on
¿Alguna vez has estado en una fiesta y te preguntaste: me extrañaría alguien si no estuviera aquí?
Así es como Arabia Saudita se ha sentido en la mayoría de las Copas del Mundo. Así es como el resto del mundo los vemos.
Usualmente están, pero de relleno. Son el equipo que se siente familiar, pero aporta poco o nada las historias del mundial. Puestos, 28°, 32°, 28° y 26° en cuatro de los cinco mundiales en los que ha participado no me dejan mentir.
Esto fue así hasta el 22 de noviembre del 2022, cuando decidió en Qatar, dar uno de los golpes más impactantes en la historia del fútbol.
La victoria de Arabia Saudita sobre Argentina se pega codo a codo con el triunfo de Senegal sobre la campeona del mundo Francia en Japón y Corea 20 años antes, con la victoria de Camerún sobre la Argentina campeona del mundo de Diego Maradona en 1990 y, según cuentan, el triunfo de Estados Unidos sobre Inglaterra en 1950.
El ranking de cuál es el resultado más sorpresivo se los dejo al debate. Yo viví 3 de esas 4 opciones y todas tienen la particularidad de equipos que menospreciaron a rivales de un gran estado físico, que consecuentemente tras el triunfo llegaron a dar grandes mundiales.
- Camerún 1990 – Eliminado en cuartos de final
- Senegal 2002 – Eliminado en cuartos de final
- Arabia Saudita – ¿?
¿Qué cambió en Arabia Saudita para dar este golpe en 2022?
En el Podcast de Narrativa X mencioné hace unos días que varios campeones del mundo del pasado se alimentaron de equipos locales de gran momento para levantar el trofeo más grande de todos.
Italia en el 2006 tenía la base del gran AC Milán de la época, España en el 2010 tomó la columna y el estilo único de juego del entonces FC Barcelona de Pep Guardiola, y la Alemania del 2014 hizo lo mismo con el siempre agresivo Bayern Múnich. Mi apunte fue pensando en cuál equipo podíamos identificar para seguir esa tendencia en 2022, el problema es que solo busqué para arriba y nunca volteé a ver hacia abajo.
En febrero de este año el entonces campeón de Europa, el Chelsea, sufrió de más para vencer 1-0 al Al Hilal SFC de Arabia Saudita, particularmente en la segunda mitad los árabes tuvieron a los ingleses al borde del colapso.
Poco se tomó de tal resultado más que el papeleo de lunes que decía que el equipo europeo había cumplido con el protocolo de estos torneos al avanzar contra un rival “inferior”.
El Al-Hilal, sin embargo, es la clave de TODO, pues, aporta 14 de los 26 jugadores que representaron a Arabia Saudita ante la Argentina de Lio Messi, incluyendo los anotadores Nasser Al-Dawsari y Saleh Al-Shehri. 14!!
La familiaridad entre cada uno explica porque se sintieron tan cómodos en el partido de sus vidas y la derrota ante el Chelsea expone porque nunca hubo pánico escénico ante Messi y las otras estrellas albicelestes.
La Mitología de Herve Renard
Y luego está Herve Renard, quien merece párrafo aparte y mucho del crédito de esta victoria. El francés de 52 años, con su estilo de galán de Rom-Com, se ha ganado una reputación intachable al otro lado del mundo.
Renard es para nosotros lo que Memo Ochoa es para quienes no están en Latinoamérica. Cada cuatro años aparece para sorprendernos y recordarnos que una Copa del Mundo no es lo mismo sin ellos. Muchos de ustedes ni siquiera han vivido una sin estos personajes.
Herve fue compañero de Zinedine Zidane en los 80s-90s en el Cannes, sí ese Zidane, reconocido como uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol -y el mejor que YO he visto-. Renard, ha contado entre risas, que al ver a Zizou tocar el balón y darse cuenta de que él jugaba casi que otro deporte, mejor dejó la idea de ser futbolista.
Su destino no era ser el protagonista, sino el que los maneja en el campo. Tras algunos fracasos en clubes, Herve Renard se encontró con la oportunidad de entrenar selecciones y en el 2012 hizo campeón a Zambia en la Liga Africana de Naciones.
Toma un segundo y piensa como luce la bandera de Zambia. Estoy seguro de que el 90% de ustedes no lo saben. Así de improbable fue su triunfo.
Solo como para mostrar que esto no fue obra de la casualidad repitió con Costa de Marfil en el 2014 como campeón de África. Nadie en la historia del torneo había ganado la Copa con dos países diferentes hasta la llegada del francés.
Además, llevó a Marruecos al Mundial de Rusia 2018 en donde perdió con Irán al minuto 95, cayó por la mínima ante Portugal y puso en aprietos a España empatándole 2-2. Él lamentó que su equipo, tal vez, mereció más.
Renard ha hecho carrera en los rincones más escondidos del mundo y en el 2019 cambió África por Asia al tomar el trabajo como nuevo entrenador de Arabia Saudita. Él es el primer francés en obtener el puesto.
Perdido en el tiempo está el hecho de que los saudís tuvieron muy pocos contratiempos en la eliminatoria. Los verdes perdieron solo un partido en la clasificación y acabaron primeros de grupo por encima de los siempre favoritos japoneses, enviando a la misma vez a los australianos hasta la repesca. Poco se habla de esto, pues Arabia Saudita hasta hoy -y sin olvidar 1994- ha sido irrelevante en la historia de los mundiales.
Herve Renard sobresale cada cuatro años, primero por su ingenio. Ante Argentina jugó al límite confundiendo a los sudamericanos con una línea defensiva adelantada que apeló al orden y a la tecnología para evitar que le anotaran.
Segundo por su físico. El francés se confiesa un adicto al gimnasio y ha declarado que le dedica dos o tres horas a retar su acondicionamiento físico a diario. Bajo ese principio sus equipos son máquinas de correr, pues él prima el orden y la resistencia por encima de las individualidades.
La combinación de un gran grupo de jugadores con una familiaridad única para este tipo de competencias, el arresto físico y el atrevimiento de un entrenador con una reputación casi mitológica, le ha dado a Arabia Saudita el mejor triunfo en su historia en los mundiales.
Lo que sea que suceda con ellos en el resto del torneo es ganancia, por lo pronto hoy, han puesto al mundial de cabeza. ¡Enhorabuena!
Leo Comentarios
@DondeAlonzo
Estas son mi Redes Sociales
https://www.facebook.com/DondeAlonzo/
https://www.instagram.com/dondealonzo/
Si te gustó la columna no te pido que me sigas, solo que la compartas con un amigo.
Enero del 2014, Denver, estadio Mile High. Recién corrieron unos minutos tras la clasificación los Broncos al Super Bowl 48, perdido en el estadio -algo que me pasa a menudo- me encontré en un pasillo aislado frente a frente con una leyenda viviente de la liga. 'Buen juego', le dije sin pensar mucho, 'Gracias' respondió el 18 mientras extendió su mano para saludarme. Una gran anécdota, pero de inmediato entendí que la suerte estaba echada para los Broncos. Acabé con la suerte del gran Peyton Manning.