Este artículo explora en dónde nació el improbable éxito de los NY Giants en la temporada 2022 de la NFL.
Después de 10 años con los Baltimore Ravens, Don ‘Wink’ Martindale, recibió una llamada que él no consideró tan inesperada como el resto del mundo de la NFL. Detrás de tal llamada escuchó como su head coach, John Harbaugh, tomaba la decisión de partir caminos con el coordinador defensivo que había implantado miedo y respeto a ofensivas rivales por una década.
Harbaugh, considerado uno de los mejores entrenadores de la NFL, mencionó que era momento de un cambio tras golpes y moretones en la ideología contrastante de lo que él quería en defensa y lo que Martindale le daba.
La realidad dicta que Wink Martindale tenía contrato con los Ravens hasta el 2022 y quería un compromiso más duradero. Cuando los Ravens le ofrecieron una extensión de un año, ambos entrenadores y sus egos colisionaron, resultando en la eventual separación tras exactamente 10 años juntos.
Martindale había sido el entrenador de linebackers de los Ravens del 2012 al 2017 y su estilo tosco y de vieja escuela le ganó ser promovido a coordinador defensivo en la temporada 2018.
Como Wink tenía contrato hasta el 2022 y los Ravens lo habían despedido, el -en ese momento- ex coordinador defensivo, planeaba darse un año sabático mientras jugaba golf y cobraba el cheque de color morado proveniente de Baltimore.
Sin embargo, ese plan le duró exactamente 17 días. Precisamente en una ronda de golf, Martindale recibió la llamada del recién firmado head coach Brian Daboll, quién estaba en el proceso de formar un nuevo staff con los New York Giants.
Daboll no tenía conexión alguna con Martindale previo a esa llamada, más que los enfrentamientos directos del 2018 al 2021 cuando Brian dirigía la ofensiva de los Bills y Wink defendía el terreno de los Ravens.
Baltimore ganó 2 de los 3 partidos contra Buffalo en ese período y los Bills nunca pudieron anotar más de 17 puntos, incluyendo el encuentro debut de Josh Allen en la NFL en la que los Wink dejó al novato en tres puntos en una amarga derrota 47-3. Es seguro decir que Martindale tenía el respeto de Daboll.
Tan solo unos días antes de la llamada con Martindale, Brian Daboll había recibido el primer tropezón en su intento por reformar a sus New York Giants. El coordinador defensivo Patrick Graham, quien había estado en el staff previo dirigido por Joe Judge y quién era la opción número uno de Daboll, había tomado el mismo puesto en Las Vegas Raiders, de la mano del nuevo coach Josh McDaniels. Curiosamente Daboll había trabajado en el staff ofensivo de McDaniels del 2013 al 2016 y ahora estaban apuntando al mismo objetivo.
Viendo como cada entrenador nuevo y otros equipos en restructuración estaban moviendo sus fichas con velocidad, Brian se vio en la obligación de hacer movimientos agresivos.
La llamada con Martindale fue vía zoom durante la ya mencionada ronda de golf y para la noche de ese mismo día, los Giants habían enviado un avión por el excoordinador de los Ravens. En sus declaraciones, Wink confesó que hizo la entrevista con Daboll vistiendo zapatos y atuendo de golf, pues no tenía nada más a disposición, ya que, la gerencia de los G-Men no quería esperar.
Había urgencia de parte de New York, pero no desesperación, o por lo menos eso es lo que ellos intentaron vender. Después de todo Martindale había colocado a los Ravens en el top 3 de defensas en la NFL en 3 de sus 4 años en Baltimore y eso nadie se lo podía quitar.
No obstante, el coach de la secundaria, Jerome Henderson, confesó que hubo -cierto- estado de pánico por no dejar ir a Wink, una vez se dieron cuenta que había otros equipos llamando a Martindale al mismo instante en el que él se encontraba reunido con Daboll.
¿Cómo Henderson se dio cuenta de esto? Martindale había dejado su teléfono en el escritorio mientras daba una vuelta por las instalaciones con Daboll y este no paraba de sonar con llamadas de un coach nuevo buscando coordinador defensivo.
¿El coach? Kevin O’Connell, actual entrenador en jefe de los Vikings y quién recién fue eliminado por los NY Giants.
“Es mejor que lo firmes. Es mejor que lo firmes de una vez”, le indicó Henderson a Daboll.
El único requisito de Wink Martindale al aceptar el trabajo es que el entonces entrenador de linebackers de los Ravens, Drew Wilkins, se uniera a los Giants. Martindale considera a Wilkins su mano derecha y para imponer su estilo, necesitas un aliado de confianza y eso era Drew.
Tras unas horas hablando football, Brian Daboll tenía a su nuevo coordinador defensivo, un tipo que refleja no solo su conocimiento agresivo de football americano, pero qué también predicaba esa agresividad arrojando resultados desde el día uno.
Para muestra, los NY Giants permitieron solo 30 puntos o más en dos juegos en toda la temporada 2022, una vez ante los Detroit Lions y otra ante los Philadelphia Eagles, rivales de la ronda de divisional de playoffs.
A su vez dejaron a Aaron Rodgers y a los Packers en 222 yardas por pase y 22 puntos, y a Lamar Jackson y a su ex compañero de batallas, John Harbaugh en 210 yardas por pase y 20 puntos; ambos en juegos que acabaron con victorias para los NY Giants.
Sin mencionar que Justin Jefferson, nominado por muchos como la mejor ala abierta de la NFL, acabó con 47 yardas en el partido más importante del año para los Vikings en la ronda de comodines.
Don ‘Wink’ Martindale no es el único acierto en la formación del equipo de los NY Giants, pero sin duda alguna es uno de los cimientos que ha marcado el éxito tan repentino de una franquicia que estaba entre escombros.
Hola, Soy Mike Kafka
Michael John Kafka bailó por la NFL durante 5 años antes de darse cuenta de que su futuro en la NFL no estaba atado a jugar de mariscal de campo, como él soñaba.
Kafka había sido seleccionado en la cuarta ronda del draft 2010 por los Philadelphia Eagles, luego de recibir honores como QB de Northwestern, incluyendo ser parte del 2do equipo conformado por los mejores jugadores de la Conferencia Big Ten en el año 2009.
Jugadores como Kam Chancellor, campeón del Super Bowl con los Seattle Seahawks y el polémico Antonio Brown, fueron seleccionados después de Kafka en el mismo draft, pero el sueño de Mike con los Eagles llegó a su fin en la temporada 2012.
Un año después y por las vueltas que da la vida, Kafka pasaría todo el verano aprendiendo el libro de jugadas de los New England Patriots en caso de que lo imposible sucediera, es decir, que Tom Brady se lesionara y Kafka fuese llamado del equipo de prácticas de New England para formar parte del primer equipo.
Si bien Kafka nunca jugó con los Patriots, allí conoció a Brian Daboll, quién en ese momento era el entrenador de alas cerradas de New England. Para entonces, los Patriots tenían a Rob Gronkowski como el tigh end más intratable de la liga y ese mismo verano, Daboll vio cómo el equipo cortaba a Aaron Hernández tras ser acusado de asesinato.
Daboll había regresado a New England 7 años después de su primera salida. Sí, Brian Daboll fue parte de la primera generación exitosa de los Patriots ganando 3 anillos de Super Bowl en 4 años, siendo parte del staff defensivo y luego entrenador de alas abiertas.
En ese 2013, Brian regresó a casa con el rabo entre las patas, luego de fracasar como coordinador ofensivo de los Browns (2009-2010), de los Dolphins (2011) y de los Chiefs (2012). Su paso por Kansas City nunca coincidió con Andy Reid, ya que, el grandote come hamburguesas campeón del Super Bowl 54 llegaría a los Chiefs un año más tarde.
El porcentaje de victorias de Daboll como coordinador ofensivo en su paso por Cleveland, Miami y Kansas City fue un patético .281.
Quien sí coincidió con Andy Reid fue Mike Kafka. Él fue contratado como coach de control de calidad ofensivo en Kansas City dos años después de llegar a la conclusión de que su futuro como mariscal de campo era inexistente.
Kafka evolucionó de esa posición a coach de mariscales de campo y a coordinador del juego de pase en Kansas City, mientras veía como Patrick Mahomes batía todos los récords en apenas su segundo año en la NFL.
El problema para Kafka es que en Kansas City había un límite demarcado. Mike quería ser quién llamaba jugadas en un equipo y ahí nunca lo lograría, puesto a que esa labor es exclusiva de Andy Reid, secundado por Eric Bieniemy.
Cuando Kafka se entrevistó por el puesto de coordinador ofensivo tuvo que vencer a Pep Hamilton, quién ayudó a Justin Herbert a ganar el premio a novato del año como entrenador de QBs en los Chargers y también a Chad O’Shea, quien compartió con Brian Daboll en los Patriots del 2013 al 2017 como entrenador de alas abiertas.
La decisión para Daboll, en teoría era sencilla. Él conocía a O’Shea y habían pasado años de años juntos, coordinando a sus jugadores para que estuvieran en la posición correcta para que Tom Brady y la ofensiva de New England ejecutara como maquinaria perfecta.
Uno de los detalles que Daboll aprovechó de Brady en su segundo régimen en New England era la absoluta precisión que Brady demanda de parte de sus receptores al correr la rutas. Esa misma directriz Brian la llevó a Alabama, en donde la intentó implementar con Jalen Hurts y Tua Tagovailoa mientras ganaban campeonatos con el Crimson Tide.
El problema de Chad O’Shea, es que Daboll sentía que sus conocimientos eran similares tras ambos pasar por el mismo proceso en New England. Lo que al contrario le intrigó de Kafka es que venía de ser pulido por Andy Reid y compañía, y de ahí, muchas nuevas ideas en el juego de pase que tanto éxito le ha dado a Mahomes.
Al final Daboll se decantó por Mike Kafka y hoy han hecho de Daniel Jones un mariscal de campo capaz, con un esquema ofensivo que vio a sus alas abiertas completamente solas en el juego ante Minnesota.
Sí, los Vikings tenían la segunda peor defensiva contra el pase en la NFL, pero hemos visto otros equipos no poder explotar tal debilidad. Los Giants de Daboll y Kafka no solo abusaron de Minnesota, sino que hicieron ver a Jones como la segunda venida de Joe Montana.
El elegir a Wink Martindale y a Mike Kafka son dos de los mayores aciertos de Brian Daboll en su año de head coach novato, sin embargo, también de importante fue el dejar de lado la idea de llamar jugadas a la ofensiva. En su lugar, Daboll asesora todo lo que tiene que ver con el equipo como un head coach completo.
Delegar es una virtud de un gran líder. Si no me creen, pueden preguntarle a Nathaniel Hackett, quién en su primera oportunidad como head coach decidió también llamar jugadas y acabó despedido por no saber dar la hora.
Brian Daboll lleva 22 años construyendo la oportunidad de ser head coach. Él la ha aprovechado poniendo dos absolutos pilares a su lado para cimentar este improbable camino de los New York Giants 2022.
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