on
1. A mediados de marzo del 2020 Tom Brady salió de la casa de Robert Kraft con lágrimas en los ojos.
Había llegado momento de decirle adiós a los New England Patriots. Un momento que tanto Brady como Kraft habían evitado por años.
TB12 le informó a Bob que no regresaría a Boston, pero quería su “bendición” para firmar con otro equipo. No había mucho que Kraft pudiera hacer de todas maneras; una noche antes Brady había llamado a Bill Belichick para decirle lo mismo y el coach no había movido un dedo para retener a su soldado número uno.
Brady y Kraft se abrazaron y el capítulo más exitoso en la historia de los New England Patriots oficialmente había llegado a su fin.
A sus 42 años y entrando a la temporada 2020 con 43, Tom Brady no tuvo una alineación de equipos formándose por firmarlo.
Él fantaseó por jugar en San Francisco, pero Kyle Shanahan estaba comprometido con Jimmy Garoppolo.
Mike Vrabel venía de una exitosa campaña con Ryan Tannehill hasta llevar a los Titans a una final de la AFC y no pensaba estropear el ritmo de la ofensiva, a pesar de tener una relación estrecha de años con Brady.
Rumores dicen que Tom estuvo muy cerca de New Orleans cuando ESPN informó que Drew Brees se retiraba, pero cuando Drew regresó, esa puerta inmediatamente se cerró.
Los últimos dos equipos con necesidad e interés eran Los Angeles Chargers y los Tampa Bay Buccaneers. Para Tom Brady, los Bucs presentaban una ventaja geográfica al estar más cerca de su hijo mayor, quién vive en New York.
Dos días después de que el periodo de tampering en la Agencia Libre abriera, Brady se encontró en una llamada triple con el Gerente General de los Buccaneers, Jason Licht, y el entrenador en jefe, Bruce Arians.
Licht y Arians habían considerado la posibilidad de que Tom Brady pudiera ser un agente libre disponible, pero como el resto del mundo que sigue la NFL en español, barajar ese escenario unos meses antes parecía imposible. No hay New England Patriots sin Tom Brady y viceversa. Nunca iba a pasar.
El entrenador de mariscales de campo de los Bucs, Clyde Christensen, le había insistido a Licht y Arians que le pusieran atención especial a la situación de Brady en New England.
La teoría de Christensen es que, según varios reportes, la relación del mariscal de campo y Belichick estaba rota. Había una posibilidad, por más mínima que pareciera, de que el 12 estuviera libre en marzo.
Jason Licht confesó que para cuando se encontró en la llamada triple con Brady y Arians, los Buccaneers realmente no supieron como venderse: “No estuvimos suficientemente preparados, pero por suerte no tuvimos que estarlo”.
En lugar de que Licht le vendiera la idea a Brady de unirse a Tampa, Tom se estaba vendiendo a los Bucs. Brady les dijo que le gustaba el equipo que tenían y que estaba pensando en firmar con ellos. Que tenía muchas ganas de trabajar con Bruce Arians.
Arians, un viejo zorro, cortado con una tijera muy particular había trabajado con Peyton Manning, Ben Roethlisberger, Carson Palmer y Andrew Luck. Además, tenía como asistente a Tom Moore, quien fue el consejero número uno de Manning en los Colts, pero que siempre había estado en las laterales contrarias a Brady.
Para cuando la llamada terminó, Jason Licht llamó a Bruce Arians con cara de incredulidad. “Mierda, creo que esto va a pasar”. “Hell yeah”, respondió Arians.
Sin hacer mucho, los Tampa Bay Buccaneers se habían dejado los servicios del mejor mariscal de campo de todos los tiempos. Uno de esos tipos de mitología que cambian toda una franquicia con su mera presencia.
Lo que los Bucs y Licht no notaron es que “el pitch” para firmar a Tom Brady no estuvo en esos minutos de llamada donde el QB fue quién más habló, sino en todo lo que pasó meses y años antes.
Jason Licht conocía a Tom Brady desde antes, pues trabajó en el departamento de personal de los Patriots en el 2002 y de vuelta del 2009 al 2011. Brady, por supuesto, conocía de Arians.
Cuando Licht llegó a la gerencia general de Tampa Bay en el 2014 tuvo más bajos que altos. En su primera temporada acabaron 2-14 de la mano del HC Lovie Smith. De ese primer draft, los Bucs eligieron al WR Mike Evans con el pick número 7.
Un año después, Jason eligió a Jameis Winston con la primera selección del draft, al tacle Donovan Smith y al guardia Ali Marpet en segunda ronda, estos dos últimos campeones del Super Bowl 55. En ese mismo draft Tampa tomó a Kwon Alexander en 4ta ronda.
Los Bucs acabarían 6-10 y Jason Licht recomendaría el despido de Lovie Smith. Cuando un equipo tiene marca de 8-24 en dos temporadas, usualmente el GM tampoco retiene su puesto, pero de alguna manera los dueños de los Buccaneers compraron la idea de mantenerlo.
Tampa Bay contraría a Dirk Koetter por las siguientes tres temporadas como HC, posteando una marca de 19-29. En la primera temporada de Koetter, Licht seleccionó al pateador Roberto Aguayo en la segunda ronda, en un movimiento que aún lo persigue hasta este día.
Sin embargo, a pesar del ilógico movimiento de seleccionar un pateador en la segunda ronda, al cual cortaron una temporada después, Jason Licht también tuvo su cantidad de aciertos importantes.
Un año antes firmó al TE Cameron Brate tras ser agente libre undrafted, y el WR Chris Godwin le cayó en las manos en la tercera ronda del 2017.
También cambió una tercera ronda por el DE Jason Pierre-Paul en el 2018. Tres años antes JPP había tenido un accidente con pirotecnia que le destrozó la mano. En la mente de los Giants, el ex primera ronda ya no tenía el mismo valor, pero Tampa Bay no lo vio así.
A pesar de la marca de 27-53 en cinco años como gerente general, Jason Licht había logrado firmar a Mike Evans, Lavonte David y Cameron Brate a nuevos contratos. Todo esto mientras mantuvo un tope salarial sano para intentar otros movimientos.
Además, tuvo un fantástico draft 2018:
- DT Vita Vea (1era ronda, 2018)
- RB Ronald Jones (2da ronda, 2018)
- CB Carlton Davis (2da ronda, 2018)
- OT Alex Cappa (3era ronda, 2018)
- S Jordan Whitehead (4ta ronda, 2018)
Licht le logró vender la idea a los dueños de los Bucs que la franquicia estaba a un entrenador en jefe de ser equipo de playoffs. Su idea era sacar a Bruce Arians del retiro, tras pasar la temporada 2018 comentando juegos para CBS.
Arians parecía la persona ideal para moldear y sacarle todo lo bueno a Jameis Winston, quien luego de cuatro años en la NFL, parecía más un error que un acierto. En la temporada baja escribí algunos puntos del libro de Bruce Arians que son interesantes.
Con Arians llegó un ataque agresivo de muchos pases largos que primaba el uno a uno del receptor contra el defensa. Eso por supuesto, contribuyó 5109 yardas de Jameis Winston y 33 touchdowns, ambas marcas personales del QB. Sin embargo, a su vez, el maletín traía 30 intercepciones, marca de la NFL y un récord de 7-9.
La llegada de Arians es importante porque lo reúne con Todd Bowles, luego de su paso por los NY Jets. Bowles fue la figura de la Super Bowl LV y mira que hay muchas del lado de Tampa Bay.
No hay un tipo por el cual Bruce Arians se derroche de más elogios que con Bowles, quién lo había acompañado hasta la final de la NFC con los Arizona Cardinals en el Super Bowl 50.
En esa temporada 2019, tanto Arians como Bowles tuvieron injerencia en las selecciones del draft y la agencia libre, donde lograron firmar al DE Shaq Barrett sin que la NFL se preocupara mucho por ello.
Jason Licht, quien delegó más responsabilidad al ver que su puesto estaba en riesgo, dijo que al final los entrenadores saben con cuales jugadores quieren trabajar, así que es un paso lógico.
Entre Arians, Bowles y Licht seleccionaron a estos jugadores en los siguientes 2 drafts:
- LB Devin White (1ra ronda 2019)
- CB Sean Murphy-Bunting (2da ronda 2019)
- CB Jamel Dean (3ra ronda 2019)
- S Mike Edwards (3era ronda 2019)
- WR Scotty Miller (6ta ronda 2019)
- OT Tristan Wirfs (1era ronda 2020)
- S Antoine Winfield Jr. (2da ronda 2020)
- WR Tyler Johnson (5ta ronda)
En esos tres últimos drafts está toda la alineación de los Buccaneers durante su travesía al Super Bowl LV.
Mike Edwards interceptó a Drew Brees en la ronda divisional. Jordan Whitehead, Scotty Miller y Sean Murphy-Bunting tuvieron juegazos en la final de la NFC en Green Bay. El S Antoine Winfield Jr. interceptó a Patrick Mahomes en el Super Bowl y ha estado corriendo a mil por hora durante toda la temporada.
Y luego está Devin White, quién merece un párrafo aparte. El mejor jugador de los Buccaneers en todo el 2020 y el MVP de los playoffs. Lo hizo todo, absolutamente todo, incluyendo fumbles recuperados contra New Orleans y Green Bay e intercepciones sobre Brees y Mahomes.
Jason Licht no lo sabía, pero para el momento en que Tom Brady decidió que Tampa Bay era el destino, las piezas estaban en su lugar. Ahora solo faltaba la ejecución.
Uno de los detalles importantes de la llegada de Brady es que el 12 tendría algo más de libertad para entrenar a los jóvenes en el costado ofensivo, y a su vez, tendría alguno que otro voto sobre los movimientos de los jugadores a la ofensiva. Y vaya que los que tuvo.
Un mes y un día después de que Tom Brady firmó con los Buccaneers ESPN anunció que el TE Rob Gronkowski regresaba del retiro. Una hora después, el mismo medio de comunicación anunció que Gronk iba rumbo a Tampa a reunirse con su amigo y QB favorito.
El golpe fue un gancho a las costillas a los aficionados de los Patriots y un aviso a la NFL. Brady y Gronk estaban juntos otra vez y con un solo objetivo en mente.
El shock mediático del movimiento fue gigante, pero nadie estaba realmente esperando que el impacto fuese el mismo que en New England. Gronk tenía un año fuera de los emparrillados y la recepción en el Super Bowl 53 ante los Rams parecía su despido definitivo del football.
Gronk comentó tras la victoria del Super Bowl 55 que “tenía mucho tiempo libre en medio de una pandemia” y que esa situación influyó definitivamente en su decisión de regresar. A los Bucs les costó una 4ta ronda del draft tener los derechos del mejor ala cerrada de la historia.
La llegada de Gronk al camerino de Tampa Bay tenía mucho más peso que solo el deportivo. Era el mensajero perfecto para la voz que el 12 debía imponer a su inexperto equipo.
Brady, esa figura que ha estado en más Super Bowls que victorias de playoffs de toda la franquicia de Tampa, ahora tenía un aliado.
Los jóvenes de los Bucs podían aprender de dos personalidades distintas, sobre como ser profesionales a la hora de los entrenamientos y como llevar así su juego al nivel más alto, un nivel que muchos jugadores de la NFL nunca logran descifrar.
Además de Gronk, la llegada de Tom Brady tuvo un impacto dominó en los siguientes nombres:
– El DT Ndamukong Suh firmó por un año para poder ir por el Super Bowl. Dos años antes Suh había visto como el mismo Brady le arrebató el anillo mientras vestía el jersey de los Rams.
– El RB LeSean McCoy firmaría con Tampa Bay con el mismo objetivo.
– El RB Leonard Fournette fue cortado por los Jaguars el 31 de agosto y pasó por todos los waivers sin que nadie lo tocara. Fournette se ofreció a los Bucs y firmó con Tampa 4 días antes del inicio de la temporada regular.
– Y luego está el caso Antonio Brown, quien llegó al equipo tarde en la última semana de octubre.
El caso Brown es particular porque Bruce Arians no lo quería en su equipo. Obvias razones sobraban.
Arians tenía miedo de que Brown estropeara la química que estaba formando en un equipo relativamente joven e inexperto. Sin embargo, el WR Mike Evans sufrió una lesión de tobillo en semana 1 ante los Saints que tuvo que arrastrar 2 meses y el WR Chris Godwin se quebró uno de sus dedos que lo dejó fuera un par de juegos.
Las lesiones de Evans y Godwin, además de la insistencia Tom Brady le abrieron la oportunidad a Brown de llegar a los Buccaneers. AB, sin embargo, estaba condicionado a que a la primera tontería se iba para la calle.
El arribo de Brown coincide con el peor momento de los Buccaneers en el año. En noviembre el equipo perdería ante los Saints, Rams y Chiefs por 41 puntos de diferencia de manera combinada. Todos equipos de postemporada.
Sin embargo, lo mejor de esas derrotas fue la información que los Buccaneers registraron, especialmente de Saints y Chiefs. Pero también el hecho de que tuvieran que jugar con rivales tan pesados de manera seguida en el calendario.
Esto hizo, por consecuencia, que el mes de diciembre les arrojara oponentes muy sencillos como Minnesota, Detroit y Atlanta, dos veces.
Brady y los Buccaneers registraron su primera práctica competitiva el 14 de agosto, menos de un mes antes del inicio de la temporada. Estaba claro que al equipo le faltaron repeticiones y muchas equivocaciones para conocerse.
Ante los Vikings, Lions y Falcons, esas repeticiones llegaron en forma de juego. Arians y Byron Leftwitch, a quienes critiqué durante toda la temporada, aprovecharon esos 4 partidos para probar diferentes formaciones a la ofensiva, y ataques que serían claves en postemporada.
Brady lanzaría 12 touchdowns en esos 4 juegos y el equipo promedió 37.0 puntos por partido en esas victorias vainilla. El mundo no les prestó atención a esos triunfos, porque se trató de números inflados ante rivales inferiores, pero lo cierto es que en retrospectiva las repeticiones y la confianza eran lo más importante.
El resto de la historia la conoces al dedo. Victorias sobre Washington, New Orleans, Green Bay y Kansas City. En ellas la ofensiva anotó 31 puntos en todos los juegos menos ante los Saints, en el que se quedaron a uno.
La defensiva elevó su nivel a un punto donde no había llegado en todo el año, permitiendo 19.5 puntos por partido mientras se comió a Drew Brees, Aaron Rodgers, Patrick Mahomes y… a Taylor Heinicke.
Ese es tal vez el camino más impresionante de quarterbacks que recuerdo para un equipo campeón. Y 3 de ellos en calidad de visitante.
Los 4 touchdowns en el Super Bowl LV llegaron de parte de tipos (Gronk x2, AB y Fournette) que no estaban en el equipo hace 8 meses. Ninguno de ellos se hubiese vestido de Buccaneer si Tom Brady no decide irse de New England después de dos décadas de éxito.
El lugar en el olimpo de Tom Brady está asegurado. Pero así ha estado desde hace años. Lo de las últimas temporadas es simplemente acumular victorias en su mismo panteón mitológico.
Bruce Arians dijo en la final de la NFC que solo un tipo cambió a toda una franquicia. Solo un tipo nos enseñó a ganar y a cómo es que se hace esto. Y estoy de acuerdo.
Sin embargo, Brady solo fue la pieza clave de un trabajo que inició mucho antes y que tuvo los tropiezos normales de la vida, un requisito indispensable antes de ganarte el derecho de ser llamado Campeón.
2. La clave del previo del Super Bowl 55 era la cobertura de la secundaria a las armas más importantes de Kansas City, para que así la presión le pudiera hacer daño a Patrick Mahomes.
Nadie, absolutamente estaba esperando que Tampa Bay dejara a Mahomes y compañía en 9 puntos, pero el camino era el mismo; pasa que los Buccaneers hicieron el partido más que perfecto.
Patrick Mahomes promedió 2.86 segundos en soltar el balón en toda la temporada. En el Super Bowl ese promedio subió a 3.51 segundos y ahí estuvo toda la diferencia.
La lectura del previo en retrospectiva es aún más sabrosa.
3. La jugada del primer TD de Tampa Bay es un concepto RPO, algo que los Bucs no habían hecho en todo el año.
Daniel Sorensen era el encargado de Gronk en la jugada, pero mordió el anzuelo del posible acarreo de Fournette. La verdad es que hay que culparlo poco.
El diseño fue perfecto en el momento justo.
4. Patrick Mahomes fue presionado 29 de los 56 intentos de pase.
Esas 29 presiones es un récord de Super Bowl.
5. Lo que se llama como el concepto de “Dead Leg” en una finta de ruta hacia el centro fue perfectamente aplicada por Antonio Brown.
Una de las cosas de las que no se habla de Brown es que además de ser un proyecto de caridad de Tom Brady, el QB lo pidió tanto porque AB a diferencia de otros de los WR de Tampa Bay, él corre rutas de manera disciplinada.
Brady tardó 2 semanas en New England en darse cuenta de que Antonio era superior en sus rutas y eso para un mariscal de 43 años con poca movilidad vale oro. Sabe que AB va a estar donde lo necesita.
Para un ser tan indisciplinado en su vida normal, Brown corre sus rutas de manera quirúrgica, y eso requiere gran disciplina deportiva.
6. Uno de los errores de Tyrann Mathieu fue tratar de provocar a Tom Brady.
Mathieu es un fantástico jugador, pero no está a la altura de Ed Reed, Troy Polamalu y Earl Thomas, todos rivales de Brady que sufrieron más de lo normal. Reed fue el que le dio más batalla al QB y era un tema de inteligencia entre ambos. TB12 lo llama su kriptonita.
Pero el punto es el mismo. Tyrann tiene que entender que el QB de los Bucs lo ha visto todo y esa no era la manera de sacarlo del juego.
Para peores Brady es un maniático que va a buscar ganarte de una manera enfermiza y hasta inmadura. Lo único que atrajo Mathieu fue que el 12 lo fuese a buscar una y otra vez como lo ven el video.
7. Hay muchas quejas para justificar la derrota de Kansas City. El arbitraje uno de ellos. El más fácil, por cierto.
Kansas City es uno de los equipos que más agarra en la NFL. Esto es conocido por el aficionado normal, por los narradores y por los equipos contrarios. Hubo muchas quejas de holdings, agarrones y demás en el Super Bowl 54, sino que lo diga Nick Bosa en la Wasp o en todas las jugadas del partido.
Tan solo hace 2 semanas Tony Romo lo mencionó en el juego de la final de la AFC contra Buffalo y lo volvió a decir durante el SB55. Vean el video:
¿Por qué traigo esto a la mesa? Porque si nosotros los mortales lo sabemos, más lo saben los equipos.
No me extrañaría un segundo que los Buccaneers hubieran alertado a las cebras para que le pusieran el ojo a Kansas City en defensa. De ahí tantos pañuelos en su contra.
Esta es una estrategia que utilizaba Bill Belichick muy a menudo y es muy de vieja escuela.
Los referees no le dieron facilidades a una defensa de los Chiefs que claramente estaba siendo superada por un equipo de mayor talento.
A todo esto, los Chiefs estuvieron muy mal preparados para este partido y eso lo admitió el mismo Andy Reid.
Hay muchas teorías sobre esa mala preparación, pero lo cierto es que Kansas City no estaba listo para el Super Bowl 55 y quedó claro.
8. Lo de Fox anoche fue memorable. https://bit.ly/2Okpye9
9. El Super Bowl 55 fue la tercera vez en la carrera de Patrick Mahomes en la que se va abajo por 14+ puntos al medio tiempo.
Las 3 veces fue ante equipos dirigidos por Tom Brady. Las 3 veces acabaron en derrota.
10. No hablamos lo suficiente del partido de Gronk.
Hicimos todo un panorama de la batalla de GOAT entre QBs y se nos olvidó el Gronk vs. Kelce.
Gronk hizo un flex del tamaño estadio de los Bucs y nos recordó quien ha dominado esta posición por los últimos 10 años; y no hay TE más clutch que él.
11. Travis Kelce aún no ha vencido a Tom Brady y a Gronk en playoffs. Está 0-3.
12. Tom Brady tiene muchas estadísticas, récord y números imposibles.
Poder decir que tienes más anillos de Super Bowl que todas las franquicias de la NFL es el dato más imponente en la historia de la humanidad.
13. Jason Pierre-Paul está 8-0 en su carrera en playoffs.
14. Yo al medio tiempo:
15. Este súper héroe no puede creer como que nadie vence a TB12. Si él lo hacía ver tan fácil https://bit.ly/2N6zEi3
Leo comentarios
@dondealonzo
Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.
Pingback: Brady vs Belichick, Las Decisiones De Vida y los Pensamientos Semana 4 - Narrativa X
Pingback: Patrick Mahomes: La Estrella Que No Quisimos Ver - Narrativa X