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Bill O’Brien fue parte de los Patriots del 2007 al 2011, ejerciendo como coordinador ofensivo en 2009, 2010 y 2011.
Los Atlanta Falcons habían iniciado 0-5 en una temporada atípica, llena de mascarillas, sin fans en las gradas y con mucha incertidumbre del futuro del mundo. Tras 5 derrotas al hilo el futuro del entonces entrenador en jefe, Dan Quinn, no estaba en Atlanta. Fue despedido minutos después de perder ante Seattle.
Para Quinn el despido fue el sabor amargo de un inevitable destino que inició a resquebrajarse desde el Super Bowl 51 ante los Patriots y que culminaría en desgracia en la temporada 2020. Sin embargo, también fue la oportunidad cliché de aprendizaje, una de esas frases que están siempre en el internet pero que como disclaimer no te dice que el fracaso es un aprendizaje, pero solo si eres un buen estudiante.
Quinn tomó los siguientes cuatro meses para cambiar su estilo de coacheo, ampliar horizontes y estar preparado para la siguiente etapa, la que sea que fuera. El exentrenador de los Falcons fue el hazmerreír de la liga tras el Super Bowl 51 y su ascenso a una segunda oportunidad de ser entrenador en jefe iniciaría con el objetivo principal de limpiar su imagen.
Dos años después de tomar el puesto de coordinador defensivo de los Dallas Cowboys, Dan Quinn es visto de una manera distinta a su salida por la puerta trasera de Atlanta. Hoy tiene el respeto de la liga y de los fans de ser un coordinador defensivo muy competente, que dejó a los poderosos Niners en 19 puntos a pesar de la eliminación de la ronda divisional de playoffs.
Quinn, inclusive, suena como posible entrenador en jefe de otras franquicias, como los Broncos, Panthers y en un escenario más dramático, los mismos Cowboys. Dos años después, Dan Quinn logró limpiar su reputación. Misión cumplida.
Tomo el ejemplo de Quinn para este artículo puesto a que es exactamente el mismo escenario para el nuevo coordinador ofensivo de los New England Patriots, Bill O’Brien. Su objetivo principal es ordenar la casa en Boston y por consecuencia limpiar una quebrantada imagen tras un paso caótico en los Houston Texans.
O’Brien dejó a Houston hecho pedazos regalando primeras selecciones a los Dolphins tras sobrepagar por el WR Kenny Stills y el LT Laremy Tunsil, pero también regaló a la súper estrella DeAndre Hopkins a Arizona por un menudo y el esqueleto de David Johnson, como si fuese una organización de caridad.
Lo hecho por Bill O’Brien como gerente general en Houston dejó a los Texans hundidos por años, pero la buena suerte para él y para los Patriots es que su nuevo trabajo no envuelve toma de decisiones de este tipo, ni en sus mejores sueños, y al contrario se enfoca en lo que mejor hace, llamar jugadas a la ofensiva.
Lo Que Debe Ordenar Bill O’Brien en los Patriots
El ego de Bill Belichick le jugó una mala pasada -una vez más- y su decisión de colocar a Matt Paticia como coordinador ofensivo no oficial del equipo fue una de las peores de su era como entrenador en jefe en New England.
La decisión, controversial y muy cuestionable desde el día uno, dejó los siguientes números en la fallida temporada 2022.
- Eficiencia de Zona Roja: 19 TDs en 45 oportunidades (pasaron de 11° en 2021 a ser los peores en la NFL en 2022).
- Eficiencia de 3era oportunidad: 34.8% (pasaron ser la 10° a ser la 27°)
- Cantidad de primeros y dieces: 288 (pasaron de 9° a ser 28°)
- Capturas permitidas: 41 (pasaron de ser 8° a 19°)
- Touchdowns: 31 en el 2022, 17 menos que en el 2021.
Todos esos números son responsabilidad de Bill Belichick, quien fue el que le dio las riendas a Matt Patricia a pesar de que el barbudo de buen comer nunca había llamado jugadas a la ofensiva en su carrera.
Tras el dramático retroceso de la ofensiva de los Patriots, Robert Kraft, dueño del equipo, envió un comunicado unos días después de quedar eliminados en el que decía que la franquicia estaría en busca de un nuevo coordinador ofensivo.
La noticia en sí no causó mucho revuelo a nadie, pero sí la forma. La manera tan abierta en que esto fue anunciado contradice el secretismo que ha manejado Bill Belichick por dos décadas en esta franquicia, lo que me hace pensar que Kraft reprimió al coach como tal vez nunca lo había hecho en 20 años juntos. A Belichick no le tocó más que aceptar el mandato de su jefe.
Todos esos números son los que ahora le toca arreglar a Bill O’Brien. Es hasta poético que O’Brien sea el responsable de arreglar un desorden, cuando para los fans de los Texans él es el destructor número uno. Lo bueno y lo repito, es que esta labor está más del lado de lo que él conoce.
Familiaridad con Mac Jones
Además de la historia ya conocida entre Bill O’Brien y los Patriots tras 5 temporadas juntos, una de las razones para recontratarlo en el puesto de coordinador ofensivo es la familiaridad con el mariscal de campo Mac Jones.
La carrera de Jones está en un punto de quiebre en su tercer año y hay una imperiosa necesidad de que los Patriots manejen al mariscal de campo con pinzas. Mac mostró muy buenas cosas en su año de novato y tuvo un retroceso escandaloso en el segundo, más que todo al colocarlo en una mala situación de la mano de Patricia.
Para New England es crucial saber si Jones es el mariscal de campo del futuro y si bien, un tercer coordinador ofensivo diferente en tres años está lejos de ser la receta correcta, era mejor corregir de inmediato antes de morir con la mano de Patricia sepultando la carrera de Jones.
Bill O’Brien pasó sus últimas dos temporadas como coordinador ofensivo de Alabama, de la mano de Nick Saban, gran amigo y el paralelo en el College Football de Bill Belichick.
Si bien O’Brien nunca dirigió a Mac Jones en Alabama, antes de tomar el puesto con Crimson Tide, O’Brien dedicó el último mes de la temporada 2020 para aprender la ofensiva que iniciaría a dirigir en el 2021.
¿Quién fue el maestro de Bill O’Brien? Nada más y nada menos que Mac Jones, quien tomaba de su tiempo libre para enseñarle a Bill las diferentes formaciones y tendencias de la ofensiva.
Es decir, O’Brien y Jones no son ajenos el uno al otro. De hecho, han trabajado juntos y esa familiaridad le compra enorme tiempo a los Patriots, especialmente porque el coach ya sabe lo básico de su nuevo QB, qué le gusta y con qué se siente cómodo.
¿Quién Fue Bill O’Brien en los Patriots?
Antes de moverse a Penn State para reemplazar al legendario Joe Paterno o de ser la causa de lo que son los Texans hoy, Bill O’Brien pasó 5 años en el staff de coacheo de los New England Patriots. Para mala suerte suya, esos 5 años coinciden con la sequía de 10 años sin ganar un Super Bowl de la era Tom Brady/Bill Belichick.
O’Brien tomó el puesto no oficial de coordinador ofensivo en la temporada 2009, digo no oficial, porque esa fue la primera vez que Belichick entró a una temporada sin un coordinador ofensivo nombrado. Es decir, lo que él hizo con Matt Patricia no era nuevo, sin embargo, entonces tenía a Tom Brady y no a un Mac Jones en completo estado de aprendizaje.
La ofensiva 2009 no fue lo esperado, pero mucho tenía que ver con que Brady venía de su lesión de carrera más grande tras caer en el 2008 en la desgracia de las lesiones de rodilla.
Para el 2010, los Patriots seleccionaron en 2da ronda a un oso polar como tight end o como es conocido familiarmente, a Gronk, y en 4ta ronda al ahora fallecido Aaron Hernandez, formando una dupla de alas cerradas como nunca se ha visto en la NFL.
De acuerdo a las métricas de Football Outsiders, la ofensiva 2010 de los Patriots fue la más efectiva en la historia de la NFL, superando inclusive a la del 2007, que, para mí, sigue siendo la mejor ofensiva que he visto en mis días de seguir esta liga.
Bueno, esa ofensiva 2010 y que acabó con Brady como MVP, no llegó a la final de la Conferencia Americana, tras caer en la ronda divisional de manera sorpresiva con los NY Jets.
Pero más allá de revisar la historia uno a uno, lo que dictan esos tres años de O’Brien llamando jugadas a la ofensiva, es que los Patriots eran uno de los equipos más complicados de defender en la NFL, no solo año a año, sino como lo vimos hace un par de párrafos anteriores, de manera histórica.
Eso por sí solo, da algún tipo de esperanza a los alicaídos aficionados de los Patriots, quienes después de ver a Patricia masacrar la ofensiva, hoy están en manos de alguien que sí sabe hacer este trabajo.
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Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.