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Soy un apasionado del deporte, y esta es una letra de mi corazón al tenis. He sido un obseso del deporte desde que tengo uso de razón, y si le preguntan a mi padre, incluso desde antes. Mi vida ha sido un camino donde conocía lo que la televisión me permitía conocer, y al tener siempre canales deportivos puestos, fueron los deportes mis primeros amigos.
No solo era verlos, sino jugarlos. Lo que veía en la TV, lo buscaba replicar en el jardín de mi casa, en los festivales deportivos de mi escuela, en las distintas academias donde practicaba deportes. Pude haber sido profesional de no lesionarme la rodilla, o al menos eso quiero creer. Uno de los deportes que siempre me intrigó fue el tenis, que a día de hoy sigo practicando a pesar de mis kilos de más. Sin embargo, ahora sufro de cierto desapego al aspecto profesional del mismo… Explico:
¿Cómo Algo Tan “Simple” Es Tan Complicado?
El tenis tiene algo místico, es un deporte que a primera vista se basa en una premisa sumamente simple, pasa la bola al otro lado de la red hasta que tu rival no logre hacerlo de vuelta. Es algo sencillo, hasta que tú eres el que tiene la raqueta y ves lo difícil que es mantener constancia, condición física, cabeza fría, técnica y una mente capaz de soportar cualquier tipo de frustración. Ahí empieza la belleza del deporte… y la complicación.
Es ahí cuando ves el arte del tenis.
La Historia de Amor Comienza
Mis primeros años observando tenis no son los más claros en mi mente, pero recuerdo a un Agassi calvo con un arete, a un Sampras que usaba camisas dos tallas más grandes de lo que debía, un Andy Roddick que era un salvaje y, curiosamente, a James Blake, un tipo que jugaba distinto a los demás, que todo era a matar. Me gustaba el deporte, pero no había ese síntoma de fanatismo en ninguno de los jugadores.
Es en el año 2001 donde el mundo conoce a un tal Roger Federer. Un suizo de 19 años llegó a Wimbledon y eliminó en cinco sets al campeón defensor -y entonces líder en títulos de Grand Slam- Pete Sampras. Para mí, Federer llegó un poco después. Fue en el 2003, en Wimbledon, ante Andy Roddick en semifinales, a quien derrotó 7-6, 6-3, 6-3. Con costos recuerdo algo de la final, su primer título de Grand Slam, fue el partido ante Roddick que me enganchó.
A día de hoy, Federer es no solo mi tenista favorito, pero está en mi top 3 de deportistas a los cuales admiro. Tenía mi héroe. Ahora, necesitaba un villano.
El Primer ‘Villano’
Soy un romántico, toda historia debe tener el bien y el mal, y en los deportes, opino lo mismo. Para el 2004 Federer era el número 1 del mundo, y ganó tres de los cuatro Grand Slams. Terminó el año con un récord de 74-6. Dios mío.
En todos los cómics, novelas o historias, siempre todo va bien, hasta que algo llega a romper la paz, el famoso “villano” al que hay que sobreponerse. Lo bonito del deporte es que estas batallas pueden ser prolongadas.
Mientras Federer dominaba en 2004, un joven se empezaba asomar. Era español y se llamaba Rafael Nadal. Para el 2005, en semifinales de Roland Garros, un Nadal que cumplía 19 años ese mismo día derrotaba a Federer por primera vez en un Grand Slam. Nadal terminaría ganando ese Roland Garros, en su primer intento. Ahora, todos queremos o admiramos a Rafa, pero ese era el primer indicio de un villano que se asomaba.
La Era ‘FeDal’
Ahora, son BFFs, pero hace muchos años, iniciaba una rivalidad enorme. Entre julio del 2005 y agosto del 2009, NADIE que no se llamara Roger Federer o Rafael Nadal, logró ser número 1 del Ranking ATP. Hablame de dominio absoluto. Lo mismo sucedió de septiembre 2018 a octubre 2018. Son el único par en la historia en terminar cuatro años consecutivos en el tope del ranking.
Esta rivalidad tiene 40 antecedentes de momento. Nadal, de hecho, domina el head-to-head con 24 victorias (14-2 en arcilla, 8-6 en superficie dura). Federer contabiliza 16 triunfos (5-1 en superficie dura bajo techo, 3-1 en césped). Sin embargo, en la etapa tardía de sus carreras, es Federer quien tiene una gran ventaja.
Desde el 2015, Federer tiene un record de 7-1 sobre Nadal, cuatro de esos siendo finales, incluyendo un clásico en la final del Australian Open 2017. Dicho sea de paso, esa final dejó uno de mis puntos favoritos en toda la historia.
Si me disculpan, procedo a llorar.
Un Tercer Invitado
Han visto como Batman tiene al Joker, al Riddler, y muchos más villanos. Pues acá ocurría lo mismo. En el 2007, un serbio de nombre Novak Djokovic empezaba a hacer mucho ruido. En la Rogers Cup en Montreal, Djokovic de 20 años, derrotaría a Andy Roddick (3 del mundo), Nadal (2) y Federer (1). Era un aviso.
Ya sea que tu héroe en la historia fuera Federer o Nadal, había un villano nuevo. De 2007 a 2010 Djokovic fue un problema que se podía resolver. Un villano secundario, pues. En 2011, el serbio logró llegar al primer lugar del Ranking y no solo eso, tuvo uno de los años más prolíficos en la historia del tenis.
‘Nole’ terminó ganando el Australian Open, Wimbledon y el US Open. Ganó cinco título ATP Masters 1000, rompió el récord de más dinero acumulado en una temporada del ATP Tour ($12 millones) y tuvo un inicio de temporada de 41-0, hasta que cayó ante Federer en semis de Roland Garros. Terminó el 2011 con un récord de 70-6. Ahora el dominio era de tres, había nacido el Big-3 del Tenis.
Los Tres Mejores de la Historia
No hay duda de que Federer, Nadal y Djokovic son los tres mejores tenistas de la historia. No importa el orden en el que quieras ponerlos. Cuando Federer estaba a tope, no hay criatura viviente que pueda jugar mejor al tenis. Nadal, con su garra, es un tipo al que tienes que matar 100 veces para ganar un encuentro, y su dominio en arcilla es sin precedentes. Djokovic tiene la virtud de tener sangre fría para cerrar partidos y una defensa por momentos inquebrantable.
De hecho, sus tres estilos son muy disidentes:
- Roger Federer: Elegancia, juega en frac.
- Rafael Nadal: Un toro, no se rinde y no se cansa.
- Novak Djokovic: Asesino, no perdona una ventana de oportunidad.
Son los tres jugadores más emblemáticos, icónicos y ganadores de todos los tiempos. La lista de Grand Slams al momento de redacción es esta:
- 22 Rafael Nadal
- 20 Roger Federer
- 20 Novak Djokovic
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- 14 Pete Sampras
Una locura.
El Estado Actual del Tenis
En 2022, Nadal ha ganado sus dos últimos Grand Slams, pero cada torneo que pasa es un probable retiro. Federer, de 40 años, no juega desde julio del 2021 y Djokovic se ha visto en problemas de vacunación y política más que en las canchas de tenis.
Es decir, nuestros héroes -o villanos- no están y van de salida. En el podcast de Narrativa X, comenté esto con Alonzo y su respuesta fue una terapia de choque para mí. Les recomiendo escuchar todo el podcast, donde además tratamos temas de Steph Curry vs LeBron James y como Shakira fue clutch en el Super Bowl LIV:
Volviendo al tenis, este es el ranking actual de la ATP y el número de Grand Slams que posee cada jugador dentro del top 10:
- Novak Djokovic – 20 GS
- Daniil Medvedev – 1 GS*
- Alex Zverev – 0 GS
- Rafael Nadal – 22 GS
- Stefanos Tsitsipas – 0 GS
- Casper Ruud – 0 GS
- Carlos Alcaraz – 0 GS
- Andrey Rublev – 0 GS
- Felix Auger-Aliassime – 0 GS
- Matteo Berrettini – 0 Gs
*Cabe resaltar que el GS que ganó Medvedev fue en sets seguidos contra Djokovic.
No Hay Héroes Ni Villanos Nuevos
Mi gran problema es asimilar que los tres más grandes de todos los tiempos van relativamente de salida. Peor aún, de todas estas nuevas camadas no hay un jugador que se salga del canasto. La nueva moda es admirar a Carlos Alcaraz, gran tenista, sin duda, pero no ha hecho nada todavía. También admito es algo personal… Los comparo con el Big-3 y es un techo que no se puede alcanzar.
En fin, me avisan cuando exista un nuevo héroe, y por supuesto, cuando salga el primer villano. De momento, todos cumplen roles secundarios ante los 3 que viven en el Olimpo. Ni modo.
Me dijeron que no solo del pan vive el hombre, y ahí encontré los deportes. Ahora vivo de ellos.