¿Se Terminó El Caballo De Batalla? Steelers Podrían Dosificar a Najee Harris

Debo confesarlo, cada vez que pienso en Najee Harris me cuesta trabajo imaginarlo de otra manera que no sea cantando alegremente el “Tao, Tao” en una entrevista post-partido.

La situación no deja de ser una verdadera pena porque bien podría recordarlo con su extraordinaria jugada aún vestido con el rojo intenso de Alabama, cuando saltó por completo a un jugador de Notre Dame, o en alguno de sus múltiples acarreos de su temporada de novato con los Steelers, pero no, el “Tao, Tao” siempre será más fuerte que todo.

Tratemos, sin embargo, de hablar de Najee Harris, el jugador, y la víspera de lo que será su segunda campaña en la NFL. Como casi siempre ocurre en los primeros días de entrenamiento, las especulaciones están a la orden del día y la utilización del corredor durante la siguiente campaña ha sido un tema de conversación.

El propio Harris ya declaró ante la prensa que es probable que vea una disminución en la carga de trabajo. “No estaré en el campo para ciertas jugadas. Sin embargo, todavía vamos a hablar de eso, yo si quiero jugar mucho… Siempre que pueda. Pero al mismo tiempo, se trata de ser inteligente. Así que entiendo de dónde vienen”, dijo Harris al Pittsburgh Tribune-Review.

Y es que, durante la campaña pasada, ante las limitaciones de Ben Roethlisberger para lanzar el ovoide, Harris se convirtió en el arma favorita de Mike Tomlin. En los 17 partidos de temporada regular, el corredor sumó 1200 yardas en 307 acarreos. Por si fuera poco, la versatilidad del egresado de Alabama le permitió sumar 467 yardas en 74 recepciones, para un total de 1667 yardas y 10 touchdowns desde la línea de golpeo.

COMO EN EL MADDEN

Las buenas actuaciones de Harris generaron en Tomlin el efecto Madden, es decir, ese vicio de utilizar en reiteradas ocasiones al jugador que mejor funciona. Quien ha jugado sabe de lo que hablo. El caso es que el corredor de los Steelers terminó la campaña como el segundo mejor receptor del equipo en cuanto a recepciones, apenas por debajo de Diontae Johnson, con 107.

En cuanto a acarreos, nadie le hizo ni siquiera sombra, como un auténtico caballo de batalla, algo cada vez más común en los tiempos que corren. El más cercano, si así se le puede decir, fue Benny Snell con 98 yardas en 36 acarreos, ya ni digamos Kalen Balage, con 36 yardas en 12 acarreos. De ahí la idea de Tomlin de dosificar a su corredor estrella con la intención de extender sus años en la liga.

VOLVIÓ LA ILUSIÓN

Siguiendo con las analogías de la infancia, siempre propensas a la nostalgia, Najee Harris se convirtió en el juguete favorito de los Steelers. Es entendible, en Pittsburgh no tenían un corredor de más de 1000 yardas terrestres desde el ya lejano 2017, la última temporada de Le’Veon Bell antes de que se le cruzaran los cables.

Más allá de que Tomlin aligeró su ausencia con James Conner, quien sacó agua de las piedras durante el 2018 al sumar 973 yardas terrestres, hasta que los problemas de la línea ofensiva fueron más fuertes que cualquier talento. Entonces se fue Conner, pero llegó Harris, aunque la situación en la línea tampoco cambió mucho.

Más allá de los esfuerzos de reforzar la línea ofensiva al reclutar a Kendrick Green y Dann Moore, los Steelers fueron la cuarta peor ofensiva terrestre de la liga con un total de 1583 yardas. Para esta temporada la llegada del guardia James Daniels y el centro Mason Cole buscará no sólo abrirle espacios a Harris, sino también defender a Trubisky o al novato Kenny Pickett. En todo caso, “Tao, Tao”.