a esa etapa tendrá tiempo de duelo tras una dolorosa derrota.
Seguramente verá el video y no podrá creer todo lo que desperdiciaron ante Tampa Bay. Seguramente no creerá todo lo que desperdiciaron en los últimos 4 años.
2. Mi primer Tweet en la mañana del domingo fue este:
Para todas las discusiones que tenemos sobre lo que es y no es Taysom Hill, su ausencia me parecía enorme, particularmente en este partido ante Tampa Bay.
Hace unos años atrás en las finales de la NBA, LeBron James batalló con un joven Kawhi Leonard. Por su contextura física y el pareo incómodo que presentaba, James reconoció odiar los momentos en que Kawhi estaba en la duela.
Pueden verlo apenas entra de un timeout:
Estoy seguro de que ese era el sentimiento de los Buccaneers cada vez que Taysom Hill se alineó en tercera y corto o dentro de la zona roja para tomar un snap.
En otras versiones de los Saints su ausencia tal vez no se habría notado tanto, pero en esta del 2020-21 era una pieza clave para un claro reducido Drew Brees.
En el momento que anunciaron que se perdía el juego, las posibilidades de los Buccaneers aumentaron de manera considerable.
3. El mejor jugador de todo el Buccaneers vs Saints fue Devin White, el número 45 de Tampa Bay.
White estuvo en todo lado. En cada una de las lecturas, en cada uno de los tacleos y en cada una de las coberturas. Devin lucía como la caricatura de Bugs Bunny en la que el conejo juega todas las posiciones. Estuvo en todo lado.
Sin embargo, su trabajo más importante fue ser el espía de Alvin Kamara. Era quien tenía que taclearlo para que no se escapara con cada acarreo. Aún y con White en el campo Kamara promedió 5.0 yardas cada vez que tocó el balón, pero su impacto fue mínimo con respecto al daño que hizo en toda la temporada.
White tuvo 11 tacleadas, de las cuales 10 fueron completamente suyas, sin ayuda. También tuvo un pase defendido y por supuesto, una intercepción, en la que de paso nos regaló un glorioso stiff-arm.
Cuando Devin White no está en el paquete de blitz porque el lunático de Todd Bowles manda carga sin sentido, el LB tiene la posibilidad de tener un impacto severo a nivel defensivo. Sin duda fue el MVP en duelo en New Orleans.
4. Ya saben que el tema de hoy son las oportunidades perdidas en la vida.
No creo que los Browns se imaginaron un escenario en el que tendrían el balón con 8 minutos por jugar, abajo por menos de un TD y con la posibilidad de irse arriba en el marcador. Y peor aún, con el conocimiento de que si anotaban de a 7, al que tendrían que detener era a Chad Henne y no a Patrick Mahomes.
El drive fue la clave del partido por todo lo mal que lo manejó Cleveland. Tras convertir una 4ta y 1 en su propia yarda 29, los Brown no tuvieron la agilidad de ponerle tempo a la serie y se mostraron más relajados.
Me parece que la idea era un ritmo de quién quiere anotar, pero también dejarle el menor tiempo a Kansas City para la respuesta. Pero en estos escenarios el anotar es el objetivo, el tiempo es el menor de tus problemas.
Hace unos atrás cuando New England le empató el Super Bowl 51 a Atlanta, le cuestionaron a Tom Brady que el TD y la conversión de 2 puntos que igualó el juego llegó dejando un minuto de tiempo a Matt Ryan para responder.
Brady dijo que ese no era su problema. Su problema y el que debía resolver era anotar y si la defensa le dio la oportunidad de hacerlo, él no lo iba a desperdiciar. Al final la defensa de New England detuvo a Ryan y el juego se fue a tiempo extra.
Esa fue una lección que los Browns no se dignaron a aprender.
De vuelta al juego. Cleveland convierte en 4ta y 1 y se toma las cosas con exceso de calma. Fue tanta la lentitud, que se les acabó el tiempo de jugada y tuvieron que quemar su segundo time out, lo peor de todo en un primero y diez.
En el peor de los casos tomas la penalidad y juegas a conseguir 15 yardas en los siguientes 4 downs. Pero el timeout en ninguna circunstancia lo tocas. Son demasiado valiosos en esa etapa del partido.
Las siguientes tres jugadas son:
– Acarreo de Nick Chubb de -1 yarda.
– Pase incompleto de Mayfield.
– Pase pantalla a Kareem Hunt de 2 yardas y acabas con una 4ta y 11.
El drive termina con 7 jugadas, apenas 12 yardas, te comiste 3:51 del reloj y lo peor, desperdiciaste un time out. Ahora tienes que despejar para tratar de detener a Kansas City con solo un tiempo fuera y la pausa de los 2 minutos.
Cuando Kevin Stefanski revise el video va a tener pesadillas con esas llamadas y con ese drive en particular. Les juró que pasará meses pensando en él, porque ahí estuvo el juego para Cleveland y se les fue de las manos.
5. En la Semana 12 hablé de como buscar el entrenador ideal debería ser tan importante como lo es que conseguir al mariscal de campo cara de la franquicia.
La ronda divisional habla del enorme valor que tiene Andy Reid para la franquicia de Kansas City. No le voy a restar méritos a Patrick Mahomes, que es absolutamente una máquina, pero Mahomes es en parte tan indetenible por el coacheo de Reid.
Patrick Mahomes en los Jets, Lions, Bears o WFT, por mencionar algunos, sería otra cosa. Su grandeza y talento son innegables, pero Andy Reid demostró todo lo que influye su bigote de morsa en el éxito de Kansas City.
Reid confía tanto en su ofensiva, independientemente de quién la maneje, que fue en una 4ta y 1 en su propia 48 con un QB que había lanzado 5 pases desde el 2015 antes de la Semana 17 de esta temporada (recordarán que jugó contra los Chargers). El juego y un pase a la final de la Americana estaba en la línea, por cierto.
No era que necesitaba hacerlo, pero Andy Reid probó todo su valor en esos últimos drives de Kansas City.
6. Los Chiefs se convirtieron en el primer equipo de la Conferencia Americana en ser anfitriones de 3 finales de la AFC de manera consecutiva.
En la NFC, los Philadelphia Eagles había conseguido este hito en el 2001, 2002 y 2003.
Esos equipos de Philly eran dirigidos por Andy Reid.
7. ¿Volvemos a las oportunidades desperdiciadas? Ok.
Baltimore inició el partido en Buffalo con un drive de 12 jugadas, 52 yardas y 7:24 minutos.
En las primeras 8 jugadas de esa serie ofensiva 7 fueron acarreos de sus corredores o de Lamar Jackson. Todas para yardas positivas.
De pronto los Ravens se alinean en 1ero y 10 en la yarda 25 de los Bills en una formación escopeta para lanzar el balón. Lamar Jackson es capturado y pierden 11 yardas, para estar consecuentemente 2da y 21.
Ya todos sabemos que los Ravens no anotan y Justin Tucker falla el FG. Tucker es tan automático que bajé a recoger mi comida en el intento de FG y me di cuenta de que falló por mi teléfono, ni siquiera porque estaba viendo la jugada.
Pero, en fin, un drive absolutamente calcado de camerino y perfecto hasta ese primero y diez fue desperdiciado por error que termina en una captura. Lo que más me molesta es que Baltimore estuvo dominando las líneas de golpeo y pudo seguir corriendo sin problema, pero el tratar de engañar o de jugar con más astucia les jugó una mala pasada.
La identidad de los Ravens, lo sabemos es ser un equipo corredor. Buffalo lo sabe también, pero no los podían detener. Cambiar tu identidad en el juego más importante del año es traicionarse.
Por ejemplo, los Ravens consiguieron 19 “primeros y dieces”, once de ellos llegaron corriendo el balón. Si me apuran, Baltimore debió ser como Navy y correr en todo el partido. No los hubiesen detenido nunca.
Baltimore también tuvo 18 jugadas más que Buffalo, 120 yardas totales más, mejor porcentaje en terceras oportunidades y el balón estuvo en sus manos 9 minutos más.
Pero cuando los Ravens llegaron a zona roja, se convertían en otros. De pronto eran un equipo pasador y en zona roja acabaron 0-3, con una intercepción que cambió todo el juego.
8. Taron Johnson se llevó el TD para 101 yardas. Antes solo lo conocíamos por esto:
9. Para los Bills el partido ante Baltimore es uno que explica que muchas veces hay que ganar feo, pero ganar. Buffalo no se debe disculpar con nadie.
El pareo contra Kansas City le favorece mucho más a Josh Allen y compañía, quienes no están interesados en disimular que correr el balón no es parte de su mantra.
Buffalo tuvo 16 acarreos en toda la noche para solo 32 yardas. Tres de esos 16 acarreos llegaron en la primera mitad.
Esta no es la primera vez que los Bills hacen esto. Contra Seattle tuvieron 420 yardas totales en la Semana 9, de las cuales solo 34 fueron por tierra.
A diferencia de los Steelers que corrían muy poco, lo de Buffalo es por diseño.
10. De los 4 equipos que avanzaron a las finales de Conferencia, el único que no dejó duda de su solidez fue Green Bay.
Los Packers han llegado a un punto de confianza en donde saben exactamente qué son y cuál es el camino de la victoria.
Por años el análisis sobre Green Bay era: “Bueno, tienen a Aaron Rodgers”. Pero esta ofensiva es mucho más que solo el 12. Claramente Rodgers es la pieza fundamental, pero está complementado de otras piezas y fundamentos ofensivos que le dan más opciones, a diferencia de otros años.
Por ejemplo, una de las diferencias que siempre sostuve sobre la rivalidad Peyton Manning vs. Tom Brady es que Brady estaba dispuesto a dejar sus estadísticas de lado, con tal de ganar. Hacer lo que equipo necesitara antes de la satisfacción personal de los números.
Rodgers está en un escenario similar en el 2020-21.
Green Bay se ha convertido en un equipo corredor, con el balance justo para dar la estocada por pase en el momento clave. Rodgers no lanza más de 300 yardas desde noviembre, cuando enfrentó a Indianápolis. Han pasado 7 partidos desde entonces y está claro que no necesita lanzarlas.
Las yardas vienen por el juego terrestre, 188 para ser exacto ante los Rams, con un promedio de 5.2 yardas por acarreo. Y el puntazo final viene de parte de Aaron, con dos pases de TD, uno en zona roja y otro en play-action ayudado por el establecimiento de la carrera.
El balance de Green Bay es fenomenal. Es de equipo campeón del Super Bowl que no necesita hacer nada espectacular pero que lo hace todo bien.
Crédito a Matt LaFleur, quién no cayó en las redes de tener a uno de los mejores mariscales de campo de la NFL. Porque hubiese sido muy fácil montarse en las espaldas de Rodgers y esperar que el QB lo saque de aprietos.
Al contrario, LaFleur estableció su esquema y utilizó a Rodgers como una pieza más; la más letal de todas, pero sin darle la responsabilidad de cargar con absolutamente con toda la ofensiva.
Green Bay, además de esto, luce completamente dominante en las trincheras. Llevamos 10 años criticando a los Packers por ser un equipo fino, que suele ser barrido por su contraparte física. En el último mes y medio no hay equipo más físico en la NFL que los Green Bay Packers.
El Super Bowl está a la vista y el camino a él de la mano de Matt LaFleur lo tienen claro.
11. En los últimos 4 años los New Orleans Saints ganaron 49 partidos de temporada regular.
Es la mayor cantidad en la historia de la NFL para un equipo que no alcanzó el Super Bowl.
12. Tom Brady y Drew Brees están empatados con más victorias ante equipos de la NFC en playoffs: 8.
13. Tom Brady es segundo QB en la historia de la NFL en disputar finales de conferencia en 3 décadas diferentes: 2000’s, 2010’s, 2020’s.
El otro es Johnny Unitas (1950, 1960, 1970).
14. Desde el juego ante Indianapolis, Aaron Rodgers tiene 21 TDs y 1 INT.
15. La última vez que los Bills estuvieron en la final de la AFC (1993) fue precisamente ante los Kansas City Chiefs:
16. ¿En cuál posición del ranking de los mejores QBs de la historia creen que merece estar Drew Brees? Consideren su carrera y no solo el 2020.
17. Este es el mejor momento del fin de semana.
Leo Comentarios
@DondeAlonzo
Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.