El Proceso Benjamin Button de Cam Newton

En 1922, el escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald publicó el cuento “El curioso caso de Benjamin Button”, relato que se masivizó con la adaptación al cine en 2008 por parte de David Fincher. La película, protagonizada por Brad Pitt y nominada a 13 premios Oscar, muestra la historia de un hombre que nació con el cuerpo de una persona de 80 años y que con el paso del tiempo se va rejuveneciendo.

Por más ficticia que sea la película, pese a que hay casos como es del bangladesí​ Bayezid Hossain que invitan a pensar que puede no ser tan irreal, la NFL en español tiene su propio Benjamin Button: Cam Newton. El mariscal de campo de New England Patriots nació grande, pero cada temporada que pasa se vuelve más chico…

Newton llegó a la liga en 2011 con bombos y platillos. Después de una espectacular temporada con Auburn Tigers, universidad con la que salió campeón de la NCAA con récord 14-0, Carolina Panthers lo tomó en el primer puesto del Draft decidido a hacerlo su jugador franquicia. Y las cosas comenzaron de buena manera para ambos pese a unas dos primeras campañas con marca negativa.

Tras el 2-14 del 2010, la franquicia logró seis triunfos en 16 presentaciones. El rookie de 1,96 metro y 111 kilos no sólo mostró la potencia de su brazo al terminar la temporada regular con 4,051 yardas aéreas (10° en la general) y 21 TD (12°), sino que asombró con su juego de piernas. Por tierra marcó un récord: sus 14 anotaciones son la máxima cantidad para un mariscal de campo en toda la historia. 

A eso hay que sumarle que se convirtió en el primer debutante en tener una campaña de 4,000 yardas por pase, las que combinó con más de 700 yardas por acarreo, y más TD combinados para un rookie. Newton formó un poderoso trío ofensivo junto a Jonathan Stewart y Brandon LaFell para devolverle la alegría a sus fanáticos.

Al año siguiente, Carolina dio un pasito más al ganar siete encuentros, sin la necesidad de depender tanto de su jugador estrella. Con el ajuste de la defensa (sumaron a Luke Kuechly y Josh Norman) y una sólida tarea de Greg Olsen en la ofensiva se sobrepuso a un flojo 2-8 de arranque y así enderezó el rumbo sobre el final de la temporada.

¿Cómo fue el 2012 de Cam? Lo cerró con 19 TD con la mano y “apenas” 8 con los pies. En el debe quedaron los 10 fumbles, de los cuales únicamente perdió 3. Ya se podía apreciar la grandeza de un jugador que no se ataba a los estándares de quarterback pasador.

La primera gran explosión se dio en 2013, cuando los Panthers se metieron en playoffs con un sorprendente 12-4 para finalizar segundos en la NFC y ser prontamente eliminado por San Francisco 49ers como locales. Con menos acarreos y yardas con los pies que en las anteriores campañas, Ron Rivera se concentró en que Cam se focalizara en su puntería con el brazo. Y este cambio de enfoque le dio al equipo mayores armas para competir con los mejores. La Newtondependencia no se iría, apenas se tomaría un descanso…

Un amargo 2014 (con récord de 5-8-1) no frenó las expectativas de una franquicia que contaba con un jugador “world class”, que al año siguiente fue tan grande como Benjamin Button de bebé. Newton guió a Carolina Panthers a una temporada casi perfecta, con apenas dos derrotas (la más importante se dio en el Super Bowl frente a Denver Broncos por 24-10): terminó la fase regular con 45 TD combinados (35+10), números que le valieron el premio de MVP. Con 26 años, el nacido en Atlanta estaba listo para triunfar. O no.

En el 2016 completó el 52.9% de sus pases, el peor rating de su carrera. Lanzó 19 TD y 14 intercepciones, la segunda marca más alta desde su campaña de rookie. Únicamente corrió 5 veces hacia la zona de anotación, igualando el pobre registro de 2014. Algo estaba cambiando en Carolina, que pasó de un 15-1 a un 6-10.

La siguiente campaña se asemejó mucho a la del 2015, con Newton amo y señor de su ofensiva. Finalizó la temporada con 754 yardas por tierra (5.4 de promedio) y el equipo otra vez en playoffs. En su primer partido se fue a casa: New Orleans Saints se impuso por 31-26. Sin saberlo, ese sería su último encuentro en postemporada.

Después de alternar un buen año y un mal año, Newton vivió el malo. Carolina no cumplió con el objetivo (7-9) y Cam se lesionaría la espalda a falta de dos partidos. Las señales se acumulaban y el N° 1 hacía oídos sordos. Cada vez que hablaba aseguraba que nada había cambiado.

Los años impares habían sido los mejores para el MVP 2015 hasta que llegó el 2019. Tras dos encuentros de los que se puede hacer poco análisis, una lesión en su pie izquierdo lo dejó fuera de toda la campaña. Con Kyle Allen en los controles, los Panthers terminaron 5-11.

El 14-20 del 12 de septiembre frente a Tampa Bay Buccaneers fue el final de Newton en la franquicia que lo había arropado cuando era un chico-grande hasta que se convirtió en un grande-chico. En cinco años, el mariscal de campo vivió una de las transformaciones más grandes de la liga y recayó en unos New England Patriots desesperados por llenar el vacío de Tom Brady.

El experimento estaba destinado a fallar y falló. Los de Massachusetts se perdieron la lucha por el título por primera vez en 12 años y el mariscal de campo registró dos particularidades: lanzó más intercepciones que touchdowns (10 vs. 8) y realizó más anotaciones por tierra que por aire (12 vs. 8). ¡Hasta Sam Darnold, con tres juegos menos, completó más veces en la zona de anotación!

De grande, Newton solamente tiene el recuerdo. Hoy es el bebé Cam.