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Vic John Fangio se sentó en la sala de reuniones con toda la defensa de los Philadelphia Eagles, presionó el botón de “Play” y procedió por los siguientes minutos a explicarle a sus muchachos como en el mismo Superdome en el que jugarían el domingo, él perdió la mejor oportunidad que ha tenido para ganar un Super Bowl.
Fangio, de 66 años, ha perseguido el ansiado trofeo Lombardi desde 1986, cuando llegó a la NFL como entrenador de linebackers de los Saints.
Para él, culminar en éxtasis de la victoria con el confeti cayendo desde el cielo no era una coincidencia, sino el destino, especialmente porque el juego se disputaba en la ciudad en la que él tuvo su primera oportunidad en la liga.
Fangio, sin embargo, vio como el confeti cayó, pero venía vestido de morado, del color equivocado aquel 3 de febrero del 2013.
Su defensiva, una de las más temidas de la NFL durante toda esa temporada 2012, le había permitido 34 puntos a los Baltimore Ravens de Joe Flacco en el partido más importante del año.

Tras repasar un par de veces el video con sus pupilos de Philadelphia, Fangio les aseguró que los errores que cometió aquella noche en el Superdome de New Orleans, no los cometería ante Patrick Mahomes y compañía.
Les garantizó que si seguían el plan al pie de la letra, el confeti frente a sus ojos sería verde; el verde más hermoso que sus ojos podrían presenciar.
Y es que los planes de Fangio ya habían tenido éxito en el Super Bowl, pese a que el coordinador defensivo nunca había ganado un anillo.
El 9 de diciembre del 2018, Vic Fangio registró una de sus tantas masterclass en Sunday Night Football, cuando sus Chicago Bears limitaron a Jared Goff y a una de las mejores ofensivas de la NFL esa temporada, a 214 yardas totales y 6 puntos en el triunfo 15-6 en Soldier Field sobre Los Angeles Rams.
Fangio, coordinador defensivo de los Bears durante la época de Matt Nagy, había desnudado a Jared Goff, limitándolo a 180 yardas por pase, mientras le robó la lonchera interceptándolo en 4 ocasiones esa noche.

Solo para refrescarles la memoria, esos Rams tenían a un Todd Gurley corriendo como MVP, a un Sean McVay revolucionando la NFL como el genio ofensivo del año y a una unidad que promedió 32.9 puntos por partido, incluyendo 54 sobre los Kansas City Chiefs de Andy Reid y Steve Spagnolo en aquel alucinante Monday Night Football en el que se anotaron 105 puntos que el estadio Azteca no quiso ver.
Sin embargo, Fangio no estaba dispuesto a regalar tantos puntos como los Chiefs. Es más, no estuvo dispuesto a regalar un solo touchdown esa noche.
Dos meses después, en una apática noche de Super Bowl en Atlanta, Bill Belichick esencialmente copió al pie de la letra el plan de juego de Fangs y sumaría el 6to anillo de la franquicia de los Patriots, dejando a los Rams en 3 puntos.
Esa decisión de Belichick de tomar prestado el plan Fangio, es el clásico “no trabaja duro, trabaja inteligentemente” que ronda las citas de inspiración de las redes sociales.
El mismo Todd Gurley explica en esta entrevista como los Patriots tenían todas las respuestas del examen, y, como los jugadores a la defensiva de New England se mostraron sorprendidos de la efectividad del plan que había detenido a los Rams.
Casi nadie lo mencionó entonces, pero los Patriots debieron enviarle a Fangio una réplica del anillo de Super Bowl esa temporada, o, al menos una carta de agradecimiento por exponer a McVay tan abiertamente.
Vic, nacido en el estado de Pensilvania, siempre quiso ser parte de los Eagles. Hace un par de años saboreó su trabajo soñado cuando se desempeñó como consultor de Philadelphia en el Super Bowl 57 que eventualmente perdieron ante Kansas City.
Fangio, sin embargo, ayudó al costado ofensivo descifrando la defensiva de Kansas City, a la que le pudo anotar 35 puntos pese a la derrota.
Cuando Jonathan Gannon, en ese momento coordinador defensivo de Philadelphia, aceptó el puesto de entrenador en jefe de los Cardinals, el GM Howie Roseman, estaba por ofrecerle el puesto a Fangio.
El problema fue que Fangs ya le había dado la palabra a Mike McDaniel para ser el nuevo DC de los Miami Dolphins.
En la vida muchas cosas son controlables, menos el timing. El puesto perfecto para Fangio en su equipo perfecto estuvo disponible, pero tan solo unos días muy tarde.
Cuando Vic llegó a Miami se dio cuenta de inmediato que había llegado al lugar equivocado.
Fangio es un entrenador vieja escuela, acostumbrado a hombres duros y a la época en la NFL en la que los equipos entrenaban hasta 2 veces por día.
Ahora, no solo eso es imposible, sino que hablarle o mirarle mal a un jugador puede convertirse en un tsunami de problemas.
Fangio no calzó nunca en el estilo de coach amigo de sus jugadores como lo es Mike McDaniel, quien intentó cambiar la cultura de Miami a una mucho más suave, tras el paso del hermético Brian Flores por los Dolphins.

Un coach con tantos años de experiencia y éxito en la NFL, fue ridiculizado por quedarse en el pasado y no evolucionar con el tiempo. Hoy Fangio sonríe, porque sus métodos son a prueba de años y su éxito indeleble.
“Escuché una frase que Dean Smith dijo hace muchos años. Si recuerdan, él llegó a varias Final Four antes de finalmente ganar una,” dijo Fangio más temprano en el vestidor local del Superdome.
“Y al día siguiente le preguntaron: ‘¿Cómo se siente quitarse un peso de encima?’ Él respondió: ‘Soy el mismo entrenador hoy que ayer. Solo que ahora tenemos un campeonato.’“
Howie Roseman De Compras Estilo Pretty Woman

A pesar de estar apenas en preparatoria, Howard “Howie” Roseman dedicaba sus tardes a escribir cartas a los equipos de la NFL buscando la oportunidad de hacer un interinato.
Ningún equipo respondió.
Tras dejar de lado -por un tiempo- su sueño de ser parte de la NFL, su insistencia aumentó mientras estudiaba la licenciatura en la Universidad de Florida y durante su tiempo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Fordham.
Una de esas tantas cartas dio con el Director de contratos de los Jets, Mike Tannenbaum, quién accedió a entrevistarlo por primera vez en 1999.
Tannenbaum no le otorgó ningún puesto en New York, pero le ofreció conectarlo con otros equipos, entre ellos los Philadelphia Eagles.
Con la entrada del nuevo milenio, Howie Roseman se encontró frente a frente con su sueño de formar parte de un equipo de la NFL apenas a sus 24 años de edad.
Los Eagles lo contrataron como interino para formar parte del equipo que arreglaría los problemas de tope salarial con que contaba la franquicia.
El tope salarial debutó en la NFL en 1994 y los equipos que entendían como manejar los números tenían una ventaja monumental sobre aquellos que se habían quedado en la vieja escuela.
Franquicias como los 49ers y Cowboys habían basado su éxito, durante las previas dos décadas, en la acumulación de talento sin consecuencias financieras, ante la ausencia de un techo a la hora de gastar dinero.
Otras franquicias de menor poder adquisitivo no tuvieron ese lujo, por lo que la llegada del tope salarial le brindó una oportunidad a los equipos de menor valor de competir y ganar.
Muy famosamente Robert Kraft, dueño de los Patriots, dijo que una de las razones fundamentales por las que contrató a Bill Belichick, fue por su entendimiento profundo del tope salarial.
Algo que muchos entrenadores, particularmente Bill Parcells, previo entrenador en New England, no tuvieron nunca ganas de aprender.

Ante esto, Roseman encontró en los Eagles un trabajo que 6 años antes no existía en la NFL. La evolución de las franquicias le abrió un portillo para entrar a una liga a la que ha pertenecido desde hace 25 años.
Tras varios años escalando la pirámide corporativa de los Eagles, en las que obtuvo varios títulos como Director de Operaciones y Vicepresidente de personal de jugadores, Roseman eventualmente fue ascendido a Gerente General de los Eagles en el 2010.
La combinación de trabajar en el personal de jugadores, que es básicamente hacer un análisis exhaustivo del tipo de jugadores que el coach quiere, además de su experiencia con el tope salarial, lo ponía en una situación privilegiada a la hora de formar equipos.
La única desventaja que tenía en el puesto de GM, es que por ser primerizo en el trabajo, cualquier movimiento de jugadores, sea cambios o fichajes en agencia libre, debían pasar por luz verde de Andy Reid, quien llevaba siendo coach en Philadelphia 13 años.
Roseman aprendió mucho con Reid, pero nunca tuvo poder absoluto sobre las decisiones del equipo. Tampoco sintió que era una pareja con igualdad de responsabilidades. Él trabaja para Reid y no con Andy.
Sin embargo, poéticamente, la primera selección del draft 2010, el primer draft de la pareja Reid-Roseman, fue el entonces joven DE de Michigan, llamado Brandon Graham, con la selección número 13.

Y digo poéticamente porque Graham fue uno de los héroes del Super Bowl 52, logrando el fumble sobre Tom Brady que le dio la primera victoria a los Eagles en un Super Bowl.
Y tan solo días atrás registró su segundo anillo regresando de una lesión de tríceps justo para enfrentar al coach que lo seleccionó en el draft.
Tras acabar 10- 6 en el 2010, Roseman se movió como el tiburón que es en agencia libre y logró juntar talento top para la época, con jugadores como:
- Michael Vick
- Vince Young
- (Prime) LeSean McCoy
- DeSean Jackson
- Nnamdi Asomugha
- Ronnie Brown
- Steve Smith
- Jason Babin
- Dominique Rodgers-Cromartie
- Y la selección del draft Jason Kelce.
Quienes recuerdan esa época no olvidarán como Vince Young infamemente llamó a la versión 2011 de los Eagles como el “Dream Team”, solo para acabar 8-8 al final de la temporada y perderse así los playoffs.
Esa temporada, probó 2 cosas sobre el legado de Roseman. Primero, que es un genio logrando colocar una colección de talentos inigualable en el mismo equipo y eso se refleja en los actuales campeones del Super Bowl 59.
Y segundo, ese fue un aprendizaje fundamental para entender que una colección de talento no te gana un Super Bowl. Se necesita química y dirección para dar los pasos restantes.
Tras una debacle que acabó con récord de 4-12 en el 2012, Roseman se vio forzado a hacer algo que nunca imaginó: despedir al coach más ganador en la historia de los Eagles, Andy Reid.

Despedir a Reid no fue para nada sencillo, pero en la vida hay momentos en los que todos necesitan un nuevo comienzo.
La presión del aficionado de Philadelphia para sacar a Andy de su puesto traía un ruido ensordecedor que Roseman no pudo ignorar.
Los resultados posteriores son prueba irrefutable de que el movimiento fue beneficioso tanto para los Eagles, como para Reid, quien encontró una nueva y muy cómoda casa en Kansas City.
El problema para Roseman fue que pese a no contar con la palabra final de las decisiones del equipo, mucha de la culpa cayó en sus regazos.
El dueño de los Eagles, Jeffrey Lurie, tenía confianza en Roseman, pero aún pensaba que era joven e inexperto para tener la palabra final.
Cuando Philadelphia se encontró en la búsqueda de un nuevo coach por primera vez en este siglo, Lurie tenía en mente el coach de los Oregon Ducks, Chip Kelly, quien era el nombre caliente de esa época, tras ganar el PAC-10/PAC-12 cinco años de manera consecutiva.
Roseman cerró el trato con Kelly, lo que complació enormemente a Lurie, pero aún así no consiguió el beneficio de tener la palabra final.
Jeffrey Lurie le otorgó ese poder a Kelly pese a que nunca habían trabajado juntos.

Esa decisión acabó por ser una de las peores en la historia de Philadelphia. Con el poder completo, Chip Kelly envió al corredor LeSean McCoy, uno de los mejores de la NFL, a Buffalo a cambio del LB Kiko Alonso.
También cortó a DeSean Jackson y adquirió al corredor de Dallas, DeMarco Murray, quién ya había dado todo el jugo con los Cowboys y le quedó muy poco en el tanque para los Eagles.
Fue tanto el poder que tuvo Chip Kelly sobre Philadelphia, que para el 2015 Jeffrey Lurie lo promovió a de facto GM y bajó de su puesto a Howie Roseman.
El golpe al ego de Howie fue tan fuerte que estuvo a punto de renunciar una vez Lurie brincó completamente al lado de Kelly.
Sin embargo, su círculo de influencia cercano le aconsejó que permaneciera en Philadelphia un tiempo más, previendo que el experimento de Kelly podría llegar a un final prematuro, especialmente ante la volatilidad que presentaba el coach a la hora de tomar decisiones.
Esa decisión de paciencia y de colocar el ego propio a un lado, dio frutos. Kelly fue despedido a mitad de la temporada 2015 luego de que los Eagles acabaron 7-9, fuera de los playoffs una vez más.
Para cuando Lurie aceptó el gran error de otorgarle todo el poder de decisión a Kelly, Roseman tenía todas las cartas de su lado.
En su segunda etapa con los Eagles, Roseman tenía decisión final, pues se la había ganado al mostrar, no solo lealtad a Philadelphia, sino que el tiempo había dejado claro que los errores de Kelly eran responsabilidad del dueño, no de él.
Con el poder en la mano Roseman pudo formar a los Eagles campeones del Super Bowl 52, con una recolección de talento tan fuerte que el equipo fue capaz de ganarle al mejor mariscal de campo y al mejor entrenador de todos los tiempos, con un mariscal de campo suplente.
Tras el improbable confeti en Minnesota, ahora Howie Roseman tenía el reto de hacerlo de nuevo.
La Era del Irreverente Nick Sirianni

Despedir a Andy Reid años atrás le dio a Howie Roseman una ventaja oculta: la libertad de no tolerar la mediocridad en el puesto de head coach si no era necesario.
Luego de 3 años exactos de haber ganado el Super Bowl bajo la dirección de Doug Pederson, Roseman presentía que el equipo necesitaba una visión nueva y con ello llegó el despido del único coach campeón con los Eagles.
Proveniente de una familia completamente dedicada a ser entrenadores de football americano (no profesionales), Nick Sirianni recibió la oferta de parte de Roseman para ser el nuevo entrenador en Philadelphia.
Nick, de carácter altanero muy al estilo de New York, de donde proviene, había sido parte del staff de los Colts de Frank Reich, diseñando la ofensiva de Indianapolis.
En los 3 años en que estuvo a cargo de la ofensiva, Sirianni tuvo 3 mariscales de campo distintos a disposición: Andrew Luck, Jacoby Brisett y Philip Rivers, y en 2 de esos años Indy accedió a playoffs con una ofensiva más que decente.
Nick Sirianni nunca llamó jugadas a la ofensiva. Ese siempre fue el trabajo de Reich, pero él era el encargado de diseñarla.

Esto significa que él era quien diseñaba el plan de juego semana a semana, identificaba los pareos a su favor y utilizaba el talento único de cada mariscal de campo en beneficio de su equipo.
Ese paso por Indianapolis fue el que lo ayudó a entender y evolucionar como entrenador de los Eagles.
Muy pocos le dan el crédito necesario a Sirianni por el éxito reciente en Philadelphia, pero la realidad es que él, junto con Roseman han diseñado por completo lo que han sido los Eagles en los últimos 3 años.
También su paso por los Colts y 3 mariscales completamente distintos le ayudó a calibrar la ofensiva de los Eagles y moldearla a las fortalezas de Jalen Hurts, un QB con una serie de habilidades muy particulares.
Un año antes de que los Eagles contrataran a Sirianni, Howie Roseman tomó un riesgo que recibió ciertas críticas, pero que no lideró las noticias pese a que a fue considerado un movimiento controversial.
Con Carson Wentz como el QB1 establecido en Philadelphia y luego de recibir $107 millones garantizados de parte de los Eagles en el 2019, Roseman drafteó al QB Jalen Hurts en segunda ronda del draft 2020.

La selección levantó cejas y especulaciones, particularmente porque los Eagles tenían a su QB del futuro y una 2da ronda es muy valiosa para gastarla en un suplente.
Sin embargo, los analistas del draft tenían la fijación puesta en el movimiento de los Packers un día antes, cuando Green Bay seleccionó a Jordan Love en el mismo draft, pese a contar con Aaron Rodgers en sus filas.
Roseman recibió algunas críticas, pero rápidamente se evaporaron al ser los Packers la noticia del draft.
La NFL tiene formas de ser graciosa y precisamente en la temporada 2020, durante la semana 13, Carson Wentz fue enviado a la banca para darle paso a la era Jalen Hurts, precisamente en un juego ante Green Bay.
Wentz había lanzado 16 touchdowns y 15 intercepciones en 12 partidos en el 2020, la que sería su última con los Eagles.
Uno de los problemas más grandes de Wentz en su carrera no fue la falta de talento, sino más bien el hecho de que, según reportes, el tipo no aceptaba consejos ni correcciones de parte de sus entrenadores. Es decir, no era “coacheable”, pues siempre pensaba que tenía la razón.
El superpoder de Jalen es exactamente el talón de Aquiles de Wentz. Por la forma en que Hurts llegó a la NFL, su mejor atributo es que el tipo recibe con brazos abiertos todos los consejos que vayan a mejorar su rendimiento.
Eso y su inquebrantable mentalidad ganadora es lo que lo hacen especial. Cuando Hurts fue enviado a la banca en la final del Universitario en la que Alabama estaba en serios problemas ante Georgia, fue Tua Tagovailoa quien entró a salvar al Crimson Tide y llevarse así los reflectores de la victoria.

Ese movimiento hubiese quebrado el ego de cualquier jugador y sin ánimos de ser dramático, seguramente acaba con la carrera de la mayoría, pero no de Jalen.
Tras el desfile del triunfo, Hurts entendió que Tua sería el QB1 en Alabama y buscó ser transferido a un lugar donde pudiera evolucionar como pasador.
El lugar elegido fue la Oklahoma de Lincoln Riley, quien siempre ha desarrollado algunas de las ofensivas más potentes del football americano universitario.
Hurst pasó de llevar con cuidado la ofensiva de Alabama y ganar, a reventar a sus rivales vestido de Sooner, y también ganar. Nada más vean los datos:
2016 | ALA | 36 TD | 9 INT
2017 | ALA | 25 TD | 1 INT
2018 | ALA | 10 TD | 2 INT
2019 | OKL | 52 TD | 8 INT
Lo poético de la evolución de Hurts es que su victoria en el Super Bowl 59 llegó con Carson Wentz en el banco rival, viendo como alguna vez quien fue su suplente ganaba el trofeo más grande de todos.
Pero no solo eso.
Al igual que en la final nacional, Hurts volvió a ser enviado a la banca en el SB59, pero esta vez por una razón muy distinta: su equipo había arrollado al rival, en gran parte gracias a su brillante actuación en el escenario más grande. Poético.
La Revancha de Nick, Jalen, Vic y Howie

Como muchos sabrán, el fondo de pantalla del teléfono de Jalen Hurts es aquella foto del Super Bowl 57 en la que cae confeti de color amarillo y rojo.
Esa tarde noche en Arizona vio a Jalen Hurts jugar uno de los mejores partidos de su carrera y aún así caer derrotado por 3 errores puntuales.
Uno de ellos fue un balón que descuidó un segundo, se le resbaló contra su pierna y acabó en manos de Nick Bolton, quien lo llevó hasta la zona de anotación.
Un par estuvieron lejanos a él. Desde una mala cobertura en una patada de despeje, hasta el jalón diminuto de James Bradberry que alteraría el ganador del juego.
Esa noche Patrick Mahomes ni siquiera llegó a las 200 yardas por pase, mientras Hurts eclipsó las 300, al lado de 4 touchdowns, pero de alguna manera los errores de Philadelphia ayudaron en demasía al título de los Chiefs.
Ese trago fue amargo para los Eagles y afectó a toda la espina de la organización.
Perder al coordinador ofensivo Shane Steichen y al defensivo Jonathan Gannon tras el Super Bowl fue un golpe más severo de lo esperado.
Sí, Philadelphia iniciaría el año 11-0, simplemente para perder 7 juegos de manera consecutiva y acabar eliminados por Baker Mayfield y los Tampa Bay Bucs, en un resultado que 2 meses antes hubiera causado conmoción en la liga.
La debacle de cierre de temporada del 2023 hizo a muchos gritar el despido de Sirianni, quien luego de llevar al equipo al Super Bowl, parecía haber perdido el camerino.
Roseman no movió un dedo. El análisis desde adentro no dictaba a un Sirianni como único responsable, al contrario, Howie sintió culpa de que su defensiva secundaria tuviese tan insignificante talento con respecto a otras partes del campo.
Ambos se dieron la mano, cada uno tomó su parte de la culpa por el terrible cierre del año y volvieron a trabajar.
Sirianni con la idea de encontrar los coordinadores correctos y Roseman con la idea de fortalecer su defensiva secundaria.
Los Eagles tienen una de las ofensivas más caras de la NFL y se nota en el talento que hay en cada una de las posiciones. AJ Brown, DeVonta Smith y Jalen Hurts tienen contratos importantes, y bien ganados.
Para mantener a un equipo balanceado pese a pagarle a tus estrellas, debes sí o sí acertar en el draft y eso es lo que Roseman ha hecho en los últimos 2 años.
En el draft del 2022, Howie identificó a Jordan Davis como la pieza importante que ayudaría a establecer la identidad de la nueva generación Eagles. Davis fue la selección número 13 de ese draft y desde entonces ha rendido como tal.
Las siguientes 2 rondas tuvieron un éxito similar, seleccionando al centro Cam Jurguens, quien tomó el puesto de Jason Kelce sin que el equipo perdiera el mínimo ritmo. Jurguens fue una segunda ronda planeada ante la posibilidad de la eventual salida de Kelce.
El LB Nakobe Dean llegaría en tercera ronda de ese mismo draft 2022. Dean se lesionaría en la postemporada, pero no dejó de ser importante en el éxito de los Eagles campeones del Super Bowl 59, registrando la segunda mayor cantidad de tackles en 2024 para Philly con 128.
Ese draft 2022, también evidenció que Roseman tenía una fascinación por los jugadores de Georgia. Tanto Dean como Davis destacaron en los Bulldogs en el Universitario.
Y ¿cómo culpar a Roseman por fijarse en los jugadores del programa más dominante de los últimos años?
Más bien es extraño que otros gerentes generales no hagan exactamente lo mismo y busquen jugadores top, en programas top.
Roseman vio como su draft 2022 fue un éxito y no dudó en replicarlo en el 2023.

Jalen Carter le cayó en la manos con la selección 9, luego de lo que los equipos lo dejaran pasar, pues contaba con problemas con la ley que lo podría alejar de los emparrillados de ser encontrado culpable.
Carter no solo era considerado un talento de primera ronda, sino que era visto como el mejor jugador defensivo de todo ese draft.
Carolina, Houston e Indianapolis seleccionaron mariscales de campo. Arizona utilizó su selección en un tackle ofensivo bajo necesidad, mientras Seattle tenía una fijación por la defensiva secundaria.
Las Vegas, quien era el equipo llamado a tomar a Jalen Carter, es conocido por su pobre cultura y no hubiese podido soportar las críticas de seleccionar a un jugador con problemas extra cancha.
Cuando poco a poco los picks seguían cayendo y Jalen Carter seguía en el pizarrón, fue cuando Howie Roseman olió sangre.
Chicago estaba en el puesto 9 del draft pero se sentía opulento con todo lo que había conseguido de parte de Carolina por Bryce Young. Una pequeña oferta era suficiente para llamarles la atención sin tener que regalar mucho futuro.
Los Bears también hubiesen aprovechado a Carter, de quererlo, pero la necesidad de línea ofensiva, además de un camerino relativamente endeble, parecía una mala combinación para la selección del polémico tackle defensivo de Georgia.
Roseman tomó el teléfono y le ofreció una 4ta ronda extra a los Bears por moverse del 10° puesto al 9° para tomar a Carter.
Como cuando alguien está absolutamente lleno luego de cenar premium cortesía de los Panthers, los Bears aceptaron sin pensarlo mucho, y así cayó uno de los más importantes robos del draft 2023 a Philadelphia.
Lejos de estar satisfecho con lo hecho en primera ronda, Roseman fijó sus ojos en Nolan Smith, un OLB que había ganado 2 veces el campeonato Universitario con Georgia.
Smith sumó 6.5 capturas en el año, la segunda mayor cantidad en Philadelphia durante el 2024. Pero llegarle al mariscal de campo no es su superpoder, sino más bien ensuciar a la ofensiva contraria, borrando por completo el espacio de protección del mariscal de campo.
Nada más evidente que en esta jugada ante los Chiefs en el Super Bowl 59.
En 2 drafts consecutivos Howie Roseman había seleccionado a 4 defensivos top de los Bulldogs sin que nadie metiera las manos.
2022 DT Jordan Davis | 1era ronda | Georgia
2022 LB Nakobe Dean | 2da ronda | Georgia
2023 DT Jalen Carter | 1era ronda | Georgia
2023 OLB Nolan Smith | 2da ronda | Georgia
El juego en la NFL se trata de proteger tu mariscal de campo y atacar al contrario. Ahí se gana todo y Roseman lo había entendido.
Roseman fue a la agencia libre y logró pescar 3 peces gordos, dos de ellos importantes en la conquista del título.
El primero fue el regreso del polémico C. J. Gardner-Johnson, un jugador poco agradable para cualquiera que no lo tenga en su equipo. CJGJ es el clásico: lo amas si lo tienes, lo odias si está en tu contra.
Luego le dieron esta cantidad de dinero absurda al DE Bryce Huff, quién llegó de los NY Jets con ánimos de ser protagonista.
Y por último, firmaron por un año y un humilde contrato de $3.5M al LB Zack Baun, quien era un jugador de equipos especiales en New Orleans.
Lo bueno del deporte es que tu valor en el campo no se refleja en los millones que ganas, sino en lo que demuestras.
Bryce Huff llegó con bombos y platillos en una inversión de $51.1 Millones y rápidamente se convirtió en un jugador sobrepagado en la defensiva de Vic Fangio, pues, había mejores alternativas que él.
Baun, al contrario, era un desconocido en los ojos de muchos, se convirtió en un líder de la defensa rápidamente, acabó en el equipo All-Pro de la NFL e interceptó a Patrick Mahomes en el escenario más grande.
En la vida como en la NFL nada está escrito en piedra. Siempre puedes reescribir tu legado con esfuerzo y dedicación, y Zack Baun es prueba absoluta de ello.
Sin embargo, por la forma en que las cosas habían terminado en el 2023, la defensiva secundaria era una necesidad imperiosa del equipo si querían regresar al Super Bowl.
Unos meses después del frenesí de agencia libre, Roseman se dedicó junto con Fangio y Sirianni a dibujar un camino que pudiera fortalecer esa secundaria.
Las selecciones de los esquineros Quinyon Mitchell y Cooper DeJean con los picks de primera y segunda ronda fueron una absoluta sensación desde el día uno.
Su madurez tiene poco sentido, si tomamos en cuenta que los novatos no deberían jugar a tal nivel y mucho menos 2 de ellos.
En la jugada que ven a abajo notarán como Mitchell está hombro con hombro con uno de los jugadores más rápidos de la NFL, Xavier Worthy.
Aún más impresionante es que Worthy viene en motion, lo que lo hace entrar a la jugada con ventaja de movimiento, y aún así Quinyon puede permanecer con él.
Se habla mucho de la actuación de la línea defensiva de los Eagles y con justicia, pero la secundaria también hizo un trabajo excepcional, quitándole todo tipo de opciones a Patrick Mahomes.
Cooper DeJean, por su parte, se ha convertido en una sensación de las redes sociales tras la que considero es la mejor jugada del Super Bowl.
DeJean, notable por su color de piel en una posición que no admite blancos, llegó a los Eagles a jugar en el slot y acabar con los pases cortos de los contrarios.
Las defensivas de Fangio tienen algunas características distintivas. Una de ellas es que sus defensas suelen estar entre las que más utilizan formaciones con dos profundos (safeties) altos antes de que el balón salga del centro.
Esta estructura de dos profundos ofrece flexibilidad en la secundaria, permitiendo que los safeties se desplacen antes o después del centro, pero particularmente lo que exige es lectura y reacción desde la profundidad.
Cooper DeJean no es un safety, pero la metodología aplica para los esquineros que juegan en el slot también, pues, ellos no solo persiguen al receptor rival, sino que están usualmente en posición de lectura y reacción.
Ninguna jugada refleja más este concepto que el PickSix de DeJean a Mahomes.
DeJean cayó a los Eagles desde los ojos clínicos de Roseman, Fangio y Sirianni, quienes no podían creer que el tipo estuviera disponible en la 2da ronda.
Pero su forma de ser también se emparejó con un grupo extremadamente talentoso, que contó con veteranos y jóvenes hambrientos de éxito.
El mejor emparejamiento fue con el otro blanquito del grupo, Reed Blankenship, un safety que no fue drafteado en el 2022, pero que a sus 25 años ahora es campeón del Super Bowl.
Esa pareja de “exciting whites” nos regaló esta joya de edit.
Nadie Más Que Saquon

5 mil palabras y Saquon Barkley no ha sido mencionado en esta historia. El corredor merece una sección aparte, por su desempeño, carisma, personalidad y liderazgo.
Anoche, luego de escribir muchas de estas palabras me dediqué a ver el Sound FX del Super Bowl. Me sorprendió el líder que mostró ser Saquon en momentos muy evidentes del juego.
Barkley pidió a sus compañeros nunca bajar el pie del acelerador, como si hubiese cargado con 10 Super Bowls de experiencia en su espalda, cuando realmente antes de llegar a los Eagles, lo que tenía era una mísera victoria de playoffs tras su paso por la endeble franquicia de los Giants.

Que New York dejara ir a un tipo de estos es una locura, que Philadelphia estuviera al otro lado para recibirlo, habla de la viveza de una oficina de gerencia liderada por Howie Roseman, que sabe lo que es apuntar a lo más alto.
La versión 2024 de los Philadelphia Eagles que perdió 3 partidos en al año, anotó la mayor cantidad de puntos en la historia de los playoffs y registró la mayor cantidad de errores de balón del rival en una postemporada, es uno de los mejores equipos en la historia de la NFL.
Roseman construyó el imperio, Sirianni lo comandó, Jalen y Saquon destrozaron a sus rivales, y la defensa los hizo suplicar misericordia.
¡Enhorabuena, campeones!
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#ElDíaDespués Semana 7 Jets En Problemas
Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.
