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Patrick Mahomes dibujo

NFL en Español

Odio a Patrick Mahomes y Otros Pensamientos

1. Odio a Patrick Mahomes.

En realidad, no es así, pero muchos de ustedes sí.

Y no digo todos ustedes porque hay varios quienes admiramos su carrera desde el día uno y estamos aquí simplemente subidos en su tren buscando ver hasta dónde nos llevará.

Pero es claro que muchos de ustedes lo odian. Lo que no entiendo es el ¿por qué?

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Seguramente varias de las razones resonaron en sus mentes al momento de leer estas primeras líneas.

Ese sentimiento es un desperdicio.

Durante el juego entre Bills y Chiefs las redes sociales estuvieron encendidas, usualmente con comentarios en contra de Mahomes y Josh Allen, con la fascinación por ver cuál de los dos acabaría en el lado equivocado para saltarle encima con burlas y ataques sobre su juego.

El resultado diría cual sería linchado por la mafia de Twitter. Fue Allen.

Sin embargo, eso no impidió que quienes odian a Patrick con fervor, saltaran a atacar inclusive su victoria.

Siempre me he preguntado porqué somos así y que nos ha convertido en esto. Y digo somos, porque yo he caído en esa tentación también. No soy mucho mejor en ese sentido, aunque al menos logré identificar que es lo que me hace sentir de tal manera.

Durante el Mundial de Catar 2022, me encontré apoyando fervientemente a cualquier equipo que jugaba en contra de la selección de Argentina. Cuando acabaron campeones dejé de ver fútbol por unos sólidos 2 meses por el mal sentimiento que me causó su triunfo. Qué tontería.

Todavía discuto con mi padre, quien apoya a Argentina desde los 70s, que 5 penales en una misma Copa del Mundo no es normal. Y lo escribo así para evitar en caer en las tentaciones de decir otra cosa más fuerte.

¿Ven cómo no soy diferente a ustedes?

Y es que los que hemos disfrutado de los deportes desde niños y los hemos hecho parte de nuestra identidad, no sabemos de otra cosa más que meternos en esto al 100%.

También me pasó durante la efervescencia de la carrera de LeBron James, en su apogeo con el Miami Heat. Un James que no ha sido más que un ciudadano ejemplar y un jugador de baloncesto que tiene todas las capacidades para ser considerado el mejor jugador de todos los tiempos, recibió mi mala vibra interna por años.

 

No pude darme la tarea de admirarlo y ese es un sentimiento podrido.

Y viendo estos dos ejemplos y específicamente la situación de Mahomes en la NFL y los múltiples triunfos que ha alcanzado y los muchos más que vienen, me pregunté ¿por qué realmente odiamos a quienes ganan?

Tengo 2 teorías. Seguramente hay más y me gustaría explorar otras en los comentarios, si tienen alguna sugerencia.

Estas son las mías y son básicamente las que he vivido en carne propia.

A. Estos Jugadores Retan La Jerarquía Que Tenemos En Nuestras Mentes Sobre Nuestros Héroes De Infancia.

Soy de los que piensan que el deporte nunca es mejor que como cuando tenías 12 años. Para entonces entiendes mucho de lo que estás viendo, los disfrutas a montones y tienes una reverencia y admiración por los jugadores que no puedes imitar de adulto.

Todo lo ves como un lienzo en blanco, dispuesto a que estos jugadores dibujen futuras memorias con sus hazañas e imposibles logros.

Yo lo veo con mi hijo de 13 años, quien está muy envuelto en todo lo que haga el AC Milán (por MUY mala influencia mía). Sus ojos dictan admiración por cada uno de los jugadores, que a pesar de que no son los mejores del mundo, dibujan en su lienzo virgen una grandeza indescriptible ante sus ojos. Son los héroes de su imaginación.

Lo veo también con mi niño del pasado, al que creció viendo y a sus 12 años encontró el punto más alto de la carrera de Michael Jordan en la NBA. Es imposible para mí tomar un borrador y dibujar a LeBron James sobre ese lienzo que le perteneció a Jordan. Imposible.

Pero cada vez que LeBron conquista un récord o se acerca a las finales de la NBA se enciende una alarma de mi niño interior, que ve a sus recuerdos amenazados por un nuevo establecimiento.

LeBron James nunca será mejor que Michael Jordan ante mis ojos. Llegué a esa conclusión hace muchos años. Sin embargo, lamento no identificar que el hecho de que amenazaba mis más precisados recuerdos ha sido parte de la fórmula que no me permitió disfrutarlo como se debía. Un desperdicio.

Y sé que no solo me pasa a mí.

Hoy en la NFL, quienes están en esa misma situación son los aficionados de los New England Patriots y de Tom Brady. Ellos miran el football americano con ojos del pasado, sentados al margen de las líneas por que su tiempo de disfrutar se acabó.

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Que alguien como Patrick Mahomes, llegue a retar la jerarquía del mejor jugador de todos los tiempos, enciende esa alarma que les comenté e instantáneamente los hace saltar en defensa del 12.

Estas peleas derivan -inútilmente- en la obvia discusión de quien es mejor y finalizan -cansinamente- en quien tuvo cual ayuda o quien lo harían mejor en un hipotético escenario X.

No me malinterpreten. Entiendo que muchos de estos argumentos son parte de la esencia del deporte, pero lo estamos llevando tan al límite que nos restringe de disfrutar el momento de lo que estamos viviendo.

Es más importante pelear y defender un argumento inútil, que entender que lo que hacen estos tipos es sumamente complicado.

B. No Odiamos Al Jugador, Odiamos A Su Fanaticada

Esto me pasó con Lionel Messi. Me ha pasado con él en toda su carrera, pues, Messi no retaba realmente la jerarquía del fútbol en mi niñez.

Previo a su llegada, los nombres que más se escuchaban ante la pregunta de ¿quién es el mejor jugador en la historia del fútbol? Recaían en Pelé, a quien no vi, y en Maradona, a quien vi con ojos muy prematuros.

Por lo que Messi, ante mis ojos no cae en la teoría A.

Sin embargo, es el dueño absoluto de la teoría B, que expone el hecho de que realmente no odias al jugador, sino al fanático que está dispuesto elevarlo a hasta un punto más alto, al ladito del mismísimo dios.

 

Porque seamos honestos, Messi no es odiable como personaje. Si no fuese por su exquisito pie izquierdo, no tiene mucho más que ofrecer en términos de interés. Su personalidad es monótona y carece de la chispa que suele hacer a las personas interesantes.

Más allá de la admiración que tengo por su hermosa familia, Lionel se me hace un personaje bastante insípido de discutir.

Pero sus aficionados, los del Barcelona y de Argentina, han hecho de su nombre un campo de guerra campal en las discusiones en redes sociales desde hace más de una década.

Y entonces su nombre y sus actuaciones son tan discutidas, que tienes la necesidad de pelearte con ellos por el empacho que genera tanta reverencia miope por un personaje.

De ahí parte que empieces a llevarles la contraria y en cuanto menos te das cuenta, estás viendo a Messi patear un balón con un profundo odio dentro de ti. Sin sentido alguno.

Asimismo, pasa con Patrick Mahomes. Sus aficionados son atrevidos, no solo al compararlo con Tom Brady, sino en colocarlo por encima de él, como si una diferencia de 5 anillos entre ambos no significase 5 mundos de distancia.

Ni hablar del hecho de que ni siquiera ha llegado al glorioso estatus de Joe Montana, a quien pasamos de página como si nunca hubiese existido. Atrevidos.

Y de pronto, te encuentras inmerso en una discusión sobre Mahomes y otros temas, totalmente absorbido por el deseo de hacer que los seguidores del jugador comprendan que están equivocados. Y de repente, sin darte cuenta, te ves frente al televisor, odiando al número 15, a pesar de que lo único que ha hecho durante todo este tiempo es cumplir con su trabajo.

Es un sentimiento muy poderoso que poco a poco te abraza, te consume y cuando menos te das cuenta forma parte de tu identidad.

Lo peor es que ver a estos jugadores con un sentimiento de odio se ha vuelto algo tan normal, que no identificamos el peligro de lo que eso genera en nuestro día a día y de lo mucho que -estúpidamente- nos afecta.

Este lunes en el programa de La Perrada, Daniel Occelli, conocido como El Butcher, mencionó algo que me llamó la atención, pues dijo: “yo tengo que revisarme, la verdad, por lo mucho que odio a Mahomes”.

Daniel es joven y tiene una buena carrera por delante, pero ese sentimiento que él describe, le podría impedir disfrutar del deporte en todo su esplendor si no identifica porque Patrick Mahomes lo hace sentir de tal manera. Y así muchos. No solo él.

Entiendo que muchos me podrán decir: “Alonzo, es que odio a Mahomes porque llora mucho” o “lo odio porque los árbitros le ayudan demasiado”.

Esos son solo condimentos que le dan más sabor a tu sentimiento, pero no son la raíz del problema.

La vida es muy corta como para desperdiciar el tiempo odiando genios mientras te regalan todas sus capacidades.

Sal de Twitter, deja las redes sociales y disfruta de los partidos con tus propios Pensamientos. No hay mejor compañía.

2. Diez años atrás Jim Harbaugh (quien cambió la NFL para siempre en 1997) vivió su última temporada de la NFL, llevando a San Francisco hasta la final de la NFC luego de una marca de 12-4.

Sean Payton había registrado un récord de 11-5 y se había quedado en la ronda divisional con los Saints. Ambos habían sido presa de los Seattle Seahawks de Pete Carroll y la Legión del Boom, eventuales campeones de la temporada.

Al otro lado de la Conferencia, Andy Reid había puesto a los Kansas City Chiefs de vuelta en el mapa registrando una marca de 11-5 en su primer año, dándole un giro al 2-14 al que habían sucumbido una temporada antes con Romeo Crennel dirigiendo el barco.

Reid, sin embargo, apenas estaba tratando de restructurar a la franquicia y a la misma vez su reputación. Un año antes había sido despedido de Philadelphia tras 14 años al mando de los Eagles sin conquistar el premio más preciado.

Andy, en aquellas épocas, era conocido como un buen coach que no podía ganar el juego grande. Tampoco ayudó a esa narrativa, que recién en ese primer año con los Chiefs, Andrew Luck montase el segundo regreso más grande en la historia de los playoffs, volviendo de 28 puntos de desventaja para vencer a Kansas City 45-44.

 

Cuanto han cambiado las cosas 10 años después.

Reid ya no tiene tal reputación, pues, ahora disfruta de un mariscal de campo que le resuelve sus pensamientos más osados cada vez que dibuja en ofensiva.

Payton es el que está tratando de reconstruir a su franquicia y algo de su reputación en su segundo año en Denver.

Y Jim Harbaugh regresa a la NFL como campeón del football americano universitario, para tomar el trabajo más deseado de todos los posibles, tratando de maximizar el desperdiciado talento de Justin Herbert.

Todos forman parte de la AFC Oeste, en tal vez, la colección más fascinante de entrenadores dentro de una misma división.

Aquí hay algunas combinaciones que merecen nominación:

NFC Este: 2005

  • Bill Parcells (DAL)
  • Joe Gibbs (WAS)
  • Tom Coughlin (NYG)
  • Andy Reid (PHI)

Esta combinación está complicada de vencer. En el 2024, entre todos suman 9 anillos de Super Bowl.

AFC Oeste: 2005

  • Mike Shanahan (DEN)
  • Dick Vermeil (KC)
  • Marty Schottenheimer (SD)
  • Norv Turner (OAK)

Esta combinación tiene muchos menos anillos que su contemporánea versión de la NFC Este, pero contaba con varias de las mejores mentes ofensivas en la historia de la NFL.

AFC Oeste 2022:

  • Pete Carroll (SEA)
  • Sean McVay (LAR)
  • Kyle Shanahan (SF)

Anoto este año en particular, pues se trata del año siguiente en que McVay se coronó campeón del Super Bowl y se estableció en la NFL como uno de los mejores coaches.

Esa son algunas de las combinaciones que se me vinieron a la cabeza. Estoy seguro habrá más.

Dicho esto, y viendo los nombres dentro de la división, la contratación de Antonio Pierce con los Raiders ahora tiene un sabor menos dulce que días anteriores. Es un David contra tres Goliaths.

Pierce, sin embargo, parece ser una buena contratación desde el punto de vista de que esto es lo que necesitan los Raiders en este momento. Más que un entrenador de pizarra, urgen de alguien que cambie la cultura de la franquicia y del camerino.

Antonio Pierce es más tirando al estilo de Dan Campbell en Detroit, al que muchos criticaron, que al de las mentes brillantes que viene dominando el ciclo de contrataciones de la NFL en los últimos años.

Como los Lions en su momento, hundidos en su propia suciedad y desorden, los Raiders necesitan de alguien que sea un líder de hombres, alguien al que volteen a ver los jugadores y que estos estén dispuestos a darlo todo, no por el salario, sino porque creen en su visión.

No se puede negar que en los Lions ha funcionado. Mientras Campbell tendrá la oportunidad de pegarse frente a frente con la mente brillante de Kyle Shanahan, y a esperar por gigantes como Andy Reid y John Harbaugh, Pierce debe voltear a ver a la ciudad del motor, entendiendo que ya hay un precedente reciente que funcionó como parte del cambio.

Hace 2 años la AFC Oeste tenía a Patrick Mahomes, Justin Herbert, Russell Wilson y Derek Carr liderando las ofensivas. Lucía como un escenario prometedor que no alcanzó la expectativa.

Hoy se trata de los entrenadores. Tengo la esperanza de que esta vez si nos den el drama dentro de la división que tanto estamos esperando.

3. Las Redes Sociales de FOX utilizaron este arte para comparar el éxito de Andy Reid y de John Harbaugh, con el detalle de que utilizaron… al Harbaugh equivocado.

 

4. Hay pocos contextos en los que las declaraciones de “esta es una decisión conjunta” o “ambas partes decidimos tomar caminos diferentes” realmente funcionan, pero en el caso de Miami y Vic Fangio, encajan a la perfección.

Fangio nunca quiso ser parte de los Dolphins. El joven staff en Miami, al igual que los jugadores creció en disgusto por su personalidad añeja y completamente distinta al estilo del head coach Mike McDaniel.

Lo puedo ver con Jevon Holland en su cuenta de Redes Sociales enviando al coach a “kick rocks”.

 

Lo que sucedió acá fue simple, aunque parezca más complejo de lo que es, pues, la realidad es que ni siquiera hubo suficiente tiempo para que la historia fuese más complicada, pues, la relación entre “Fangs” y los Dolphins duró apenas un año.

Cuando estuvimos en Arizona cubriendo el Super Bowl 57, Nick Sirianni habló de como los Eagles habían contratado a Fangio como consultor, no para fortalecer la defensa, sino para ayudar a la ofensiva a descifrar a Steve Spagnolo y el costado defensivo de los Chiefs.

Se escuchaban rumores que tras el Super Bowl, Philadelphia perdería a sus dos coordinadores, por lo que Vic estaba más que interesado en dejarse el puesto de coordinador defensivo ante la posible salida de Jonathan Gannon.

El problema surgió cuando Gannon empezó a decirle a los reporteros que no pensaba salir de Philadelphia, específicamente tras la paliza de los Eagles a los Giants en el juego divisional de playoffs.

Ante esa posición tan clara, Vic Fangio tomó una reunión con los Miami Dolphins, quienes le ofrecieron $4.5 Millones anuales por tratar de detener a Josh Allen y compañía 2 veces al año, como lo expliqué en los Pensamientos de Semana 4.

Ese número es más dinero del que gana Mike McDaniel como jefe de toda la operación, pero era el número correcto para atraer a Fangio a las palmeras de Miami y lejos del frío de Philadelphia. Naturalmente ante tal cantidad de pasta, Fangio aceptó.

Tras la final de la Conferencia Nacional, Jonathan Gannon aceptó el puesto de entrenador en jefe en Arizona, confundiendo la línea de tiempo de Fangio, quien de saber que los Cardinals tomarían al ex coordinador defensivo de los Eagles, nunca hubiese aceptado el puesto en Miami.

Algo similar al estilo Bill Belichick u otro entrenador en jefe de la vieja escuela, la forma de enseñar y entrenar de Vic Fangio no es para todos. Se necesita un head coach que crea en ese estilo tosco y hasta gritón, y Mike McDaniel claramente no es esa persona. De hecho, no pensaría que hay 2 pesonalidades más opuestas en el planeta NFL que esa tal combinación.

 

Tras la derrota ante los Chiefs en la ronda de comodín, McDaniel dijo que todos los puestos estarían en evaluación para el otro año, lo cual, hablando de la posición de coordinador defensivo, realmente no tenía sentido tomando en cuenta que Fangio es considerado una gema que muchos equipos de la NFL quisieran. El problema estaba, como ya lo mencioné, en el estilo.

Cuando Fangio supo que Philadelphia despediría a Sean Desai y al nefasto Matt Patricia tras el descalabro de la temporada 2023, le habló a Sirianni por el puesto. Vic tiene a su madre de muchos años en el área de Pennsylvania y durante la temporada baja pasó más tiempo allá, que alrededor de Little Havana.

El problema es que nada de esto se podía hacer oficial, pues, el mismo Nick estaba peleando por su trabajo.

Una vez confirmada la permanencia de Sirianni, la llegada de Fangio estaba hecha. Es por eso por lo que pasaron apenas unas horas desde la salida de Vic en Miami hasta su anuncio en Philadelphia. Todo estaba hablado.

Para Miami, la búsqueda de un tercer coordinador defensivo en tres años consecutivos le pone una presión extra a McDaniel, quien, a pesar de contar con un equipo lleno de talento, no ha podido ganar un juego de playoffs en sus 2 años con los Dolphins.

Las lesiones son la razón, pero un tercer año con el mismo desenlace y el adjetivo pasará a ser: excusa.

Con el contrato de Tua Tagovailoa también en el aire, la temporada 2024 de los Miami Dolphins trae unas fascinantes complicaciones que su intelectual coach tendrá que sortear.

5. Tom Brady tuvo 2 equipos interesados en sus servicios durante el offseason 2020: los Tampa Bay Buccaneers y Los Angeles Chargers. Eso fue todo. DOS.

El mercado para el mejor mariscal de campo de todos los tiempos se limitó al equipo más decepcionante de la última década (Chargers) y al equipo con el peor porcentaje de victorias en la historia de la NFL (Bucs).

En retrospectiva es risible, aunque parte de las razones es que nadie había visto a un mariscal de campo de 43 años triunfar en la NFL. Nadie. Hasta Brady.

 

Bill Belichick sostuvo entrevistas con una única franquicia para ser entrenador en jefe. UNA. Los Atlanta Falcons fueron los únicos que se dignaron a entrevistar al conocido como el mejor entrenador de la historia.

Es increíble.

Hay 2 cosas inmediatas que se me vienen a la mente tras la noticia de que no existe un mercado por Bill Belichick.

A. Los últimos 4 años mancharon su legado más que cualquier polémica o controversia en años anteriores. Desde su desastre con Matt Patricia, Joe Judge y Mac Jones, hasta ver a Brady ganar un anillo sin él.

Estos últimos 4 años han sido catastróficos para el legado de Bill.

B. Solo piensen que Atlanta decidió ir por Raheem Morris antes que Bill Belichick en la elección de su nuevo entrenador en jefe. Y apunto a Morris como sujeto en esta conversación porque lo fascinante de esto es que él es un entrenador de corte defensivo.

Es decir, los Falcons decidieron ir efectivamente por OTRO entrenador defensivo, teniendo a Bill Belichick a disposición.

Vuelvo a escribirlo para que me entiendan.

El lado defensivo es el que Belichick más domina y conoce. ¡¡¡Es más, no creo que exista alguien en la historia de la NFL con más credenciales y más meticuloso en ese costado que William Stephen Belichick!!!

Y aún así los Falcons dijeron: “no gracias. Tráeme a Raheem”.

¡Qué locura!

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Por cierto, y solo como pie de página. Los Falcons son los mismos que decidieron que no necesitaban a Lamar Jackson porque ahí tenían Desmond Ridder…

Solo quiero dejar eso ahí.

6. Soy aficionado a la gente que siempre busca un ángulo diferentes para interpretar las cosas, pero esto es otro nivel:

 

7. Amanecimos viernes en la mañana con la noticia de que Jürgen Klopp dejará el Liverpool al final de temporada.

¿La razón? Falta de energía. Vaya que me identifico.

Klopp ha sido uno de mis entrenadores favoritos desde que tomó al Borussia Dortmund y lo trajo de vuelta al mapa de la grandeza en Alemania. Aquel Dortmund conocido como el “Baby Arsenal” que contaba con Robert Lewandowski, Mario Götze y personalmente mi favorito, Marco Reus.

Ese Dortmund jugaba un fútbol exquisito que les regaló a sus aficionados 2 Bundesligas en los tiempos del Bayern Múnich y se quedó a las puertas de una victoria de Champions League en Wembley.

Pero lo que más me gustó de Klopp era el absoluto miedo que infundía en los ojos de Pep Guardiola cada vez que el Liverpool se medía al Man City en los últimos años. Pep se me hace el mejor entrenador en la historia, pero Klopp es su némesis y él lo sabe.

Durante días aleatorios paso por YouTube a ver el video de la celebración del Liverpool durante la temporada 2019-2020, cuando conquistaron la EPL en tiempos de pandemia y no pudieron celebrar en las calles.

 

No tengo asociación con el Liverpool en lo absoluto, pero tengo una admiración legítima por Jürgen Klopp y eso, el video lo refleja como pocos.

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Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.

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