– ¿Cuál sería tu regalo de cumpleaños perfecto, Scot? – Preguntó su mejor amigo a Scot McCloughan en su quincuagésimo cumpleaños
– Sólo quiero una bola de cristal, me encantaría poder ver el futuro.
– No había en la tienda, pero compré unos calcetines.
Al llegar al medio siglo de existencia, el mundo se ve con otros ojos. Los errores se perciben diferente, las rodillas no se mueven tanto, todo es más lento y las letanías plañideras de los veintes se recuerdan, en el mejor de los casos, con alegría. En el peor de los casos, los arrepentimientos castigan y persiguen a las personas y a los 50 parece ser muy tarde para dar marcha atrás.
Pero, al llegar a esta edad, Scot McCloughan, otrora vicepresidente de personal y gerente general de los 49ers, estaba cierto de una cosa. Seleccionar con el primer pick del draft 2005 a Aaron Rodgers había sido lo correcto. No se iría a dormir sabiendo que eligió a Alex Smith por encima de Rodgers, ni que fuera Ryan Pace, GM de los Bears.
No fue una decisión fácil, Alex Smith también era demasiado prometedor, menos potencia en el brazo, pero más disciplinado y aparentemente más clutch. Rodgers tenía lo necesario para ser una super estrella, pero también era arrogante y se arriesgaba demasiado, la combinación perfecta para fracasar. Era un todo o nada con Aaron, y el prestigio de Mccloughan, reclutador por más de 10 años, estaba en la línea.
Pero Scot nació en California, su papá jugó en los Raiders de Oakland. Aaron Rodgers le iba a los 49ers desde chico, creció en Chico y con su nada chico talento se llevó todos los récords de la Universidad de California. Para aumentar la trifecta californiana, Mike Nolan, el Head Coach, era hijo de Dick Nolan, quien ocupó ese puesto entre 1968 y 1975. Tomando la decisión con el corazón más que con la cabeza, Aaron Rodgers debía terminar en este gran estado, ¿Dónde tendría más posibilidades de éxito? ¿En la tundra de Green Bay detrás del eterno Brett Favre? ¡Por favor!
Polémico fue, la prensa de San Francisco, hambrienta del nuevo Joe Montana desde que cambiaron al viejo Joe Montana, quería resultados inmediatos. Cuando Nolan mantuvo a Tim Rattay en el puesto de titular para la temporada 2005, los insultos fueron lo de menos. El equipo estaba en reconstrucción y darle a cualquier novato el puesto de titular era matar su carrera, era entendible guardar a la joya de la corona. Lo ideal hubiera sido al menos 3 temporadas, Tim Rattay no duró ni 4 juegos.
Rodgers comenzó como lo haría cualquier novato con la presión de una ciudad sobre sus hombros, mal, demasiado mal. ¿Qué tan mal? Ni él pudo evitar que los 49ers fueran el equipo con la segunda peor ofensiva real, jugada por jugada. Cosas sabermétricas que en 2005 no tenían relevancia y hoy rigen el deporte.
Pero quedó de consuelo que Alex Smith tampoco fue fantástico en los Bucs. La falta de ataque terrestre y la lesión de Brian Griese lo llevaron muy pronto a tener que destacar y terminaron 8-8.
Rodgers tardó en acoplarse, igual y si en lugar de Tim Rattay y Ken Dorsey hubiera sido otro su mentor, alguien con múltiples MVP’s, hubiera tenido más éxito, a saber. Pero Mike Martz fue la pieza clave que cambió todo para Rodgers, una gran adquisición. Quitar a Nolan fue difícil, pero se necesitaba un equilibrio con la osadía de Martz, y Mike Singletary y su vocación defensiva se combinaron a la perfección. Se tenía que hacer un equipo alrededor del potencial de Rodgers. Ya estaba la materia prima, sólo era necesario encender el carro. Aaron Rodgers iba a ganar un anillo de la NFL en español, lo único a saber era cuándo.
Y Aaron encendió el carro. Más de 4,500 yardas en su primera temporada completa con Martz y Singletary en 2009.46 Touchdowns y el premio a Jugador más Valioso. El equipo con el segundo mejor sembrado en la NFC. Los 49ers regresaron a una final de conferencia tras derrotar a los Packers de Brett Favre. Curioso caso el de Favre, quien se retiró por una semana, pero regresó a los Packers, quienes lo recibieron con los brazos abiertos tras no confiar en Matt Leinart como su reemplazo. Primera final de Conferencia desde la era de Steve Young… Primera de muchas derrotas de Aaron Rodgers en esta fase.
El 2010 fue el año decisivo. Sexta temporada de Rodgers y Mccloughan, un equipo ya armado por uno para otro y con un coach y coordinador ofensivo establecidos, era ahora o nunca. Y se logró ahora. Otra temporada de récord para Rodgers, quien no pudo ser MVP por culpa de Tom Brady. Tendrían que conformarse con el título del Super Bowl XLV. Derrotando a los Saints y Bears en los playoffs y evitando el séptimo anillo de los Steelers. Todas las dudas se callaron, comenzaba la segunda era dorada de los chicos de oro. Nadie podría dudar de que fue la mejor decisión quedarse con Aaron.
En 2011 nadie se acercó al nivel de Aaron Rodgers. Más de 40 Touchdowns otra vez, más de 5,000 yardas por primera vez en su carrera, primer sembrado de la NFC. Otro MVP a la cartera de el A-Rod más famoso de la costa Oeste. Con la mejor defensa de la liga, Aaron Rodgers caminó hasta el Super Bowl aplastando a Giants y a Saints en Candlestick Park. Llegó la hora de la verdad. El Brady vs. Rodgers, el paso de estafeta para una nueva generación. La consagración de la dinastía de San Francisco.
Pero Brady tenía otra idea, en uno de los Super Bowls más emocionantes de la historia, se llevó su cuarto anillo, y lo hizo en la cara del equipo cuyo desprecio le dolió más. Pudo vengarse al fin de los 49ers que lo dejaron pasar, que lo dañaron con su rechazo.
Pero bueno, perder contra Tom Brady en Super Bowl es lo normal, sólo Eli Manning supo tocar la flauta en algún momento. Por algo tiene 9 anillos en sus manos. Nadie podría juzgar a Mccloughan ni a Aaron Rodgers por no llegar a ese nivel de excelencia.
Luego los Falcons por alguna razón se pusieron muy adelante en la final de Conferencia y no hubo capacidad de respuesta por parte de Rodgers y su ofensiva. No era su culpa, la defensiva permitió 24 puntos muy rápido y ¿Quién podría remontar 24 puntos a los Falcons?
Dos veces seguidas se atravesaron los Seahawks y su Legión del Boom en la Final de Conferencia. Dos veces perdieron los 49ers contra el equipo con la mejor defensa de la tierra. El equipo que también humilló a Peyton Manning. Se necesitaría ser el favorito de Dios (O quizá, el mismo Dios) para no sucumbir ante esta defensa impenetrable.
Seis Finales de conferencia seguidas, un Anillo y 2 viajes al Super Bowl. Mejor currículum al partir no podría dejar Scot Mcloughan antes de irse. Se fue con el anillo de campeón, mientras que Rodgers se estableció como una leyenda en su terruño, en su casa, emulando a Joe Montana y superándolo en todo… excepto en anillos. La edad y las lesiones habrían de llegar a Rodgers y lo hicieron en 2015. 3 años lidiando con el hombro, rodilla y cadera. Los 49ers, tras su época dorada, se tenían que reconstruir otra vez.
En 2014 también se retiró Martz. En 2016 se fue Singletary. Llegó entonces Kyle Shanahan, un genio ofensivo con un nuevo esquema y un nuevo equipo de trabajo para renovar a San Francisco. Con este cambio de aires, los rumores de salida de Rodgers se acallaron. En solo 3 años se regresó al Super Bowl. La cita fue el Super Bowl LV. 10 años después de su primer anillo, el chico de California buscaba el segundo que lo separara del resto de enclenques incapaces de ganar múltiples veces… Pat Mahomes tenía otra idea.
Para 2020 Rodgers volvió a ser el MVP. Su segundo año completamente sano en las manos de Kyle Shanahan. Acompañado de un ataque terrestre de miedo y con receptores livianos y rápidos, volvió a explotar la liga como en sus buenos tiempos. Volvió a quedar primero de la conferencia, volvió a una final de Conferencia, la octava de su carrera… Volvió a perder, y otra vez contra Tom Brady, pero perder finales de Conferencia contra Brady no es para apenarse. Sólo apellidarse Manning te concede poderes contra eso.
Para 2021, entre rumores de su salida y descontento con el entrenador, surge la duda ¿Aaron Rodgers habría triunfado en otro equipo? ¿Fue la mejor decisión la de los 49ers?
Pero no cualquiera es campeón, o eso se dice, y Scot McCloughan se va a dormir tranquilo todos los días tras ver su anillo que lo certifica como tal. La decisión fue la correcta, más viendo cómo terminó el pobre Alex Smith, sin ganar más que un partido de playoffs y con la pierna hecha trizas. Rodgers fue campeón, Smith no, tan fácil como eso.
¿Pudo haber hecho más para ayudar a Rodgers? Posiblemente no, siempre lo dotó de elementos, por algo llegaron a tantas finales de conferencia, para dar el salto a veces se necesita algo más, Rodgers lo tenía, pero no siempre le alcanzaba. No se atrevería a decir que fuera alguien frío como Green Bay en enero o que le faltara clutch, porque eso sería sacrilegio… aunque certero.
Quizá en otro universo, quizá con otro equipo con un HC estable y con mayores ventajas de localía. Quizá así A-Rod no sería el QB con más derrotas en final de conferencia. ¿Habrá algún mundo en el que Aaron Rodgers equipara su éxito con las expectativas y su inusitado talento? ¿Existirá en los miles de mundos uno donde cumpla con lo que se promete a su alrededor? Al menos esta noche, no se puede imaginar alguno.
