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Una vez finalizado el torneo del Play-in, nos metemos de lleno en los playoffs de la NBA. Si bien fueron partidos intensos y de mucha emoción, son apenas un abre bocas para lo que se viene en esta postemporada de aniversario.
A partir del sábado y hasta las primeras semanas de junio, veremos el recorrido de cada uno de estos 16 equipos hasta la conquista del trofeo Larry O’Brien. El equipo campeón deberá conseguir 16 victorias para consagrarse campeón, al ser estas cuatro series al mejor de siete juegos.
Una vez que se levanta el telón de postemporada, es una historia nueva. El que se confíe verá amargamente sus sueños frustrados por alguien que lo quiso más y aquel que llegue sin hambre de ganar mejor que ni se presente.
Ahora bien, cada uno de estos equipos entra con un perfil diferente. Algunos se presentan a jugar con los objetivos de la temporada cumplidos y viviendo un sueño. Otros con el conocido chip on their shoulder buscando probar su valor o callar a las críticas. Habrán aquellos que no merecen estar ahí y otros con los ojos fijos en el trofeo.
Tenemos una promo brutal:
En la siguiente columna buscaremos analizar brevemente el panorama de cada uno de los equipos clasificados. Ver si tienen con qué competir, cuáles son sus objetivos, reconocer su nivel o bien desenmascarar al farsante que vende humo.
Para ello, hemos desarrollado cuatro categorías: Equipos a Vencer, Contendientes, Pretendientes y aquellos Sin Nada que Perder. Como dice el dicho, al que le caiga el guante que se lo plante.
Equipos a Vencer
A estos equipos los ven como enemigos. Si alguien quiere llegar a levantar el trofeo, debe vencerlos. Son sin duda los favoritos a ganarlo todo, así que un resultado diferente tiene sabores de fracaso.
Milwaukee Bucks
Un amigo me dijo que al campeón actual siempre se le debe tener respeto. La verdad tiene toda la razón. Desde el momento en el que Giannis Antetokounmpo y compañía se consagraron campeones, se convirtieron automáticamente en enemigos públicos. Los otros equipos quieren arrebatarles el título, y es deber de ellos retenerlo.
Aunque parten de la tercera posición, el momento de los Bucks no podría ser mejor. Recuperaron por fin a quien es su ancla, Brook Lopez. Cuando él se encuentra en cancha esta temporada, tienen un récord de 10-3. Es claro que su presencia marca diferencia y que el equipo lo necesita para fortalecer sus probabilidades.
En cuanto al equipo que los llevó al campeonato, perdieron al defensor PJ Tucker y a tiradores como Bryn Forbes y Donte DiVincenzo. Como principales adquisiciones el veterano Serge Ibaka y el esforzado Grayson Allen.
Todos jugadores de rol, porque el núcleo esencial se ha mantenido. Se puede argumentar que el Big Three de Milwaukee ha sido hasta ahora el más exitoso de aquellos que se formaron la temporada pasada y en la actual. Este año entran a postemporada sanos y dispuestos a defender su cancha hasta el último partido.
La cara del trío, de la franquicia y posiblemente de la NBA futura, Giannis, se encuentra en su nivel acostumbrado. Entiéndase nivel como candidato al Jugador Más Valioso y al Defensivo del Año. Es tan descomunal lo que hace Antetokounmpo que ya se toma por normal para él. Y no lo es.
Es acompañado de un gran jugador ofensivo y segunda espada como lo es Kris Middleton, así como uno de los mejores bases defensivos en Jrue Holiday. En su segunda temporada jugando juntos, no existe criterio para menospreciar este tridente y menos cuando son los encargados de repetir su título.
Milwaukee parte con la obligación de morir de pie en la defensa de su corona, por esto es el equipo a vencer. Pero que no se descarte su posibilidad de repetir porque tiene con qué. Ellos van a ser los que decidan hasta dónde competir, ya sea con un back-to-back o cayendo en el intento.
Phoenix Suns
Si se habló del campeón anterior, se debe mencionar al que se quedó con las ganas de celebrar al final. Ningún miembro de los Suns olvidará que estuvieron arriba 2-0 en dichas instancias. Los deportes dan revanchas y este es el año para Phoenix de demostrar que están listos para cuando se presente la oportunidad.
El año pasado quedaron de segundos en la conferencia, este de primeros. Lograron también el récord de victorias en la franquicia con 64. Dominaron de principio a fin la Conferencia Oeste y son claramente el gran favorito para ganarla. Con apenas 18 derrotas, no existe rival para ellos en una serie de siete juegos.
El nivel que tienen ahorita en Phoenix no se debe solamente a tener una máquina de puntos como lo es Devin Booker, quien puede anotar fácilmente más de 30 en noches consecutivas. No recae en un centro a la antigua como DeAndre Ayton, quien además de buscar un anillo con el equipo, busca respeto de parte de la franquicia por no extender su contrato.
Por más que no lo parezca, no es solo tener a un futuro Salón de la Fama y líder asistidor en Chris Paul, en uno de sus más grandes momentos fue un match perfecto con el equipo. Y tampoco es ser liderados por quien debe llevarse el Entrenador del Año Monty Williams, con su creatividad y disciplina.
No es solo producto de una banca que suple de manera precisa a los titulares. Una sin nombres pesados pero sí gran capacidad de contribuir en su rol. O de ser uno de los equipos más dominantes en el clutch al cerrar cada partido.
El nivel de los Suns es la suma de tantos factores, factores que son característicos de equipo campeón. Favorito sin duda por el occidente, pero también principal candidato al título. Su objetivo está en volver a la final desde el momento en el cual salieron de ella la temporada pasada. Que se prepare el equipo al que le toque enfrentar a Phoenix.
Brooklyn Nets
Quienes no esperaban verlos en esta categoría no han estado atentos a la NBA. Los Brooklyn Nets no pueden tener otra clasificación, no se les puede chinear. Este equipo es campeonato o fracaso, así de sencillo. A pesar de que entraron tarde a playoffs, es mejor tarde que nunca. Y ahora a buscar un equipo mejor a lo que ellos pueden llegar a ser.
Ahora, se concentran en las dos estrellas en quienes confiaron al inicio de este proyecto: KD y Kyrie. Y además, tienen el lujo de un Ben Simmons esperando cuándo decidir jugar. El trade con Harden no pudo salirles mejor. Aclarando la ofensiva y obteniendo a cambio un excelente jugador defensivo que llega a solucionar su principal debilidad.
Cualquier entrenador le entregaría las llaves del reino a un jugador del calibre de Kevin Durant. Su juego es imparable, sin duda el más letal en la liga. Y por si fuera poco, ha pulido su trabajo como asistidor y defensa. Lo mejor contra él es rendirse en el intento de contenerlo y defender lo más posible a los otros cuatro rivales.
El problema recae cuando en el mismo partido Kyrie Irving tiene inspiraciones como las que solo a él le agarran. Es un jugador que viene con polémica, sea buena o mala, pero cuando se enfoca en jugar deja callados a propios y extraños. Ahora que tiene luz verde para toda la serie, es un problema mayor para defensas contrarias.
No hay ningún equipo en la NBA mejor que los Nets jugador por jugador. A todas luces deben ser considerados como principales favoritos al título. La temporada pasada se tuvo cierta pasividad en su pronta eliminación debido a las lesiones. Este año no hay excusa. De no llegar tan siquiera a las finales, el fracaso será imborrable.
Miami Heat
Y por último, los líderes del Este. En un año en el cual la conferencia tuvo una calidad deseada por años, fue Miami quien supo mantenerse hasta el final y llevarse el primer puesto.
El equipo ya estaba armado para competir con Jimmy Butler, Bam Adebayo y el entrenador Erick Spoelstra. Se abusaron de la agencia libre y trajeron a Kyle Lowry, PJ Tucker y Victor Oladipo. Y no hay que olvidar a Tyler Herro y Duncan Robinson.
Con su marca registrada de una férrea defensiva, tienen el “lujo” de haber trabajado con muchas rotaciones a lo largo de la temporada y recibir resultados positivos. Sus titulares se perdieron en conjunto 82 juegos, como jugar con solo cuatro durante todo el año. Los rivales no saben qué les va a tocar y ellos pueden producir con lo que sea.
Tuvieron al final de la temporada una seguidilla de partidos que encendió las alarmas acerca de la verdadera calidad del equipo de cara a postemporada. Quedarse con esa idea los volvería el pretender más grande de todos los clasificados. Situaciones como estas en equipos maduros ayudan a la unión y a la mejora, esperamos que así sea.
La presión es mayor cuando todos los equipos tienen un enemigo común. No ayuda cuando las dudas del pasado empiezan a acumularse. Miami Heat tiene una presión mayor a la que un primer sembrado debería tener. Su calidad ha demostrado ser capaz de vencerla, y es ahora su deber lograrlo.
Contendientes
Hay una diferencia sencilla entre los de este grupo y la categoría anterior. El objetivo de estos equipos recae más en ganar la conferencia y soñar con lograrlo todo en las finales. No hay duda de que tienen aspiraciones grandes, pero el nivel de exigencia no es comparable. Eso no significa que la palabra fracaso no pueda usarse en ellos, también se les va a exigir.
Como curiosidad, esta categoría puede dividirse en dos subcategorías: Por obligación y por destino. Primero los obligados.
Philadelphia 76ers
En el momento en el cual fueron por James Harden, los Sixers se obligaron a ellos mismos a buscar esa final. No es que fueran ajenos a la posibilidad teniendo a un jugador como lo es Joel Embiid. Lo que pasa es que este trade quitó de la conversación toda excusa para un posible fracaso.
Toda la conversación de The Process giraba en torno a formar un equipo contendiente por muchos años. Lo más cercano que han estado es apenas una semifinal de conferencia y los años pasan. El resultado tan catastrófico en el juego 7 contra Atlanta Hawks marcó el principio del fin de dicha estrategia, y ahora se encuentran en win-now mode.
Y no es para menos. La posibilidad de un pick and roll entre Embiid y Harden por siete partidos es simplemente brutal. Una ofensiva de Philadelphia que se encuentre en sintonía va a ser casi que imposible de parar. Se habla mucho de las estrellas, pero hay que tomar en cuenta también al resto del equipo, como Tyrese Maxey y Tobias Harris.
Sin embargo, no todo es color de rosas con el equipo. Por algo no son un equipo a vencer. Están arrastrando los fantasmas de James Harden cuando el partido es importante, los de Doc Rivers cuando la serie está con ventaja y los de Joel Embiid ante romper esa barrera de grandeza en postemporada.
Golden State Warriors
A principios de temporada, parecía que estábamos frente a una nueva versión de ese equipo 73-9 del 2016. Steph Curry sonaba fuerte en la conversación de Más Valioso, Draymond Green como Defensivo del Año y nuevamente Steve Kerr como Entrenador del Año. Y por si fuera poco, faltaba de volver Klay Thompson. Una locura.
Pasaron los partidos, y lo que se veía como una apuesta segura al campeonato se fue desvaneciendo poco a poco, al punto de estar brevemente en la cuarta posición de la conferencia. Al final, el equipo logró amarrar la tercera posición y esperar por un guiño de la fortuna para poder tener a todo su equipo a tope.
Los tres jugadores más importantes del equipo solo han podido estar juntos en tres partidos. No es posible montar un favorito al título si no se ha podido trabajar de lleno con el talento que se tiene a disposición. Se espera que Curry esté listo para empezar la postemporada y ahora sí, sacarle provecho a las estrellas.
Hay que pedirle cuentas también al entrenador Kerr. Si bien han tenido figuras inesperadas como Jordan Poole o incluso Andrew Wiggins antes del Juego de las Estrellas, no puede ser que el nivel del equipo dependa tanto de sus estrellas. Un equipo que solo funciona bien cuando tiene a sus figuras no está bien entrenado. Es un caso similar al de Brooklyn.
Este equipo de Golden State está obligado a dominar el oeste una vez más. Entran a la postemporada con un panorama similar a cuando formaron una dinastía. Esta vez, acompañados de una defensa sólida e impasable cuando juega en casa.
Si de verdad son contendientes, aprovecharan la oportunidad en salud que se les presenta y retomarán su puesto como rivales de los Suns. No se puede quedar en el camino por el bien del legado de sus estrellas y entrenador.
Memphis Grizzlies
Con ellos abrimos la subcategoría del destino. Y sí, es extraño pensar que no merecen estar a donde están ahorita. El equipo sensación de la temporada, dominando a sus rivales aún sin su estrella Ja Morant y siendo de los equipos más jóvenes de la NBA. No hay que ser fanático para argumentar que varios de los premios al final de año terminen en Memphis.
Lo que hay que recordar, es que este equipo no tenía contemplado dar semejante salto. Volvamos un poco para atrás. La temporada pasada dieron de qué hablar al dejar fuera de playoffs a los Warriors en una excelente exhibición de baloncesto. Enfrentaron con valor al primer sembrado de Utah Jazz y murieron de pie.
El proyecto creció, pero esta vez saltándose unos pasos en la progresión natural de un equipo contendiente. Esta segunda posición es más de lo que alguna vez creyeron los Grizzlies cuando realizaron los planes de temporada. Su objetivo era claramente ganar una serie de postemporada y luchar a muerte por llegar a esa final de conferencia.
Su desempeño sobrenatural los ha colocado en una posición más cómoda y no están para desaprovecharla. Un equipo que tenga marca de 20-5 sin su líder es de mucho cuidado. A tan poca edad, han sabido entender su rol en el equipo y cómo contribuir como unidad. En ambas fases del juego se nota un entendimiento que pocos equipos pueden alardear.
Y ni qué hablar de Ja Morant. Es parte de espectáculo fresco que necesitaba la liga para rejuvenecer su imagen. Su estilo y agresividad lo vuelven un imán para los espectadores, además de que su talento lo lleva a colocarse en las conversaciones de Más Valioso. Pero primero, debe probar su nivel en la postemporada.
El momento de los Grizzlies está apenas empezando. Lo que suceda en estos playoffs debe ser apenas un adelanto de lo que esta franquicia puede ofrecer en el futuro. No hay que esperar menos y es momento de observar si están a la altura de asaltar la Conferencia Oeste y volverse un equipo contendiente y de época.
Boston Celtics
El giro que tuvo la temporada de los Celtics solo podrá ser recordado en base al desempeño que lleguen a tener en postemporada. Parecía ser que la era de Brad Stevens como gerente e Ime Udoka como entrenador iba a ser más de lo mismo y un nuevo fracaso en las aspiraciones de la franquicia para volver al estrellato.
Los ajustes de mitad de temporada y el hambre de sus estrellas los tienen ahora en nada menos que la segunda posición de la Conferencia Este. Todo pinta a que el equipo que estamos viendo es por fin lo que se esperaba de tantos años de esperanza en Boston, plasmado por fin en un ingreso fuerte a postemporada.
¿La clave? Su defensa. Se tenía la idea de que los Celtics iban a ser un equipo primordialmente ofensivo. No es tan ilógico, viendo que tienen en sus filas a uno de los mejores jugadores de la liga en Jason Tatum, acompañado por Jaylen Brown, Robert Williams, Marcus Smart y el veteranísimo Al Horford.
Lo que ha dado la campanada es que desde diciembre han logrado ordenar sus filas y convertirse al día de hoy en la segunda mejor defensa de la liga. Esta identidad no se le había visto antes al equipo y se ha convertido en su principal arma a la hora de enfrentar al rival.
Y ojo, que no han abandonado la figura de equipo ofensivo. Cerraron el año como la sexta mejor ofensiva en rating. Entran a postemporada quizás como el equipo con mejor momentum aunque sufren la dura pérdida de Williams por una lesión de rodilla al final de temporada.
De igual manera, el momento que tienen se lo han ganado. Podrían haber quedado en la categoría de Sin Nada que Perder, pero a la franquicia de Boston se le va a exigir siempre. Qué mejor manera de cerrar esta temporada sorprendente que con una larga carrera en playoffs.
Pretendientes
Aunque así lo parezca, esta categoría no es del todo mala. Es cierto que los que caigan aquí pueden verse como culpables de fingir algo que no son. Pero puede ser también por el hecho de que no están listos como equipo, o simplemente no están al nivel de los equipos mencionados anteriormente, no podemos pretenderlo así.
Esta categoría posee también dos divisiones: Falta de ayuda y Caída Libre.
Dallas Mavericks
Luka es una súper estrella. Desde su llegada a la NBA, ha conquistado los corazones de tantos fanáticos con su juego vistoso y espectacular, no por nada es Luka Magic. Sin embargo, una estrella de su calibre debe dar el paso siguiente en postemporada, y hasta que no lo consiga, no podrán salir los Mavs de esta lista.
Y es ser un poco injusto con él. En las dos series de playoffs anteriores, él hizo hasta lo imposible para tratar de vencer a Los Angeles Clippers, quienes en papel eran ampliamente superiores. Basta con recordar ese buzzer beater en la Burbuja, o aquel momento en el cual llegaban 3-2 a casa con la posibilidad de cerrar la serie.
Su problema ha sido que la genialidad individual no ha sido suficiente para vencer en una liga de equipos. Eventualmente, le hace falta compañía, una segunda o tercera espada que lo ayuden a vencer a rivales mejor armados. No lo pudo ser Porzingis, quien fue traído a Dallas con la exclusiva misión de serlo.
Ahora tiene a su lado a Jalen Brunson y Spencer Dinwiddie, dos jugadores que han sabido acoplarse a lo que juega Doncic. Además, el aire fresco que ha traído el entrenador Jason Kidd parece renovar sus fuerzas. Prueba de ello, es haber sido la sexta mejor defensa al finalizar la temporada.
Cerraron sin embargo como una ofensiva de media tabla. ¿Será suficiente de cara a playoffs? ¿Este es por fin el año en el que veremos a Luka en semifinales? Es lo que deben demostrar. Y no se ve nada sencillo, contemplando su lesión muscular que lo dejará afuera en los partidos iniciales. Sin Doncic, ¿será otra salida en primera ronda?
Denver Nuggets
Van después de los Mavericks porque su caso es similar. A veces tener a un jugador tan valioso como Nikola Jokic (quien volverá a ser el Jugador Más Valioso) no es suficiente de cara a la postemporada y a rivales armados con la mira en el campeonato.
Esta temporada histórica de Jokic no puede contarse en pocos párrafos. Es el primer jugador en lograr dos mil puntos, mil rebotes y quinientas asistencias. Elevó sus números de su temporada pasada cuando recibió dicho premio y por si fuera poco, logró meter a playoffs a un equipo que sin él estaría en el fondo de la tabla sin duda alguna.
La diferencia con los Mavericks es que Denver sí ha tenido sus momentos de gloria en postemporada de manos del serbio. Recordar que fueron finalistas de conferencia en la Burbuja, además de que vencieron a Portland la temporada pasada. En esos momentos, tenía actores de reparto. Ahora, es un monólogo cargado de esperanza.
El entrenador Michael Malone ha tratado lo mejor que ha podido de adaptar el juego del equipo a lo que tiene y exprimir a su estrella. Rodear a un pasador de tiradores y cortes a la pintura es lo que ha favorecido a que la temporada de Denver no se acabara antes de tiempo. Es aguantar con dignidad hasta que vuelvan los lesionados.
No se debe menospreciar a los Nuggets. De la mano de Jokic pueden llegar a ser muy incómodos en una serie. Lo que pasa es que no hay fundamento para verlos competir por un campeonato, y si lo logran, faltarían adjetivos para describir la grandeza del Joker.
Utah Jazz
Si en esta temporada Utah no logra por lo menos una final de conferencia, su “dinastía” terminará yéndose sin pena ni gloria. Y si vieron la categoría en la que estamos, no es muy convincente su caso como para creer que este año van a lograrlo.
El proyecto de Quin Snyder parece caerse a pedazos de manera silenciosa. Su nombre se escucha en los rumores de nuevos trabajos en San Antonio y Los Angeles. El equipo ha perdido el estrellato que había conquistado en años anteriores y se nota distinto al que alguna vez fue contender.
¿Realmente lo fueron? Viendo para atrás, a parte del año anterior, la franquicia ha estado en esta media tabla de postemporada. Siempre visitando y buscando cómo robarse juegos. El primer lugar del año pasado quizá alimentó egos y esperanzas que tal vez no había que crecer todavía y es por eso que este año se tiene un sabor diferente.
Ya perdieron por lesión y traspaso a Joe Ingles. Jordan Clarkson no está en su nivel de Sexto Hombre. A pesar de tener a un candidato perenne al Defensivo del Año en Rudy Gobert, se nota distinta la defensa. Y ni que se diga la relación de este con la joven estrella Donovan Mitchell.
Este puede ser un año que marque antes y después en la franquicia. De no lograr avanzar, pueden rodar cabezas y surgir traspasos para el win now mode. El talento que ha logrado conseguir Utah es muy bueno como para dejar escapar la ventana de oportunidad. A falta de éxito, deben tomarse cartas en el asunto.
Chicago Bulls
Cerrando la categoría, los Bulls con una temporada que podría resumirse como un alegrón de burro. Lo que empezó como una revelación de la noche a la mañana terminó peleando por sobrevivir y no caer en el Play-in. Si bien no es del todo culpa de Chicago, no hay tiempo para excusas cuando se entra a playoffs.
En la temporada baja, lograron quizás el mejor fichaje en Demar DeRozan. El impacto fue inmediato y mejor de lo que cualquier miembro de la franquicia pudo pensar. Su entendimiento con Zach LaVine y demás compañeros fue instantáneo y parecía que la grandeza volvía a Chicago.
Un equipo vistoso, defensivo y ganador, que se vería frenado por el único rival que no se puede contener o derrotar: Las lesiones. Ya fuera por covid o por impedimentos físicos, el talento disponible fue poco cuando más se necesitó, y la identidad del equipo se vio muy golpeada ante la falta de sus miembros. Poco a poco se quedaron sin fuerzas para competir y la diferencia se notó.
Pero quizás el factor más determinante y el por qué se encuentran en esta categoría, es su imposibilidad de vencer a los grandes. Terminar con récord de 2-20 contra los 8 mejores equipos de la NBA es inaceptable, menos de cara a playoffs. No hay forma de argumentar una excusa y es una muestra directa de que no están al nivel de contendiente.
Sin Nada Que Perder
La última categoría. Los siempre esperados underdogs. No porque confiemos en que vayan a dar la campanada, pero porque en caso de que así sea, será la conversación por varias semanas. Estos equipos que juegan de gratis y cada minuto en la cancha es uno en el que entregan alma, vida y corazón.
Gracias Play-in por traernos a estos equipos con el único objetivo de darlo todo.
Toronto Raptors
El único de los cuatro que se ganó desde antes su campo en la postemporada. En una temporada llena sorpresas, los Raptors sin duda fueron una que se quedó callada y haciendo lo suyo, al punto de que ante propios y extraños se encuentra en la quinta posición del Este.
Un equipo que no cree en nadie y que sin figurar mucho puede ser una piedra muy incómoda en el zapato del rival. La labor de Nick Nurse vuelve a dar frutos, entrenando a un equipo disciplinado y entregado, ordenado en defensiva y aportando lo suyo en ofensiva.
Poseen a Fred Van Vleet y Pascal Siakam como las figuras de siempre. Pero surgen también OG Anunoby y quien será candidato a Novato del Año, Scottie Barnes. Son jugadores superiores al promedio pero que en conjunto dan de qué hablar, y sobretodo, dan pelea.
Minnesota Timberwolves
Es la temporada para empezar a ponerle atención al proyecto que se está haciendo en Minnesota. En su regreso a playoffs, se inicia la primera probada para unos jugadores que sin duda van a volver más fuertes el próximo año. Su deber ahorita es aprender y competir, pero no está fuera de la conversación el sorprender.
Ganando de manera vistosa su partido de Play-in, los Timberwolves sellaron un pase a postemporada con el que coquetearon en varios momentos del año. De la mano de su núcleo joven en Karl Anthony Towns, Anthony Edwards y D’Angelo Russell, el equipo tiene con qué competir partido a partido. No por nada fueron la ofensiva con más puntos por partido.
El reto no es sencillo cuando se entra como desfavorecido en una serie. Eso es lo que menos les debe importar. Mantenerse fieles a lo que los ha traído aquí y no dejársela fácil al rival es a lo que tienen que dedicarse. La postemporada es de quién lo quiere más, y si alguien puede enseñarles de eso, es Pat Beverley.
El ambiente en Minnesota es uno de hambre deportiva. Jóvenes que no tienen miedo a faltarle el respeto a quien tengan de frente, y quienes quieren hacerse un nombre por sí mismos. Por algún lado se tiene que empezar y qué mejor manera que con la posibilidad de dar un golpe sobre la mesa.
Atlanta Hawks
Un invitado que parecía olvidarse que esta es su fiesta, llega hasta el puro final y con el estilo que lo caracteriza. Viendo el inicio de temporada de Atlanta, parecía un fracaso rotundo producto de la resaca. Levantando cabeza y recomponiendo el camino, entraron justos a playoffs.
Están también retomando la identidad que los llevó a sorprender el año pasado. Y esa es una identidad de villanos. Trae Young está emergiendo en la NBA como aquel jugador odiado por los aficionados rivales, pero que lo miran con impotencia cuando este ríe al final.
Ice Trae parece jugar mejor cuando peor lo tratan. Es esta figura que espera a que lo menosprecien para demostrar de qué está hecho. No le tiene miedo a ser gritado y hasta escupido siempre y cuando la bola esté en sus manos y sea él quien dicte su destino. Hay que pensarlo dos veces antes de querer enfrentarlo.
New Orleans Pelicans
El más inesperado de todos los invitados a la gran escena. No hay equipo que esté jugando más de gratis que New Orleans, y esto los puede convertir en rivales peligrosos. Pocas cosas peores que jóvenes debajo del spotlight, completamente impredecibles.
La temporada de los Pelicans volvió literalmente de entre los muertos. Parecía un año completamente perdido en el mes de noviembre, y a pesar de todo, aquí siguen. Tienen una nueva vida y no hay tiempo para desperdiciarla, cada partido es una final adelantada hasta que les digan que no pueden más.
Lo que ha hecho la gerencia es de reconocer y premiar. Los traspasos y las selecciones universitarias están dando frutos instantáneos. Han logrado armar un equipo joven y listo al punto de poder darse el lujo de no necesitar a Zion Williamson. Tienen con qué hablar y estarán a toda máquina cuando su estrella vuelva.
La ofensiva en manos de Brandon Ingram, CJ McCollum y Jonas Valanciunas es fuerte. Una defensa de dos torres contando a Jaxson Hayes y la sorpresa de los novatos Herbert Jones, Trey Murphy y el undrafted José Alvarado forman en conjunto una base fuerte para el futuro. El hecho de que estén viviendo este presente solo hará que mañana se espere más.
¿Predicciones?
No hay más que decir. Cada equipo sabe lo que trae y a quién tiene al frente. En las columnas futuras se hablará acerca de los pareos directos. Por ahora, a contar los minutos para ya verlos en cancha y disfrutar por fin de los playoffs de la NBA.
Siempre hay chance para ver la mejenga. Nada como comentar con los amigos lo que está pasando en el partido. Todos los días se aprende algo nuevo. Cervezas y hamburguesas for the win. Medicina UCR.