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NFL en Español

Diario de Super Bowl 57

Este es un diario de la experiencia de Cobertura de NFL Latino TV en el Super Bowl 57.

Día 1 – No Tan Bienvenidos

Cualquiera diría que habíamos viajado a Europa. Casi 10 horas después, entre dos vuelos y una estadía en New York, habíamos llegado por fin a Arizona. Era la escena del crimen. De múltiplos crímenes, debo decir.

Ocho años antes en esa misma ciudad había un frenesí de medios de comunicación por el infame Deflategate que muchos aficionados aún se aferran entre lágrimas para justificar el inexplicable éxito de Tom Brady, pero también era la ciudad en la que Malcolm Butler y David Tyree pasaron de ser desconocidos a absolutamente leyendas de NFL Films.

Tras tomar un Uber corto del aeropuerto al apartamento que habíamos alquilado, llegamos con muchas maletas y algo de cansancio. Lo que nos encontramos, sin embargo, no estaba en el plan.

Unas tres semanas antes había rentado un apartamento a buen precio, con algo de lujo y a un precio irracional. Irracional digo, porque me salió más barato que la media de lo que usualmente se invierte cuando vas al Super Bowl.

Es usual de mi parte alquilar apartamentos, debo confesar. Lo hice en Atlanta para el SB53, lo hice en Los Angeles para el SB56, por lo que no había nada diferente.

Lo único que cambiaba es que esta vez me acompañaba Bruno, listo para perder su virginidad… del Super Bowl, no sean así; y unas horas después llegaba Joshua Maya para completar un trío de Podcasters llenos de papaya y de desinformación de la NFL.

En fin, cuando nos bajamos del Uber procedí, como normalmente se hace, al lobby, simplemente para recoger la llave del apartamento. Para sorpresa mía no existía tal cosa.

La persona que nos recibió, de pocas pulgas debo añadir, nos informó que alguien nos jugó una mala pasada, que el tal apartamento que alquilamos no se podía rentar en AirBnB u otros de estos servicios, por lo que no me podía dejar entrar.

Yo le di el número de apartamento -como un completo novato-, solo para darme cuenta de que había metido inmediatamente en un problema a quién sea que me rentó el apartamento. Con prisa y un tono algo bélico, la mujer que nos recibió procedió a decirnos que nos retiráramos del establecimiento.

Ahí estábamos, en medio de una calle en el centro de la ciudad de Phoenix, con maletas en los costados y sin un lugar donde hospedarnos por los siguientes ocho días. El tiempo corría, a su vez, pues había que recoger las acreditaciones puesto que en la noche iniciaba todo con el Super Bowl Opening Night. Sin embargo, en ese momento, todo eso sonaba muy banal cuando te das cuenta que no tienes donde dormir en un país extranjero.

Confieso que tardé unos minutos en armar el rompecabezas de lo que todo estaba pasando. El plan no era este, nunca lo había sido. A la misma vez, algo como esto nunca me había ocurrido, por lo que estaba navegando en aguas completamente desconocidas.

Sin embargo, siempre me he visto como alguien que resuelve, por lo que inmediatamente me puse a buscar nuevas opciones en donde quedarnos, mientras a la misma vez trataba de contactar a la persona que nos había alquilado el departamento en el cual ahora no éramos bienvenidos.

A la par mía un nervioso Bruno, quién está viajando a los Estados Unidos por primera vez, me veía con cara de “por favor dígame que tenemos un plan”. Por los aires, Maya volaba pensando que lo esperaba su estadía en unas horas, sin saber el pandemonio que se vivía del lado nuestro. La ignorancia muchas veces es bendecida y en ese momento el señor @PlaysOfTheWeek ignoraba todo lo que pasaba. Bien por él.

Con las miles de preguntas en mi cabeza procedí a comunicarme con el dueño del alquiler, pero justamente nadie contestaba el teléfono. En mi mente estaba la posibilidad de que todo esto se trataba de estafa que había atrapado con sus brazos a su nueva víctima, y si lo pienso ahora tiene sentido. El lugar era demasiado bueno para lo que estábamos pagando.

Intenté e intenté por al menos 30 minutos en medio de la calle hasta que alguien contestó al teléfono, ciertamente en el momento justo, puesto a que me aprestaba a reservar en otro lugar 4 veces más caro que el ya mencionado.

Cuando la persona me contestó, me dijo: “¿ya leíste las instrucciones? Detallazo! No había instrucciones le dije. Resulta que nunca me las envío.

Pero aún enviándolas, las instrucciones me generaron más dudas que el tobillo de Patrick Mahomes en la final de la AFC. Decían así: “No te acerques al lobby. Entra al edificio con este número, encuentra el número de departamento. Está abierto para ti. En la mesa están las dos llaves y la placa del parqueo. No hables con nadie”.

Si así no es como empiezan todos los documentales de crímenes en Netflix, no sé cómo será.

Sonaba absolutamente alucinante entrar simplemente al departamento, ignorando todo tipo de seguridad o persona que estuviera en el frente. Sonaba como “breaking and entering” a todas luces y pensé: “Arizona tiene un desierto enorme, ¿cuál será el lugar ideal para que me entierren y no me encuentren nunca?”

Verán, a mi me gusta viajar y tengo historias en favelas, momentos donde pude perder un brazo y otras tantas más. Historias de historias y eso me permitió no entrar en pánico por un segundo. Mi mente voló tratando de armar el rompecabezas, pero nunca hubo un momento de nerviosismo. Al contrario, Bruno, estaba al borde del abismo. Lo que es ser joven y sin experiencia. Ese es el señor Milano.

Procedí a decirle a quien me contestó al teléfono que se quedara conmigo en la llamada. Volví a entrar al edificio en el que nos habían echado, pero esta vez ignoré a la señora de la recepción brutalmente, muy al estilo Tom Brady, como cuando pierde y no quiere darle la mano al rival que recién lo venció.

En un sprint majestuoso nos logramos meter al ascensor a velocidad y cerramos sin que nos dijeran nada. La primera etapa del plan estaba hecha y mientras subíamos al cuarto piso, Bruno me vio con los ojos completamente abiertos y los cachetes colgando con semblante de “¿En serio acabamos de hacer eso?”

Estábamos dentro del edificio. Poco importaba cómo. Seguía a continuación descubrir si el apartamento en cuestión estaba realmente libre, si las llaves estaban en el comedor como lo decían las indicaciones y especialmente, descubrir si al otro lado de la puerta no había nadie armado esperando descargar sus desilusiones de la vida encima nuestra. Entrar a un departamento sin permiso en los Estados Unidos, nos ponía como la excusa perfecta para jugar tiro al blanco en el país qué, bueno… le encanta eso del tiro al blanco.

Procedí a darle vuelta a la manija lentamente. En mi mente todo esto describía una gran historia, por lo que procedí a abrir de manera lenta y dramática; no había otra manera.

Antes de poder consumir el estilo del apartamento, sus cuartos y de bajar los brazos ante el cansancio del viaje, el objetivo fue mirar el comedor en el que efectivamente nos esperaba dos llaves y una placa de parqueo.

Sin armas, sin un dueño furioso y sin más dramas que el creado a la entrada del edificio.

Suspiro de Bruno inmediato, incredibilidad por lo que acaba de ocurrir y un ligero sentimiento de “okay, creo que lo logramos”.

Casi una hora después de todo lo ocurrido, teníamos nuestras habitaciones para la semana del Super Bowl.

Hay gente que nace con estrella y ese debe ser el señor Joshua Maya, quien fue el primer oyente de nuestra historia cuando nos vimos tarde esa noche. Para él la llegada al apartamento fue sencilla y sin problemas, ya nosotros nos habíamos comido el dilema.

Quería contarles estas y otras historias. Siempre que viajo algo pasa a nivel caricatura. No es mentira.

Sin embargo, esta vez fue algo que nunca me había tocado vivir. Resulta que este es un proceder común en los Estados Unidos por el tema del AirBnB. Me di cuenta, porque empecé a buscar si algo así le había pasado a alguien anteriormente.

Lo único que hizo nuestra llegada intensa a la semana del Super Bowl fue desconocer el procedimiento. Si alguna vez rentan un departamento en los Estados Unidos, espero que recuerden esta historia mientras imaginan la cara de pánico de Bruno en el proceso.

Más historias en este mismo post en los siguientes días. Este diario es traído por ApuestaLaCasa.com, aprovecha 7 días gratis de Picks Deportivos.

Written By

Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.

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