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Pocas cosas se esperaban con más ganas que el recreo de la escuela. Los últimos minutos de la clase sonaban de fondo en nuestras mentes, mientras pensábamos la mejor forma de aprovechar esos momentos de descanso. Tal vez con la boca hecha agua por la merienda que nos íbamos a comer. A lo mejor conteniendo las ganas por salir a hablar con los amigos. Pero cuando había bola, la principal razón para querer salir a recreo era para mejenguear.
Independientemente del deporte, las reglas eran las de siempre. Entre más rápido empezara el partido, más tiempo se tenía para jugar. Si alguien mandaba la bola, tenía que ir a recogerla. Cuando sonaba la campana, se daba un chance para una última jugada.
Había, sin embargo, una regla central. Básica. Implícita. Era simple: Los dos mejores no podían estar en el mismo equipo. Para un recreo entretenido y nivelado, esta regla tenía que cumplirse sí o sí. Es por eso que cuando en el verano del año 2019 se anunció que Kyrie Irving y Kevin Durant iban a jugar juntos en los Brooklyn Nets nos acordamos todos de aquellos recreos de la escuela.
Pero estaba bien, hasta cierto punto. La NBA de hoy en día se decanta por los súper equipos, juntar a las estrellas para maximizar el espectáculo y la rivalidad. No es la primera vez que dos súper estrellas juegan juntas, y tampoco será la última. Ahora, cuando se supo que James Harden tenía todo listo para irse a Brooklyn, la cosa cambió. Todo mejenguero sabía lo que estaba pasando: el equipo estaba muy montado.
EL SUPER EQUIPO DE LOS NETS
Repasemos cómo llegamos aquí.
El equipo de los Brooklyn Nets ha estado alejado de la gloria por muchos años. Sus títulos son de antes de entrar a la NBA en español, y tuvieron que vender a su estrella Julius Dr. J Erving para poder pagar el derecho de piso de estar en la liga. Desde los años 70 hasta la década del 2000 estuvieron sin pena ni gloria, hasta que de la mano de Jason Kidd lograron llegar a dos finales consecutivas. Perdieron ambas contra los Lakers y Spurs, respectivamente.
Se trasladaron de New Jersey a Brooklyn a inicios de la década del 2010, y en el año 2013 el equipo apostó por ganar. Manteniendo la base del equipo que los había llevado a postemporada el año anterior, mandaron a Boston a 5 de sus jugadores, además de 3 picks de primera ronda. Esto a cambio de Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry, tres estrellas que sabían lo que era ser campeón. Un movimiento claro de win now mode. Así es, el trío de Harden, Irving y Durant es el segundo súper equipo que esta ciudad tiene.
¿Dio resultados este movimiento? Pues no, fue un fracaso monumental. Perdieron en semifinales de conferencia, y el equipo se desarmó. Invirtieron muchísimo capital en un equipo que no cumplió las expectativas y ese trade al día de hoy es catalogado como uno de los mayores robos en la historia de la liga. Para echar sal en la herida, los Boston Celtics usaron esas selecciones de primera ronda en Jaylen Brown y Jason Tatum, quienes ahora son el futuro de la franquicia.
¿SE REPETIRÁ LA HISTORIA?
Para llegar al equipo que tienen ahorita, los Nets han tenido que dejar mucho en el camino. Solo Kyrie Irving llegó por medio de la agencia libre. Kevin Durant arribó a través de un sign and trade doble, el cual envió a quien fuera la estrella de los BrooklynNets, D’Angelo Russell, a los Golden State Warriors. En el caso de James Harden, fueron necesarias tres franquicias de la liga para lograr el traspaso. Los Nets entregaron 4 jóvenes jugadores, 3 selecciones de primera ronda y 4 intercambios de pick a los Houston Rockets. A cambio, James Harden, su barba, su gran contrato y una segunda ronda.
¿Dieron resultados estos movimientos? Pues no. El equipo cayó eliminado en semifinales frente a los Milwaukee Bucks en una intensa serie. Kevin Durant empató el juego 7 con un espectacular tiro que los llevó a tiempo extra, donde terminaron perdiendo.
Viendo el lado positivo de las cosas, este equipo sí parece que va a durar más de un año.
DIFERENTES CIRCUNSTANCIAS
A pesar de no haber conseguido el objetivo de ser campeones, no existe razón alguna para preocuparse por el futuro cercano de esta franquicia. La gran diferencia con el primer súper equipo de los Brooklyn Nets está en el momento de sus súper estrellas. Pierce, Garnett y Terry estaban en el final de su carrera. Su vieja gloria fue suficiente para engañar a un equipo que quería ganar a toda costa. Hoy en cambio, poseen a tres jugadores en el prime de su carrera.
Kevin Durant es el jugador ofensivo más letal de esta generación. A pesar de sufrir una ruptura de tendón de Aquiles en las finales del 2018-2019, se vio mejor que nunca esta postemporada. Su capacidad para tener un tiro constante y casi que indefendible es única, sino que lo digan los Cleveland Cavaliers en las finales de 2017 y 2018.
Durant apareció cuando más se le necesitó, promediando 35.4 puntos por partido en la serie contra los Bucks, acompañados por 10.6 rebotes y casi cinco asistencias y media. Esto incluye su espectacular juego 5 con 49 puntos, 17 rebotes y 10 asistencias. Tuvo también la mayor cantidad de puntos en la historia de la liga en un juego 7, con 48.
KD no le debe cuentas a nadie. Atrás quedan las críticas por elegir el camino “fácil” de unirse a los Golden State Warriors y ganar dos anillos. Es capaz de liderar un equipo a la victoria y de ser la cara de una franquicia. Sin duda, es el jugador más temible de este trío.
Kyrie Irving posee una habilidad con el balón poco antes vista. Sus ataques al aro se roban los aplausos del público y los tiros que toma no los pueden tomar la gran mayoría de jugadores en la liga.
Ya fue campeón en Cleveland, pero la polémica que rodeó su salida lo ha seguido desde entonces. No pudo establecerse en Boston como el líder del equipo joven, y a pesar de haber prometido volver a firmar con el equipo, terminó en Brooklyn. Tiene con los Brooklyn Nets la oportunidad de aportar con su experiencia la estabilidad necesaria en un equipo campeón, así como un crecimiento en madurez que lo lleve al próximo nivel.
James Harden puede traer al equipo su ofensiva explosiva. En los Houston Rockets fue la cara de la franquicia por muchos años. Su stepback es mortal, y su capacidad para sacarle faltas a los defensores lo vuelven un jugador muy incómodo de defender. Posee además una gran capacidad de asistidor, algo que le abrirá la cancha a Brooklyn a la hora de atacar.
Harden estuvo cerca de llegar a la final en Houston, pero la caída de ese proyecto lo llevó a buscar en los Nets la mejor oportunidad que ha tenido en su carrera para ser campeón desde su derrota en finales con el Oklahoma City Thunder.
¿QUÉ NECESITAN LOS BROOKLYN NETS PARA SER CAMPEONES?
Recordemos el tiro de Kevin Durant para enviar el partido a tiempos extra. Si hubiera usado una talla de zapatos más pequeña, los Brooklyn Nets estarían en la final de la Conferencia Este. Hay que recordar también que tanto James Harden como Kyrie Irving sufrieron lesiones en la postemporada.
¿Qué habría pasado si jugaban los tres en todos los playoffs? ¿Estarían ahorita compitiendo contra los Phoenix Suns por el anillo? Nunca lo sabremos. El hubiera no existe. Lo que sí sabemos, es que este equipo debe ser considerado favorito para ser campeón el próximo año.
Sin embargo, hay aspectos que se deben mejorar. La primera es la defensiva. A pesar de ser la segunda mejor ofensiva con 118.6 puntos por partido, le permitieron al rival anotar 114.1 puntos, la décima peor marca de la liga. En cuanto a rating, fueron la mejor ofensiva, pero la octava peor defensiva.
El centro titular Jarrett Allen fue parte de los jugadores que salieron en el traspaso por Harden, y DeAndre Jordan no está ni cerca del jugador que fue en sus mejores años. Tienen a Nicolas Claxton como centro desde la banca, pero la solución ha sido Blake Griffin. Blake compró su contrato en Detroit y ha sido una excelente adición para el equipo, que lo ha utilizado como centro al jugar small ball. Su experiencia y juego físico le dieron un respiro a una defensa que no encontraba la forma de parar a sus rivales.
No se puede vivir de tiroteo en tiroteo, esperando que la cantidad de puntos anotados sean suficientes para cubrir una mala labor defensiva. Las defensas ganan campeonatos, y si Brooklyn quiere llegar a ese anillo, debe solucionar este problema.
Otro punto a considerar debe ser la salud. De poco sirve tener jugadorazos si no se puede contar con ellos. Durant, Irving y Harden solo jugaron 8 partidos juntos en la temporada regular. Kevin Durant se perdió 37 juegos, James Harden 28 y Kyrie Irving 18. Recordar también la lesión en los isquiotibiales de Harden en postemporada que le hizo perderse 4 juegos, además del esguince que dejó afuera a Kyrie Irving al final de la serie contra los Bucks. No hay manera de prevenir lesiones de este tipo, pero se puede dar un mejor manejo de las estrellas para evitar un exceso físico.
El último punto a considerar debe ser el entrenador Steve Nash y su falta de experiencia. Nadie pone en duda su capacidad ganadora como jugador. Prueba de ello son los dos premios al Jugador más Valioso de la liga, así como su campo en el Salón de la Fama. Sin embargo, éxitos como jugador no se traducen en éxitos como entrenador.
Llega por primera vez a un banquillo de entrenador en un equipo al que se le exige un anillo. Llega a un camerino con 3 súper estrellas y jugadores jóvenes, sobre sus hombros carga el enorme peso de descifrar este equipo y llevarlo al campeonato. Tiene en su staff a Mike D’Antoni, quien fue su entrenador en sus mejores años con los Suns. D’Antoni fue también entrenador de James Harden en Houston, y su estilo de juego se nota en estos Brooklyn Nets, que juegan con velocidad en ofensiva producto del small ball. Nash debe de aceptar todo consejo que le pueda dar su mentor si quiere establecerse como entrenador en jefe en esta liga.
La presión es mayor ahora que el equipo no llegó a las finales, y en su segundo año al mando va a ser el primero al que se va a señalar cuando los resultados no se consigan. Debe de aprovechar esta temporada baja para establecer su sistema e ideas de juego, ya que un mal desempeño de este súper equipo lo pone definitivamente en la silla caliente.
Uno solo de estos jugadores vuelve a un equipo promedio un equipo de playoffs. Dos de ellos hacen que el equipo contienda por el título, y ya los tres son un abuso para las defensivas contrarias. Se les debe sacar el máximo provecho ofensivo a estas estrellas.
Ahora en postemporada, Kevin Durant fue el claro líder del equipo. Tanto Irving como Harden actuaron en momentos como facilitadores del juego. Esos roles pueden cambiar dependiendo del momentum en el partido. La clave podría estar en tener a dos de ellos en cancha y que el otro ingrese con la segunda escuadra. Podría ser también rotar a los demás jugadores y darle descanso siempre a uno de los tres. Ya quedará en Nash y su equipo maximizar la productividad de este trío.
De lo que no hay duda, es que la mente de Brooklyn está en el campeonato. El equipo está armado específicamente para conseguirlo, y cualquier resultado que no sea un anillo es un fracaso. En el equipo se encuentran jugadores de gran valor como el renacido Blake Griffin y el tirador más efectivo de triple Joe Harris. A pesar de que no se consiguió el objetivo en su primer año, esta temporada 2021-2022 se presta para que los Brooklyn Nets confirmen la expectativa que hay sobre ellos.
Los tiempos han cambiado, ya no son aquel equipo que no supo encontrar la manera para ser campeón y terminó empeñando su futuro para nada. Aun así, si de este tridente ofensivo no sale un campeonato, se demostrará una vez más que el hombre es el único animal que tropieza de nuevo con la misma piedra, y que la ilusión de los Nets por ser los mejores a toda costa traerá de nuevo años oscuros para la franquicia.
El escenario está listo, quedamos a la espera.
Siempre hay chance para ver la mejenga. Nada como comentar con los amigos lo que está pasando en el partido. Todos los días se aprende algo nuevo. Cervezas y hamburguesas for the win. Medicina UCR.