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1. Es complicado encontrarle palabras a todo lo que pasó este fin de semana. No solo las correctas, sino palabras en general.
Es de esos eventos –en plural– que le cuentas a tus amigos y no te creerían; y aunque te crean, las palabras nunca le van a hacer justicia.
Nunca cayó mejor el dicho “tenías que estar ahí”, aunque ahí significase frente al TV y con el corazón en la mano jugada tras jugada.
Yo solía ser el tipo que veía fútbol por horas de horas desde mi niñez hasta mis primeros años de adulto joven. El que se quedaba tarde los viernes consumiendo cualquier partido que ESPN me vendiera de la NBA, o el que se levantaba a las 3 am a ver a Andy Roddick en el abierto de Australia. Sí, leíste bien, Andy Roddick.
Y luego la NFL me arruinó todo.
Una persona que lamentablemente haya caído en las manos de la drogadicción no puede soltar el vicio porque lo que está buscando es la repetir la increíble sensación de ese primer viaje. Es lo que llaman “chasing the first high”.
Esto en un plano mucho menos importante y dramático es lo que buscamos quienes nos sentamos horas de horas durante 18 semanas y más –como unos completos adictos– a ver la NFL. Ese viaje de adrenalina implícita de tres horas y media, sin garantía de nada al final del camino.
La diferencia de esta liga con el resto de los torneos de cualquier de deporte, es que, la NFL te renueva el vicio semana a semana. Te deja siempre queriendo más.
Este fin de semana divisional es lo más cercano que tendremos a la perfección, no solo con los cuatro partidos definidos en la última posesión, sino con tres equipos visitantes sacando “la sorpresa”.
Lo que hace a la NFL particularmente increíble es la combinación entre la paridad y el drama deportivo. Tan solo hace dos años los Cincinnati Bengals estaban eligiendo como el peor equipo de toda la liga a Joe Burrow, solo para ahora estar a un partido de llegar a un Super Bowl por primera vez desde los años 80s.
¿Cuál otra liga te ofrece una oportunidad de estas?
Y luego está el drama. Mamita mía. Hay dramas de dramas en la vida, pero el único que quiero mi día a día es el deportivo y en especial el que me vende la NFL.
La liga ha entendido a través de su historia que el hecho de que un solo juego defina todo, le da una ventaja sobre cualquier otro deporte americano, y por encima de cualquier otro torneo a nivel mundial.
El avanzar o morir te sube las revoluciones a mil y te genera una –bienvenida– ansiedad horas antes y durante cada partido. Y es que el concepto es sencillo, nadie, absolutamente nadie quiere morir, por lo que bajas ángeles, rezas plegarias y sufres como si fueses parte de cada uno de estos equipos.
Al final de la historia siempre alguien muere. Es más, 31 de 32 mueren, pero también tienes derecho a definir como te despides de cada temporada.
Tengo un enorme respeto por los ocho equipos que batallaron física y mentalmente este fin de semana, buscando nada más que la gloria deportiva. Atrás quedaron los contratos, los lujos y los millones. Lo del fin de semana se trataba única y exclusivamente sobre legados y la gloria deportiva.
Siento gran satisfacción por Joe Burrow, Matthew Stafford y Patrick Mahomes, quienes se encontraron en momentos difíciles, apremiantes, y lograron sacar la tarea de manera exquisita, con la máxima concentración en los momentos de mayor presión, esos momentos en los que cualquier otro humano regular caería de rodillas.
Y por último, tengo una inmensa admiración por tipos como Josh Allen y Tom Brady, quienes a pesar de sus respectivas derrotas salieron del campo dejando absolutamente todo, como unos completos gladiadores de arriba a abajo.
A cada uno de los actores de tan imposible fin de semana, solo puedo decir gracias. Gracias @NFL.
2. Los últimos 2 minutos del Bills vs Chiefs son complicados de explicar, especialmente porque pasaron tantas cosas, que da más para un documental que para un punto de Pensamiento. Sin embargo, intentémoslo.
Estos últimos dos minutos significaron 25 puntos entre los dos equipos, lo cual es un partido entero; qué un partido entero, una vida entera.
Es tan dramático el final, que ni siquiera contempla una 4ta y 4 en la que Josh Allen hace 2 engaños de pase y completa el primer down con sus pies. Al momento esa parecía la jugada más importante del partido, sin saber que se vendría un tsunami de emociones a continuación.
En ese mismo drive, no solo Josh Allen anota en una 4ta y 13 con el espíritu de Jerry Rice en el cuerpo de Gabriel Davis, sino que la jugada de dos puntos de Allen a Diggs significa que Buffalo extendió la ventaja a tres puntos, lo que nos garantizó que Kansas City no pudiese ganar el juego con gol de campo, y por ende abrió la oportunidad para desatar la locura.
Sin esos dos puntos de lado de los Bills, nada de lo que sucedió en el último minuto llega a ocurrir.
A continuación, llega el turno de Mahomes, quien debe avanzar 75 yardas con 1:54 segundos por jugar. Se dice fácil pero no lo es.
Mahomes tarda cinco jugadas en encontrar a Tyreek Hill por el centro en una ruta en la que se come al esquinero Levi Wallace (número 39) simplemente porque Hill tiene el paso más rápido que el resto de la NFL. Sin embargo, es importante recordar el nombre de Wallace, porque sus intentos de cobertura eventualmente acabaron con el recital ofensivo de Josh Allen.
No solo Wallece es quemado en esta jugada por un rival superior, sino que los profundos Jordan Poyer y Micah Hyde, dos de los mejores de la NFL, toman un mal ángulo de ayuda y el resto es historia.
El TD de Hill le resta 52 segundos al reloj, dejando a Josh Allen con 1:02 y con tres timesouts.
Por muchas décadas hemos visto mariscales de campo sucumbir ante la presión. Aquí al contrario vimos a dos que elevaron su nivel de una manera tan natural que fue hasta escalofriante en tiempo real.
Josh Allen voltea a ver a la banca como un absoluto gánster y le dice a su equipo que tienen tres timeouts, y suficiente tiempo para anotar. Ojo, los Bills necesitan un TD, muy al contrario del escenario que enfrentó Mahomes, y aun así existía la confianza de que pareo les favorecía. Las pelotas de este tipo.
Seis jugadas y un par de pases completos después de Gabriel Davis, los Bills anotaron el TD que en el 99% de los universos (tengo que dejar de ver Marvel) hubiese significado la anotación de la victoria.
Hubo momentos más apremiantes para Josh Allen en el partido que llevar a su equipo 75 yardas con un minuto para el TD. Es por eso que ese touchdown se ve tan fácil y con tanta calma de parte de la ofensiva de los Bills.
Lo que viene a continuación es una combinación de talento de Mahomes, ingenio de la ofensiva de los Chiefs y complicidad de la defensa de los Bills.
En una competencia siempre hay un ganador y un perdedor; los que están en el lado equivocado del resultado tiene su porcentaje de culpa siempre, aunque en este partido como tal da más para alabar lo hecho por Mahomes y Allen, que lo que dejaron de hacer las defensas.
Como siempre hemos dicho por acá, la vida se trata de decisiones y de vivir con las consecuencias. Buffalo toma la decisión de patear largo, en lugar de hacer el famoso squib kick. El squib kick es esa patada intencionada para comerse algunos segundos a pesar de regalar la posición de campo.
Para los Bills eso significaba dejar a Mahomes con alrededor de 6 segundos en lugar de 13, con la oportunidad de ejecutar una jugada en lugar de dos.
Sin embargo, si nos ponemos a analizar el juego así, estamos hilando de una manera muy delgada. 13 segundos debería ser imposible para cualquier jugador el mover el balón 40+ yardas. Y bueno, aquí es donde admitimos que estamos en la nueva era de la NFL, con mariscales de campo vestidos de super héroes, y con el talento para lograr lo que antes era completamente impensado.
Mahomes completa un pase a Tyreek Hill para 19 yardas aprovechando el espacio que dejó la defensa de Buffalo por obvias razones y pide un tiempo fuera. El hecho de tener 3 timeouts en la bolsa con un minuto por jugar de parte de Buffalo y Kansas City habla de lo bien que entienden el football de situación ambos entrenadores (guiño a Dallas).
De vuelta al juego.
Tras el timeout a falta de 8 segundos los Chiefs se alinean para lo que en teoría podría ser su última jugada de la temporada, pero antes de ejecutar, Buffalo pide tiempo.
Kelce vio que Levi Wallace (39), el susodicho amigo que se comió el TD de Tyreek Hill está jugando de una manera displicente y prácticamente cubriendo las laterales para evitar que Kansas City las utilice.
El problema con este razonamiento de parte de Wallace y Buffalo es que los Chiefs tienen 2 tiempos fuera aún, por lo que cualquier parcela del campo es fair game o se puede utilizar para ganar yardas.
En el espacio del tiempo fuera, Travis le dice a Mahomes que, si los Bills vuelven a salir con la misma formación, que en lugar de la lateral, él va a correr una seam route, que significa ir de la línea de golpeo en línea recta por el centro.
Patrick en medio del conteo en la línea de golpeo le grita a Kelce “do-it” y el resto es historia. Pase completo en posición de gol de campo y tiempo extra.
Pueden ver toda la explicación de parte de los protagonistas en el video de abajo.
A veces el football americano luce increíblemente complicado, entre rutas, llamadas, tiempos fueras y muchas otras variantes. En otras, simplemente es el ingenio y la lectura de dos jugadores fuera de serie, como en este caso el 15 y el 87.
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Luego de esto viene el único “error” de Josh Allen, que fue llamar tails en el giro de la moneda y se acabó el partido.
¿Se debe cambiar la regla del tiempo extra? Probablemente que sí. Pero eso nos no quita el clásico instantáneo que nos dieron ambos equipos.
De pie y aplausos para ambos.
Sí quieren vivir los últimos minutos sin corte, está en el video de abajo.
3. Hemos venido hablando sobre esta nueva era de la NFL, más complicada de jugar defensiva y de muchos más puntos en juegos cerrados.
Específicamente luego de ver a estos dos monstruos de Josh Allen y Patrick Mahomes anoche, es complicado pensar que se puede ganar en la liga si no tienes a un tipo de tal magnitud bajo centro.
Claro, siempre están las grandes defensivas, el juego por tierra y el coacheo. Muchos seguramente pensarán en Bill Belichick para interponerse en la idea de que Allen o Mahomes dominen la AFC por años, pero algo ha cambiado desde la llegada de Pat a la liga. Es mucho más complicado detener a estos unicornios que puede correr y pasar con una altísima efectividad.
Si notan, las ofensivas son más complicadas de detener tanto por la combinación de las reglas, como por la precisión de cirujanos con que se ejecutan cada una de las llamadas en ese costado del balón.
El mito de Belichick merece respeto, pero tan solo hace una semana se estaba comiendo 40 encima precisamente de la mano de Josh Allen. Y no se comió más porque no había más tiempo en el reloj.
Lo que justamente me hace pensar: si tu equipo está en la AFC y no tienes a Joe Burrow o a Justin Herbert, ¿puedes realmente competir con los extraterrestres que vimos que tienen Bills y Chiefs?
4. Después del partido quería darle un abrazo a Josh Allen, para que les miento.
5. Aparentemente hubo algo de conflicto en el camerino de los Buccaneers durante los últimos dos meses. Creo que luego del episodio de Antonio Brown, quedó claro que algo no estaba bien.
A pesar de ellos Tampa Bay batalló hasta el final en un partido en el que el papel y los pareos lucían completamente en su contra.
Es la ventaja y lo increíble de tener a Tom Brady en tu equipo. Nunca estás fuera del juego.
El efecto Brady es casi que bíblico y mitológico. Para Tampa rendirse era el paso más sencillo tras estar 27-3, pero cuando volteas al banco y ves a este tipo que ha sido un completo súper héroe de hazañas imposibles durante dos décadas, solo puede intentar pelear hasta el final.
El regreso de los Buccaneers era imposible dentro de toda lógica del fútbol americano. La diferencia más grande entre este escenario y del Super Bowl LI contra Atlanta, es que en ese juego Brady estaba moviendo las cadenas regularmente, a pesar de estar abajo por 25 puntos.
En este choque contra Los Angeles nada de esto estaba sucediendo. Tenía más pinta a la final de la AFC en la temporada 2013 en Denver, en la que Brady volteaba a ver y solo tenía a Julian Edelman como opción. Su ofensiva estaba limitada.
En este caso tenía a Gronk y Mike Evans, pero Gronk estaba siendo utilizado mucho en jugadas de bloqueo para ayudar ante la ausencia del RT Tristan Wirfs. Si con Wirfs en el campo era una batalla descomunal contra Aaron Donald, Von Miller y Leonard Floyd, sin él era prácticamente imposible.
Otro detalle es que Tom Brady ni siquiera tenía a mano a los reemplazos de los jugadores que perdió. TB12 había encontrado cierto grado de confianza en Cyril Grayson y en Brashad Perriman, sustitutos de Chris Godwin y Antonio Brown, pero en el partido más difícil de la temporada no tuvo a ninguno de los cuatro.
Es hasta increíble que los Bucs estuviera empatados a 27 faltando un minuto por jugar.
Por supuesto el drama del regreso no fue obra exclusiva de Brady, Cam Akers, Cooper Kupp y Matthew Stafford colaboraron con fumbles y regalos de posesiones en la segunda mitad. Sin embargo, cuando la defensiva te da una oportunidad debes tomarla. Brady compañía así lo hicieron, a pesar de que fue más con series ofensivas atropelladas y con más esfuerzo y ganas, que football americano de calidad.
Ahora y antes de comentar el pobre desempeño de Todd Bowles como coordinador defensivo, hay una serie de jugadas que tienen injerencia en el resultado final; específicamente hablo del pase de Brady a Cam Brate en 3era y 10 faltando 45 segundos en el reloj.
Viendo el juego en vivo me pareció que Brate había logrado el primero y goal, lo que significaba que Tampa Bay tendrían 4 jugadas para anotar en TD. Con la defensa de los Rams tratando de evitar a toda costa el TD, el tiempo se hubiese reducido considerablemente en las siguientes cuatro jugadas.
Hablemos de que los Bucs anotasen en una tercera oportunidad; para el momento que los Rams tienen el balón de vuelta le puede restar si acaso 15 segundos al juego, complicando en demasía que Los Angeles haga algo y es el tiempo extra nuestro siguiente destino.
Sin embargo, como la jugada fue marcada como 4ta y centímetros, los Bucs se alinearon para lo que en teoría parecía como un sneak, solo para darle el balón a playoffs Lenny y empatar el juego con 42 segundos por jugar.
Cuando llegas a tal escenario la orden es anotar, por lo que eso se poner rodilla en la yarda 1 para no dejar tiempo no entra en juego, especialmente porque no hay garantía de que anotes en las siguientes 4 jugadas. Esto me lo consultaron mucho en redes sociales.
Pero vuelvo a mi punto inicial, esa llamada de las árbitros, que fue meramente de apreciación le dio una oportunidad más a Matthew Sttaford y compañía, y ya sabemos la historia.
Bowles es un coordinador defensivo que vive o muere con el blitz y acá definitivamente murió haciendo lo suyo en un escenario completamente innecesario.
A la misma vez Bruce Arians dijo que había jugadores que no sabía cuál era la jugada que tenían que correr en la última conversión de Cooper Kupp.
Esto habla de la falta de detalles del estilo de Arians y del milagro que fue que este equipo ganara el Super Bowl el año anterior, con un coach tan apático liderando todo.
Me hace apreciar mucho más la leyenda de Tom Brady.
6. Los Rams trajeron a Matthew Stafford exactamente para partidos como este. El trabajo no está terminado, pero creo que está claro que Los Angeles tomó la decisión correcta.
Me agrada por Stafford que terminara con 366 yardas, 2 TDs y unos pases completos increíbles en momentos clutch.
Lo que más me gustó fue ver su temple y carácter en el juego. A pesar del regreso de Tampa, Stafford lució en control en todo momento, y es fácil hacerlo cuando tienes a Cooper Kupp de tu lado.
7. En un mundo justo Cooper Kupp debería ser el MVP de la NFL y aquí lo hemos dicho desde noviembre.
8. El domingo por la mañana salió el rumor de que Tom Brady se va a retirar tras el 2021. Este rumor, a diferencia de otros, se sintió mucho más real.
Brady no mostró el lado de “Psycho Tom” de otros playoffs, y lucía algo cansado de estar ahí. No deja de competir porque el tipo es un maniático, pero claramente no tenía la intensidad de otros años.
Su juego ante los Rams es una buena manera de salir de la NFL. No tiene nada, absolutamente nada, que probar. Es el mejor QB de todos los tiempos y por un buen margen.
Lo mejor de todo es que a pesar de las caídas, nos enseñó a siempre morir peleando hasta el final.
9. Es una locura la cantidad de mensajes que me llegan al año diciendo “debes destruir a mi equipo X”, particularmente este fin de semana me llegaron varios de los aficionados de los Packers.
Sin embargo, eso no es lo que trato de hacer aquí. No es de criticar por criticar, sino de explicar y entender de una manera sencilla este complicado y fascinante juego.
Pero bueno… procedo a destruir a los Packers.
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10. Es broma. Tal vez.
Es poco lo malo que se puede decir del equipo en general. La gerencia hizo todo lo posible para poner a una escuadra competitiva en el campo que le diera una oportunidad a Aaron Rodgers de llegar a otro Super Bowl.
Verán, por muchos años la narrativa era culpar a todos menos al QB, pero creo que hemos llegado al punto de final de tal afirmación.
Green Bay debía anotar tan solo 14 puntos en el juego y hubiese salido con la victoria y no lo digo basado en el marcador final. Tras la primera serie ofensiva que acabó con TD, el partido tenía el sentimiento de que un TD más ponía las cosas en el congelador para Green Bay y obligaba a San Francisco a desarrollar un juego ofensivo del cual no parecía capaz de lograr.
La ofensiva Niner logró anotar exactamente 6 puntos en Lambeau Field el sábado por la noche, y lo hizo a empujones. Otro TD en el resto del encuentro hubiese sido punto final para San Francisco y por ende el pase de Green Bay a la siguiente fase.
Pero entonces ¿cómo se explica que los Packers no anotaron más de 3 puntos en el 85% restante del partido?
Cuando se toma la hoja de vida de Aaron Rodgers en la NFL y se repasan las eliminaciones de playoffs una tras otra, no hay una explicación contundente una vez miras los datos. Siempre hay muchas excusas, pero no hay explicaciones.
Los números de Rodgers siempre son muy similares. Decentes, sin intercepciones pero que no rayan ni cerca de lo espectacular. Entonces sus defensores dicen “mira, lanzó tanto y tanto y no lo interceptaron. Es culpa de la defensa que no lo ayudó”.
Un mito del football americano es que las pérdidas de balón están solo atadas a las intercepciones o los fumbles. La realidad del juego es que cada vez que haces una patada de despeje estás perdiendo una posesión del juego y en el caso de Green Bay hubo cinco series ofensivas que terminaron devolviendo el balón a San Francisco.
El aficionado Packer que ve a su equipo todos los domingos sabe que esto no es nuevo. Cierto, a Rodgers NO lo interceptan y tiene ese elegante rating de pasador que todo el mundo presume, pero hay lapsos en donde su ofensiva entra en un letargo mental evidente.
En el partido de la Semana 15 en Baltimore, Green Bay ganaba por 14 puntos faltando 9 minutos por jugar; una vez los Ravens descuentan a 7, los Packers se van 3 y fuera cuando debían matar el partido ante un rival claramente inferior.
En el juego de navidad contra los Browns, las últimas tres series ofensivas de los Packers acabaron con patadas de despeje que le permitió a Cleveland, otro equipo inferior, estar en el juego hasta que Baker Mayfield lanzó una intercepción.
Y los fans de los Packers saben que tampoco esto es de solo el 2021. El año pasado Green Bay le puso 28 encima a los Colts en Indianápolis en la primera mitad, solo para anotar 3 puntos en la segunda y acabar con 6 series ofensivas, 5 de ellas consecutivas devolviéndole el balón al rival. Perdieron el juego.
Puede existir cierta culpa de Matt LaFleur y sus llamadas, pero ciertamente estos lapsos mentales de apatía recaen aún más en Aaron Rodgers. De hecho, se ajusta mucho a su personalidad.
La discusión de que Rodgers es el QB más talentoso de la NFL siempre me da gracia, porque esa es solo una parte de toda la historia. El talento tiene un techo y para Rodgers y los Packers el techo ha sido no poder avanzar al Super Bowl en 11 años. Se necesitan muchas otras cosas más.
Mucha gente busca comparar a Rodgers y a Brady todos los años. Entiendan de una vez por todas, ni siquiera están en la misma categoría.
En Twitter el sábado por la noche comenté que Aaron Rodgers lucía como un genio cada vez que buscaba a Davante Adams y muy normal cuando lo intentaba con otros. La versión 2021 de Rodgers es más gracias a las rutas de Adams que al acierto del mismo Rodgers.
Lo peor es que Rodgers para todo el talento que tiene, se enfrascó en que solo jugaría con Davante o con Aaron Jones, volviéndose absolutamente predecible en cada intento.
Sin embargo, nunca más predecible y falto de confianza con sus compañeros que en la 3era y 11 antes del último despeje a los 49ers. Rodgers va sí o sí con Adams a pesar de que está en doble cobertura, básicamente diciendo como “al carajo esto”.
En la ruta por debajo Allen Lazard está completamente solo para mantener la serie ofensiva viva. Rodgers no lo vio por que no le dio la gana verlo. Había decido de antemano que iba con Adams sí o sí. Esto lo espero de algún novato en estrés, pero es mucho más grave para un QB que mucha gente lo quiere forzar como uno de los 3 mejores de la historia.
¿Qué le podemos criticar a la defensa de Green Bay que mantuvo a San Francisco en 13 puntos? ¿Le podemos decir algo a los equipos especiales? Sí y mucho. Pero si tienes tal QB jugando en casa en la ronda divisional, esperas que anote más de 10 puntos y cargue con el equipo a la siguiente ronda. Es la realidad.
11. De verdad pensé que este era el año de Green Bay.
12. DeMeco Ryans merece enmarcar el partido de Lambeau Field en la sala de su casa. Con excepción de la primera serie, hizo llamadas perfectas, inclusive incluyendo la arrastrada de los Packers en ese primer drive, Ryans hizo el trabajo primordial de un entrenador: ajustar.
Davante Adams tuvo tres recepciones cruciales en el primer drive y luego de ahí fueron apenas pinceladas, simplemente porque DeMeco dijo que, si iba a perder el partido, no sería con la espada de Adams.
San Francisco ha crecido mucho en defensa, dejando a Dallas y a Green Bay en 13.5 puntos por partido en los choques de playoffs. Ambos tenían ofensivas potentes jugando en casa y San Francisco logró detenerlas con buenos esquemas y ajustes.
Si los Niners mantienen este ritmo podrían entrar como la mejor defensa de las cuatro restantes.
El aficionado Niner sabe que debe preparar el corazón para las siguientes dos semanas, especialmente por la montaña rusa que significa Jimmy G. Están acostumbrados a todo lo que conlleva las tonterías de Jimothy pero no dejan de afectar al corazón.
13.
Jimmy G: 11/19, 131 yardas, 1 INT, 57.2 rating | Avanza en playoffs
Josh Allen: 27-37, 329 yardas, 4 TDs, 136.0 rating | Eliminado en playoffs
Qué Inyusticia.
14. La jugada del partido para San Francisco es exactamente la hoja de vida de Kyle Shanahan. Cuando nadie tiene la opción de correr, él va a diseñar algo que te de suficientes yardas con bloqueos ejecutados de una manera fascinante.
Mucho aficionado pensó que el regreso de Jaire Alexander sería factor y lo fue, pero en contra.
Jaire tuvo un problema de hombro toda la temporada y en la jugada del tercer down se ve como claramente cambia su lado para tratar de lograr la tacleada con el hombro izquierdo, evitando un golpe con el lado lesionado.
La técnica es incorrecta y los Niners aprovechan para convertir el primero y diez.
15. El juego entre Titans y Bengals es el menos sexy de los 4 por obvias razones, pero pone en la palestra lo que puede significar Joe Burrow a partir de ahora en la NFL.
Burrow se convirtió en el primer pick en la historia de la NFL en llegar a una final de conferencia en la primera o segunda temporada dentro de la liga. Joe, por default, es el QB modelo que todas las franquicias sueñan cuando tiene el primer pick del draft.
Pero lejos de caer en lo mismo, lo impresionante de Burrow en el partido en Tennessee fue calma ante la absolutamente tormenta que estaba viviendo. No solo fueron nueve capturas sino doble dígito en golpes que pudo acelerar el reloj de pase de cualquier otro QB.
Burrow, no se inmuto un solo segundo y esto tiene aún un valor más grande, cuando hablamos de un QB que recibió una lesión tan grave tan solo un año atrás.
Su llegada a la final de la AFC en apenas su segundo año tiene cierta similitud con aquella final en que LeBron James cargó a los Cavaliers en el 2007. Llegó unos años más antes de lo esperado, pero es crédito a la grandeza obvia de ambos.
Burrow se convertirá en mi QB favorito en toda la NFL en cuestión de meses y su pareo más favorable, por extraño que suene, era visitar a Kansas City. Ya lo tenemos.
16. Tennessee desperdició la oportunidad de llegar a una final de la AFC que tal vez lo hubiese puesto en una situación ideal ante Kansas City. Claro, Mahomes habría salido como favorito, pero tan solo hace 2 años estabas enfrentando a Patrick en Arrowhead, la oportunidad de tenerlo en casa en una final de la AFC no sucede todos los días. Es más, no sucede o no ha sucedido nunca.
La diferencia entre los Titans y los Bengals se resume en Ryan Tannehill y sus errores, especialmente, la tercera intercepción, que vio a Tennessee ser testigo de como el reloj seguía su marcha para luego intentar un pase comprometido en tercera oportunidad que no tenía sentido.
Si los Titans realmente pensaban que tenía oportunidad en ese último minuto, hubiesen manejado el reloj de una manera completamente distinta. Al final fue como que llegaron a esa tercera oportunidad con miedo y se dijeron, bueno intentemos un pase por intentarlo, y les acabó pasando factura.
Ahora, Tennessee también tiene mucho que lamentar a la hora de manejar los puntos. En la jugada en que Derrick Henry anota y tras una penalidad juega a la conversión de 2, estás cometiendo el error de perseguir puntos innecesarios.
La diferencia de 7-6 a 8-6 iba a significar muy poco en el futuro con ventaja o con desventaja. Sin embargo, la diferencia de 6-6 a 7-6 en un futuro tiene un impacto significativo sobre como manejas el reloj y el partido.
Por ejemplo, los Titans estuvieron en desventaja la mayoría del encuentro, pero el equipo en todo momento tuvo intenciones de volver en el marcador. Ese punto se vuelve recontra necesario.
Si en caso de volver al marcador, que era un hecho en partidos de playoffs iba a suceder, ese punto les daba la ventaja, por lo que el último minuto hubiese sido manejado de una manera completamente diferente. Si Tennessee tiene el marcador de su lado, Tannehill nunca lanza la tercera intercepción.
Muchos dirán que estoy jugando el resultado, pero no es así. No había nada inteligente que sostuviera el arriesgar por un punto más. Diferencia de dos o de uno significaba lo mismo al perder ante un posible FG. Diferencia de uno o del empate, es exactamente la razón por la que los Titans no están en la final de Conferencia.
17. Grabamos Reacciones Rápidas tanto el sábado como el domingo que pueden encontrar en los siguientes canales.
YouTube https://bit.ly/3GW8IbO
Spotify https://spoti.fi/3dsKJTb
Apple https://apple.co/3IExHl9
Agradezco que se suscriban y escuchen. Se pasa bien el rato.
18. En la grabación del sábado utilicé la gorra de NFL Latino solo para imitar a un ídolo. https://bit.ly/3tWm3gO
Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.